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Nymphomaniac: el sexo como adicción

Llegó a las carteleras venezolanas Nymphomaniac: el drama en clave porno del siempre polémico Lars Von Trier. Trata de una mujer adicta al sexo que narra sus infidencias eróticas de la niñez a la madurez. Estrenado en marzo el volumen 1 y en abril el 2, la película deja servido el dilema de si el personaje de Joe controla a los hombres con sexo o el sexo la controla a ella

TEXTO: CARLOS PATIÑO | Fotografía: Nymphomaniac
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I

La pescadora de orgasmos

“Hola, me llamo Joe y soy ninfómana”

Seligman —Stellan Skarsgard—, es un sexagenario solitario que un día tropieza con Joe —Charlotte Gainsbourg / Stacy Martin—, una mujer golpeada y tirada en la calle a quién decide ayudar. Mientras cura sus heridas, ella, quien se autodefine como una mala persona, decide contarle la historia de su vida cuyo hilo conductor es el sexo compulsivo.

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Nymphomaniac —Dinamarca / Alemania, 2013—, está dividida en 2 volúmenes y 8 capítulos. El portal IMDb la ha calificado con un 7/10, mientras que Rotten Tomatoes le otorga 7,5. La película cuenta con 2 versiones, una editada de 4 horas y otra extendida de 5,5 horas que incluye genitales expuestos y penetraciones. La crítica ha elogiado tanto las actuaciones de Gainsbourg y Martin, como la solidez de Shia LeBouf en el papel de Jerome, el personaje masculino que gravita alrededor de Joe.

“Mea vulva, mea máxima vulva”

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El film contrapone la volatilidad de la ninfómana Joe, su lujuria vaciada de significado, contra la racionalidad del intelectual asexual, que es Seligman. Todo impulso para ella incomprensible o negativo él lo racionaliza y justifica. Y las metáforas y contrastes van desde el anzuelo / vagina, amor / anorgasmia, hasta la música de Bach / Rammstein. El crítico Todd McCarthy del Hollywood Reporter la resume así: “No es nunca aburrida y en realidad provoca y estimula, aunque no para excitar al público, ni remotamente. En su nivel más profundo, la película representa la intención de responder a la ardua, rebelde, franca, traviesa e intelectual pregunta del hombre que ya formuló Freud: ¿Qué es lo que desea una mujer?”

II

LA ADICCIÓN DE VON TRIER

“Yo era adicta por deseo sexual, no por necesidad”

Gran parte del revuelo mediático de Nymphomaniac se lo debe a su director, el controversial Lars Von Trier, quien hizo montajes de dobles pornográficos y de genitales falsos sobre los actores principales. El danés cierra el ciclo de la depresión iniciado con Anticristo (2009) y Melancolía (2011); confesando luego de terminarla, no saber si será capaz de hacer más películas por el esfuerzo que le causó haberla rodado limpio de alcohol y drogas. Un adicto como su personaje. “Escribí el guion de en 18 meses. El de Dogville en 12 días de alcohol y drogas. No existe expresión creativa o artística que haya sido producida por ex alcohólicos o ex drogadictos. ¿Quién se hubiese interesado por unos Rolling Stones sin alcohol o Jimi Hendrix sin heroína?”

III

LA VERGÜENZA DEL SÁTIRO

“No me interesa tu nombre. Aquí tu nombre es Fido”.

Entre las referencias recientes al filme de Von Trier resalta Diario de una ninfómana —España, 2008—, basada en la novela autobiográfica de Valérie Tasso; y la edulcorada adaptación de la novela 50 Sombras de Grey, que palidece ante las escenas BDSM de Nymphomaniac. Un guiño que lanza el torturador “K” —Jamie Bell— cuando le advierte a Joe “Aquí no hay palabra de seguridad”. Como dato curioso, el actor comparte el mismo nombre que el Christian Grey del cine: Jamie Dornan.

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Sin embargo, la ninfómana Joe —que usa a los hombres como objetos de satisfacción retando cualquier convencionalismo machista—, con quien más paralelismo encuentra es con su equivalente hombre de otro film imperdible cargado de erotismo; el sátiro Brandon Sullivan de Shame. Dirigida por Steve McQueen, narra la historia de un treintañero adicto al sexo bien sea casual, prostibulario o pornográfico. “Me avergüenza en lo que me convertía pero no podía controlarlo”,termina por confesarle Joe a Seligman; un espejo de la culpa de Sullivan.

Ambos personajes, siempre insatisfechos, pierden todo placer frente al amor y la monogamia. Ella se vuelve frígida, él impotente. Pero además la relación de Sullivan con su hermana Sissy —Carey Mulligan—, sugiere un velado deseo incestuoso como el que Joe lleva reprimido por su padre —Christian Slater—, que se revela con su muerte y la lágrima que lubrica su vagina como gesto de liberación.

IV

LA PERSISTENCIA DEL CLÍMAX

“Cuando compras un tigre tienes que alimentarlo. Satisfacer sus necesidades. Tengo un tigre en mis manos”

Joe se reconoce como adicta al sexo, un estado físico y sicológico de aumento súbito en la libido, también denominado hipersexualidad y que padece el 6% de la población. De ese total, las mujeres conformarían el 2%. Actualmente los términos “satiriasis” y “ninfomanía” aparecen en el ICD —International Statistical Classification of Diseases and Relates Health Problems— publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tipificado como: “F52-7 Impulso Sexual Excesivo”.

La psicóloga Idhaly Guzmán, miembro directiva de la Sociedad Venezolana de Psicología Sexológica, define esta condición como: “una actividad compulsiva, descontrolada, nociva y persistente, a pesar de lo arriesgada que pudiera llegar a ser, y que tiene implicaciones en detrimento de la salud y en el deterioro del funcionamiento y adaptación interpersonal, familiar, laboral y social de la persona”.

Para Walter Ghedin, psicólogo y psiquiatra argentino, las causas pudieran hallarse en desórdenes en los neurotransmisores —aumento de la dopamina, asociada al sistema de placer del cerebro— y fundamentalmente factores emocionales: estrés, inseguridad, complejo de inferioridad. Los indicadores suelen ser un exagerado deseo de tener sexo —como sea y con quien sea—, pensamientos obsesivos de la práctica sexual, auto estimulación continua y consumo permanente de pornografía.

Entre los famosos declarados adictos al sexo se encuentran Tiger Woods, Michael Douglas, David Duchovny, Robert Downey Jr., Charlie Sheen, Sharon Stone y Lindsay Lohan.

Existen abordajes terapéuticos para controlar dicha compulsión, además de grupos de apoyo como los que presenta el volumen 2 de Nymphomaniac, bajo la premisa de los 12 pasos creados para los Alcohólicos Anónimos. En Venezuela, existe la Asociación de Adictos al Sexo y al Amor Anónimos. Conocida como SLAA-Venezuela o ASAA, cuya dirección en internet es: https://slaavenezuela.wordpress.com/

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