Crónica

Los negros no pueden comer chino en Nairobi

El restaurante chino situado en Nairobi fue cerrado por las autoridades después de conocerse que se negaba a aceptar clientela negra después de las cinco de la tarde.  El estallido de cólera en las redes sociales hizo que las autoridades tomaran cartas en el asunto

Fotografía: imagen referencial
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La agencia de noticias AFP reportó las sanciones puestas al restaurante Chino en Kenia que prohibía la entrada de  afrodescendientes.Los dueños del restaurante explicaron que habían tomado esa decisión después de un ataque a mano armada en 2013, y se excusaron de haber ofendido a la población keniana, indicó el diario Daily Nation.

Pese a las explicaciones, las autoridades decidieron cerrar de todas formas el establecimiento, situado en el barrio residencial de Kilimani, según el mismo periódico, por no tener los papeles en regla.

«Hemos descubierto que el restaurante no tenía sus licencias y hemos debido ordenar su cierre hasta que los propietarios regulen la situación», explicó el gobernador de Nairobi, Evans Kidero, citado por este diario.

Durante el día, este restaurante keniano funciona con normalidad. Clientes de todo tipo abarcan sus mesas y son atendidos sin mayor problema. Pero al caer el sol, la cosa cambia de color. Aquellos de tez morena deben partir y los que deseen entrar, retirarse. Su entrada está prohibida. Hoy en día, este terrible caso es estudiado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos en Kenia.

Las directrices del establecimiento, que ostenta una clientela mayoritariamente china, ordenan a los guardias de seguridad –kenianos− que impidan la entrada a todo «africano» después de las 17.00 horas.

En todo entorno disfuncional, el reglamento se corrompe. Existen solo dos formas para acceder al local sin tener que enfrentar este filtro “tan exclusivo”. En primer lugar, requerir de un acompañante chino, lo que de alguna manera le da balance a la cuestión, y por otro lado, ser considerado “un cliente leal”.

¿Pero qué significa ser un cliente leal? Para poseer dicha virtud, se debe tener un bolsillo generoso, dispuesto a gastar al menos 20.000 chelines kenianos –el equivalente a 200 euros− durante un período de tiempo no especificado.

Cuando cae la noche

«El tiempo para los africanos ha terminado», es la fórmula que utiliza el restaurante para impedir el acceso a los clientes de piel oscura que pretenden cenar en el restaurante.

La norma lleva activa cerca de cuatro años, pero no se ha conocido hasta esta semana, cuando la publicó el Daily Nation.
El propietario del restaurante, Zhao Yang, fue detenido el día de ayer por no pagar la licencia anual que su establecimiento debe a la Autoridad Reguladora de Turismo keniana desde 2011.

Fue puesto en libertad por la tarde, tras el pago de una fianza, y se espera que compadezca en el juzgado el próximo jueves, fecha tope para que el establecimiento pague la deuda de 227.000 chelines kenianos –unos 2.300 euros.

Un empleado del local aseguró a Efe que no es una medida racista, simplemente es un «restaurante para asiáticos» en el que «ni siquiera los europeos entienden el menú, por lo que tampoco tiene sentido dejarlos entrar».

Sin embargo, lo cierto es que cualquier persona blanca puede entrar a cualquier hora y tiene a su disposición una versión en inglés de la carta de platos.

Este mismo empleado, que prefirió mantener su anonimato, admitió finalmente que a los dueños del local «no le gustan los africanos».

La dirección del restaurante justificó en un comunicado al que tuvo acceso Efe que era «poco probable» que los «africanos» se sintieran cómodos en el local por la noche, ya que éste acoge numerosas fiestas con típicos elementos chinos, desde sesiones de karaoke a platos de entrañas.

«Solo tratamos de atraer turistas del mercado chino», se añade en el comunicado.

Otra de las razones esgrimidas por la dirección es que ha habido robos perpetrados por «africanos» negros a clientes chinos.
La relaciones públicas del establecimiento afirmó, por su parte, al Daily Nation que el restaurante sigue esta estricta política de «no africanos» por motivos de seguridad.

«No admitimos africanos que no conocemos porque uno nunca puede saber quién es de Al Shabab −grupo yihadista− y quién no», argumenta.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos en Kenia ha señalado que estudiará el caso por posible discriminación a los africanos negros, recogen hoy medios locales.

«Si descubrimos que las denuncias son reales, cancelaremos la licencia del restaurante inmediatamente, pero debe hacerse de acuerdo a la ley», declaró el gobernador del condado de Nairobi, Evans Kidero.

Otros políticos kenianos han pedido «que no se responda al racismo con más racismo» en un intento de calmar la situación, ya que China se ha convertido en el principal contratista en Kenia, donde está construyendo, entre otros proyectos, una gran autopista y una línea ferroviaria que unirá Kampala –Uganda con Mombasa.

Sin embargo, las protestas se han extendido en las redes sociales, donde también se ha denunciado que, de los siete representantes kenianos en la Bienal de arte de Venecia, cinco son de origen chino.

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