Ciencia

Las “arrugas en el espacio-tiempo” tienen un Nobel

Investigaciones sobre la teoría de la relatividad, que amplían los hallazgos de Albert Einstein, convencieron a la Academia sueca del Nobel. Rainer Weiss, Kip Thorne y Barry Barish unieron fuerzas para continuar descubriendo los confines del universo y el espacio

Portada: AFP | Fotografías en el texto: AP y AFP
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Hace un siglo, el científico Albert Einstein habló sobre posibles ondas gravitacionales; pero fueron los estadounidenses Rainer Weiss, Kip Thorne y Barry Barish quienes, con base en lo que su antecesor investigó, lograron su detección

La Teoría General de la Relatividad de Einstein señala que cuerpos violentos del universo pueden liberar energía en forma de ondas gravitacionales que, durante su viaje por el espacio-tiempo a la velocidad de la luz, se expanden y logran alterarse; pero al llegar a la Tierra sus ondas son tan débiles que no existe una tecnología capaz de captarlas.

Pero los años han pasado, décadas. Ahora la tecnología supera las expectativas del célebre erudito. El Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitatorias (LIGO por sus siglas en inglés) detectó estas ondas.

Rainer Weiss

La Academia sueca lo ha considerado como el precursor de este estudio. Weiss es un destacado físico y profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), donde también estudió y se doctoró. Nació en Berlín, Alemania, en 1932; pero a finales de ese año su familia huyó del nazismo a Praga y, años más tarde, en 1938 se establecen en Estados Unidos.

Sus aportes a la ciencia se centran en la creación de la interferometría láser, una técnica básica de LIGO, observatorio del cual es cofundador. En el año 2016, Rainer Weiss anunció junto con sus compañeros, Kip Thorne y Barry Barish, la detección de partículas derivadas de las ondas gravitacionales. “Los detectores de LIGO captaron la primera señal de una onda gravitacional, tras un trabajo que había comenzado cinco décadas antes. La produjo el choque de dos agujeros negros decenas de veces más masivos que el Sol. Su onda expansiva había viajado por el universo durante 1.300 millones de años hasta ser captada”, reseñó El País de España.

Weiss también elaboró el espectro de la radiación cósmica de microondas para el Explorador del Fondo Cósmico (COBE), conocido también como Explorer 66, proyecto en el que se desempeñó como asesor científico y ayudó a fundar. COBE fue el primer satélite construido para estudios de cosmología.

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Kip Thorne

Desde temprana edad, Thorne destacó por su inclinación a la ciencia. Nació en Logan, Utah, Estados Unidos, en el año 1940. Obtuvo su título de grado en Ciencias en el Caltech –Instituto de Tecnología de California – en 1962, y se doctoró en la Universidad de Princeton. Es conocido como uno de los profesores más jóvenes de su alma mater.

Entre sus estudios destacan la Cosmología de los agujeros negros, una investigación en la que refleja la “conjetura del aro” que describe que una estrella en implosión se convierte en un agujero negro; los Agujeros de gusano y viajes en el tiempo, investigación en la que busca revelar si es posible que las leyes de la física tengan conexión múltiple del espacio y el tiempo; y las Estrellas relativistas, multipolos y otros estudios, una exploración que sentó las bases para la teoría de los pulsos de las estrellas relativistas y la radiación gravitatoria que emiten.

Contribuyó con LIGO y el hallazgo de ondas gravitacionales, a través de las predicciones de la ondas gravitatorias y sus ritmos temporales observables en la Tierra. Thorne también lleva a cabo análisis de diseño de ingeniería para las características del LIGO y aporta algoritmos para los análisis de datos a través de los cuales se efectuarán las búsquedas de ondas.

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Barry Barish

Barish es un físico experimental, nacido en Omaha, Estados Unidos en 1936. Fue alumno destacado del Instituto de Tecnología de California y profesor de física en Linde. Su licenciatura la obtuvo en la Universidad de California.

Su dominio en investigaciones sobre ondas gravitacionales lo hicieron partícipe del proyecto LIGO. Barish asegura que “la primera onda gravitacional se captó 20 años después de que construyésemos la primera versión de LIGO (…). El tamaño real de la señal era unas mil veces más pequeño que un protón”. Ha dicho también que Albert Einstein estaba en lo cierto con respecto al tamaño de las ondas gravitacionales, pero que subestimó los avances tecnológicos que se desarrollarían en el mundo.

Barish es miembro de la Sociedad Física Americana, la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias y la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos; y ha sido reconocido por sus investigaciones con la Medalla Henry Draper (2017), y el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (2017).

La Academia otorgará la mitad del premio a Rainer Weiss, mientras que los científicos Kip Thorne y Barry Barish se dividirán la otra parte.

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