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Ni tan Santo ni tan derrotado: Premio Nobel de la Paz

A pesar del triunfo del No en el plebiscito para refrendar los acuerdos de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, el presidente Juan Manuel Santos fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. En Noruega defendieron el trabajo que condujo al cese al fuego, que ahora se ve amenazado

Fotografía de portada: AFP
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Colombia no refrendó la paz, pero eso no fue impedimento para el Comité Nobel noruego. El viernes 7 de octubre, Latinoamérica despertó con la noticia de que el presidente de esa nación, Juan Manuel Santos, se convirtió en la sexta persona nacida en la región en obtener el premio Nobel de la Paz. Santos logró un acuerdo histórico firmado por su gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que debía poner fin a 52 años de conflicto armado. El sueño se acabó el domingo 2 de octubre, cuando sorpresivamente el pacto fue rechazado en un plebiscito. El pueblo colombiano negó el acuerdo por estrecho margen reclamando las condiciones pactadas para la incorporación a la política, los beneficios económicos y las alternativas judiciales que se otorgarían a los desmovilizados.

“El resultado del voto no fue el que quería el presidente Santos. Una mayoría estrecha de los más de 13 millones de colombianos que votaron dijeron que no al acuerdo. Ese resultado creó gran incertidumbre sobre el futuro de Colombia. Hay un riesgo real de que el proceso de paz se frene y la guerra civil se reinicie. Esto hace aun más importante que las partes, encabezadas por el presidente Santos y el líder de la guerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño, sigan respetando el cese al fuego”, dijo la presidenta del Comité Nobel, empresaria y política conservadora, Kaci Kullmann Five. “El Presidente ha dejado claro que va a seguir trabajando por la paz hasta su último día en el cargo. El Comité espera que el premio le dé fuerzas para tener éxito en esa dura tarea”, explicó.

La “tenacidad de sus esfuerzos”, contra todo pronóstico, le permitió ganar el reconocimiento. Santos aceptó el premio “en nombre del pueblo colombiano que tanto ha sufrido”, de acuerdo con una entrevista difundida en la página de la Fundación Nobel, en la que agregó que su país se encuentra muy cerca de alcanzar la paz.  El mandatario insistió que el premio será “un gran incentivo” para continuar las negociaciones. La guerra en Colombia ha causado 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.

Más tarde, en una alocución televisada desde la sede del Ejecutivo colombiano, el mandatario dedicó el premio al pueblo colombiano. “Es por las víctimas, y para que no haya una sola víctima más, un solo muerto más, que debemos reconciliarnos y unirnos para culminar este proceso, y comenzar a construir una paz estable y duradera».

Pero aún hay quien recuerda a Santos como el artífice de un bombardeo en territorio ecuatoriano a un campamento del guerrillero alias Raúl Reyes, en el que resultó abatido. Entonces, era el Ministro de Defensa de Álvaro Uribe Vélez, quien lo apoyó como su sucesor para la Casa de Nariño. Más tarde vendrían los desencuentros, puesto que Uribe se oponía a su política de acercamiento con las fuerzas insurrectas. Las negociaciones con las FARC comenzaron en 2012. También ha habido conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), guerrillas activas desde 1964.

Nada para las FARC

La presidenta del Comité Negociador de Noruega, Kaci Kullmann Five, explicó la razón por la que el premio no se compartió entre el presidente colombiano y el líder de las FARC, quien también se postuló al galardón, buscando la premiación conjunta. “Hay muchas partes en el proceso, pero Santos fue quien tomó la primera e histórica iniciativa. (…) Además, es el líder del Gobierno del país”, declaró Kullmann en el anuncio de entrega del premio. Cuando los medios de comunicación preguntaron sobre el grupo guerrillero, la presidenta no declaró. “Nunca comentamos nada sobre quienes no ganan”, precisó.

Mientras, la exsenadora y exrehén de la guerrilla Ingrid Betancourt opinó que el grupo armado “merecía también haber recibido el Nobel de la Paz”, en una entrevista al canal de noticias francés I-Télé.

