Cultura

Pablo Montoya se siente distante de García Márquez

El escritor colombiano, ganador de la XIX edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, espera que el arte llegue a ser "una gran bandera" de su país en el mundo, en lugar de la "violencia"

Agencia EFE
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«El Tríptico de la Infamia» sacó a Montoya del «ocultamiento» y le dio a Colombia su quinto Rómulo Gallegos, el prestigioso premio venezolano con el que se alzó el nacido en Barrancabermeja, entre otros seis finalistas.

La ceremonia de premiación se llevará a cabo el domingo próximo en Caracas.

«Yo no soy nacionalista ni mucho menos, pero sí hay una gran pujanza (en Colombia) en los dominios del deporte, del arte (…) yo espero que hagan del arte una de las grandes banderas y que por fin seamos un país que ante el mundo mostremos estas facetas y no esa del conflicto, de la violencia», dijo en una entrevista con Efe.

Montoya, de 52 años, manifiesta su «asombro» por el «impresionante impacto mediático que produce el Rómulo Gallegos», un galardón que también se han acreditado sus compatriotas Gabriel García Márquez, Manuel Mejía Vallejo, Fernando Vallejo y William Ospina.

Reconoce que su caso es «muy distinto al de García Márquez y al de otros escritores colombianos» ya que, asegura, ha sido el autor «menos reconocido de todos».

«Los tres anteriores cuando recibieron el premio ya eran figuras públicas literarias muy reconocidas en América Latina», apuntó.

Tras su llegada a Caracas ofreció una rueda de prensa en la que aseguró que este galardón literario le ha puesto «un zapato en la boca» después de haber sido muy crítico con los «grandes premios comerciales».

«Los premios son un azar, en parte son un reconocimiento, yo no lo ignoro, o así quiero recibir el premio Rómulo Gallegos, como un reconocimiento a mi trabajo, al trabajo de la novela, pero también al trabajo que llevo haciendo desde hace muchos años», sostuvo hoy en el encuentro con Efe.

Con «Tríptico de la Infamia» pretende contar la historia de unos «pintores que fueron perseguidos, exiliados, que fueron de alguna manera críticos en su sociedad a través de lo que hicieron» en el siglo XVI.

«Quizás los motivos por los cuales también el jurado consideró a esta novela es porque registra el pasado de una manera novedosa, y decidieron darle el premio por este ingrediente», indicó.

En medio de las felicitaciones que ha recibido desde su anuncio como ganador a principio de mes por parte del jurado del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) de Caracas, recibió una muy especial, la de su compatriota Piedad Bonett, finalista en esta edición por su obra por «Lo que no tiene nombre».

«(Bonett) me envió un mensaje por correo electrónico felicitándome», informó.

El escritor, que se gana la vida como profesor de Literatura de la Universidad de Antioquia, asegura que en su obra «hay una crítica al catolicismo», pero, subraya, «no reivindica en absoluto el protestantismo», el rasgo que define a los personajes principales, los pintores François Dubois, Jacques Le Moyne y Théodore de Bry.

«La novela está escrita por un narrador que está en el siglo XXI, es un narrador latinoamericano que está escribiendo una novela sobre tres pintores y está contándole al lector cuáles son sus procesos de escritura y de dificultad en la creación de esta novela», dijo.

Montoya recibirá el domingo el diploma que lo consagra como el ganador del premio y el cheque de 100.000 dólares, dinero que invertirá en una «casita» y así «dejar de pagar arriendo».

«No sé que va a pasar al ver a tanta gente pendiente del discurso (en la ceremonia). El discurso tiene mucho de los contornos que yo registro en la novela, haré algunas críticas de Colombia, por supuesto mi país, pero más que a Colombia, a los grupos de poder que han generado las guerras y la violencia en el país», señaló.

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