Íconos

La despedida de Bob Abreu

Es considerado por la fanaticada de los jonrones uno de los bateadores más respetados del país. Su estilo elegante a la hora de hacer un swing lo encumbró entre jugadores de las grandes ligas. Fue hombre de triunfos en la cancha lo mismo que de amores estrellados. Luego de 23 años de carrera depone también los guantes. Deja el béisbol

Fotografía: Aníbal Mestre
Publicidad

“El béisbol va a sentir ese vacío. Difícilmente habrá otro pelotero con un swing tan educado como el de Bob”. Ese fue el último comentario de Oscar Prieto Párrago, “padre” deportivo del “Comedulce”, mote de Abreu, antes de cederle la palabra. Entonces se escuchó la frase por la que se había dado cita: “Hoy me retiro”.

Minutos antes, Mari Montes, amiga del bateador, habló de su humildad. Humberto Acosta, actual columnista de Meridiano, elogió sus impresionantes números ofensivos y Fernando Arreaza juzgó lo agradecido y constante que era con la prensa. Después de cada intervención, fue inevitable recordar lo que siempre se ha corrido en la fuente: “Es difícil que Bob caiga mal”.

El 09 de octubre, en el piso tres del hotel Reinassence, periodistas que apenas están empezando la carrera y otros que van de salida acudieron para presenciar el anuncio de algo que ya había sucedido en Estados Unidos. “Lo hice vistiendo el uniforme de los Mets, ahora voy despedirme con el de los Leones del Caracas. Estaré en cada estadio, dando mis últimos swings”.

Será en noviembre. Los fanáticos podrán verlo como bateador designado y cubriendo el outfield. “Ojalá cierre como jardinero derecho, que fue donde comencé”. Al respecto, hay una buena anécdota de Humberto Acosta: “En la 91-92, Bob tenía 17 años. Era un novatico, y el mánager Phil Regan siempre lo sacaba como emergente o para un cambio en el outfield. Le pregunté al estratega por qué le daba tal responsabilidad a un muchacho tan joven y me respondió: “Tiene un estupendo manejo de la zona de strike”.

Ese año bateó 16 hits en 37 turnos, para un promedio de 432. “Regan tenía toda la razón”, cuenta Acosta. Desde entonces, hizo del arte de empujar la bola una carrera. “Él sabía lo que tenía que hacer para llegar a las Grandes Ligas. Es uno de los peloteros más inteligentes del país”, concluye Prieto Párraga, quien lo firmó después de verlo en un campo de entrenamiento en Guacara, Valencia.

El hoy presidente de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional recuerda que su ascendencia sobre Abreu era total, al punto que si decidía casarse, primero debía pedirle permiso a él. “Hoy sigue soltero”, ironiza Prieto Párraga. En 2010, el pelotero hablaba en Climax de su soledad: “Soy igual de selectivo para buscar una familia”.

No es el típico pelotero. La estrategia le ha servido para encumbrarse como jugador y como empresario. Guarda facetas ocultas: es coleccionistas de figuras de porcelana, Lladró y juguetes. Ahora, asegura, le meterá el pecho a Panteras de Miranda, equipo al que no le ha ido bien desde que lo adquirió en 2011. “Por eso no voy a estar muy ligado al béisbol, en lo inmediato”. Explica.

Desde muy joven ha tenido un cuidado riguroso por cómo lo ve el público. Cuando era un novel jugador, se le acercó a Mari Montes, que era quien anunciaba a los peloteros en el estadio, para pedirle que cambiaran la foto con la que aparecía en la pizarra del Universitario. “Parezco bizco”, arguyó. Hoy sigue siendo lo que llaman un tipo trendy: siempre sale a la calle bien vestido.

El aragüeño es dueño del sello discográfico Cacao Music, que piensa también activar en lo inmediato: “Pronto tendrán noticias”. E incursionó en la moda, con una marca de zapatos: B Top.

¿Cómo sortear la tentación de salir a rumbear con dinero y tanto tiempo libre?

Yo salgo y me divierto. No lo niego. Pero hoy en día me gusta más una cena. No soy muy discotequero. Voy a bailar porque me gusta la música y todo eso. Pero ya no es como a mis 20 años, cuando me la pasaba de rumba en rumba. Pienso que uno va quemando etapas: empiezas a ver la vida de manera diferente.

¿Tener una relación de pareja en esas circunstancias es igual de complicado que ganar un MVP?

Sí, es complicado tener una pareja. Si sales con una amiga, dicen que es tu novia. Si compartes con alguien y es conocida, te abordan muy duro —estuvo saliendo con la miss Universo 1996 Alicia Machado y su ruptura tuvo visos de escándalo, luego fue pareja de la actriz Alba Roversi. Pero uno acaba entendiendo que siendo profesional, tu vida privada deja de serlo. Tu porcentaje de vida privada es bajo.

En las grandes ligas lo conocían por su paciencia en el home, ¿fuera del estadio es igual?

Soy muy tranquilo, muy dócil, fácil de llevar. Muy paciente. Cuesta sacarme de mis casillas. Pero busco llevar mi vida muy alegre. Trato de evitar las molestias. Es difícil, pero procuro.

El humilde

“Quizá no consigas a nadie que hable mal de Bob”, concuerda Mari Montes con los rumores de pasillo. “Es un gran tipo, muy sencillo. Y muy solidario. Cuando mi papá murió —pasó durante los entrenamientos de primavera— Bob se enteró y a pesar de lo ocupado que estaba, me llamó parar expresar sus condolencias”.

A esta caraquista furibunda le parece revelador que una vez le visitó a New York y Abreu pidió una pizza a Domino’s para la cena. “El cuento no sería relevante si no se menciona lo cerca que vivía del restaurant Le Cirque, en One Beacon Court, una de las zonas más lujosas de Manhattan”.

Fernando Arreaza también tiene un cuento ilustrativo. “Bob Estaba lesionado. Jugaba con los Yanquis de Nueva York y no le había ido bien en el encuentro. Un grupo de periodistas lo esperamos y él, aunque nos atendió, estaba muy molesto. Sin embargo, cuando empezó a hablar se fue soltando, al punto que terminamos todos en un restaurant, prácticamente haciendo una radiografía de su vida”.

¿Cuán duro es alterar la rutina de vida, tener las maletas hechas si te cambian de un equipo a otro?

Me pasó cuando fui a los Yanquis. En Filadelfia estaba mi casa y me gustaba mucho. Tener que mudarte, armar la maleta… es cansón. Mudarse toma tiempo y es tedioso.

¿Alguna mudanza costó más que otra?

Cuando salí de Filadelfia. Allí jugué ocho años. Me pegó salir de una ciudad en la que estaba muy cómodo.

Has sido un hombre de contacto y también de poder en las Grandes Ligas. ¿Qué opinas sobre el uso de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento en el terreno?

Todo los seres humanos cometen errores y nos equivocamos —dice con la cara muy seria y el ceño fruncido— continúa: es un tema que respeto mucho. Se han hecho campañas contra eso y me parece muy bien. Respeto lo que pueda pensar cada quien. Mantengo distancia a eso.

¿Qué vas a extrañar del béisbol?

Todo, absolutamente todo.

Publicidad