Diversos analistas colombianos han explicado que entre las razones por las que las FARC no fueron anunciadas ganadoras fue por el resultado del referéndum del domingo pasado. Al no llegarse al acuerdo final, estas se mantienen como un grupo armado ilegal. Pero, independientemente de los resultados del plebiscito, para el Comité Nobel “el hecho de que una mayoría de votantes dijera no al acuerdo de paz no significa necesariamente que el proceso de paz esté muerto”.

Según un comunicado del grupo encargado de otorgar el reconocimiento, “existe un peligro real de que el proceso de paz se interrumpa y de que la guerra civil se reanude”, lo que hace “todavía más urgente el respeto del alto el fuego por las partes, encabezadas por el presidente Santos y el jefe de la guerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño”.

Luego del plebiscito, el gobierno de Colombia anunció que el cese al fuego se mantendría solo hasta finalizar el mes de octubre. Mientras tanto, y a raíz del fracaso del Sí en el referéndum, el Comité decidió otorgar el premio a Santos como una muestra simbólica para alentar la reanudación de las negociaciones entre ambas partes.

El expresidente de Colombia Álvaro Uribe, principal promotor del No en la consulta electoral y declarado antagonista del mandatario, felicitó el mismo viernes a su sucesor deseando que el premio contribuya a cambiar un pacto “dañino” con las FARC. “Felicito el Nobel para el Presidente Santos, deseo que conduzca a cambiar acuerdos dañinos para la democracia”, tuiteó el actual senador.

Por su parte, el jefe máximo de las FARC, Timoleón Jiménez, felicitó igualmente al galardonado y destacó el rol de los países que han acompañado las negociaciones desde hace cerca de cuatro años en La Habana: Noruega, Cuba, Chile y Venezuela. Iván Márquez decidió resaltar la voluntad de paz de los guerrilleros.

Los últimos diez

El premio que será entregado formalmente al Presidente colombiano en Oslo el 10 de diciembre, alcanza 105 ediciones desde su primera asignación en 1901. Los demás latinoamericanos en haber recibido la distinción fueron los argentinos Carlos Saavedra Lamas (1936), Adolfo Pérez Esquivel (1980), el mexicano Alfonso García Robles (1982), el expresidente costarricense Óscar Arias (1987) y la guatemalteca Rigoberta Menchú (1992).

En la última década, el Premio Nobel de la Paz, que incluye en una medalla de oro, un diploma y un cheque de ocho millones de coronas suecas (unos 950.00 dólares), ha sido otorgado a estas figuras mundiales:

– 2006: Muhammad Yunus (Bangladesh) y su banco especializado en microcréditos, Grameen Bank, porque “una paz duradera no puede ser obtenida sin que una parte importante de la población encuentro los caminos para salir de la pobreza”.

– 2007: Al Gore (ex vicepresidente de Estados Unidos) y el Panel de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, por sus esfuerzos para comprender mejor el fenómeno del calentamiento global.

– 2008: Martti Ahtisaari (Finlandia), por sus numerosas mediaciones de paz alrededor del mundo.

– 2009: Barack Obama (presidente de Estados Unidos), “por sus esfuerzos extraordinarios en vías de reforzar la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos”. Obama se hizo con el galardón al año siguiente de su primera elección presidencial.

– 2010: Liu Xiaobo (China), disidente en prisión, laureado por “sus esfuerzos duraderos y no violentos en pos de promover los derechos humanos en China”.

– 2011: Ellen Johnson Sirleaf y Leymah Gbowee (Liberia), y Tawakkol Karman (Yemen), por su lucha no violenta en favor de la seguridad de las mujeres y de sus derechos a participar en los procesos de paz.

– 2012: Unión Europea, por su proyecto de integración que contribuyó a pacificar un continente arrasado por dos guerras mundiales

– 2013: Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OIAC), por sus esfuerzos para erradicar ese tipo de armamento de destrucción masiva.

– 2014: Malala Yousafzai (Pakistán) y Kailash Satyarthi (India), “por su combate contra la explotación de los niños y jóvenes y por el derecho de todos a la educación”.

– 2015: Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez, que permitió salvar la transición democrática tunecina.

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