Economía

¿Qué pasa en la economía?

El tema está sin duda en boga. Las noticias de finanzas, inflación, producción, impuestos, costos y precios llenan los titulares de la prensa y demás medios. La incertidumbre sobre lo que puede ocurrir mella seguridades. En medio de una crisis económica de gran magnitud, son muy pocos los que llevan las astronómicas cifras de la economía nacional a dimensiones que podamos comprender. Y ese es el fin de este texto

Texto: Boris Ackerman
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Para entender el fenómeno, vale decir que la economía es la disciplina que tiene como propósito solventar la escasez. La gran dificultad en Venezuela es el acceso a divisas. Están casi extintas —que ocurre en medio de una gran abundancia de bolívares emitidos por el gobierno y sin respaldo alguno. En palabras sencillas, el país tiene poco dinero que pueda ser aceptado en el exterior y muchos compromisos para pagar en dinero de afuera. Por otro lado, el metálico carece de valor. Eso hace que la gente quiera salir de él para adquirir dólares. También empuja a hacer compras.

Para echarle más leña al fuego, los precios que prevalecen en el mercado criollo han sido, en muchos casos, establecidos con un dólar a 6,30 o 10 bolívares, cuando por cada uno se paga casi a 70 en circulación. Eso hace que las personas actúen de forma racional y adelanten compras de cualquier bien que consideren que está por debajo de lo que podría ser su costo internacional. Como añadidura, los precios que se fijen muy por debajo de su nivel real traen escasez. Por supuesto que esta situación no se puede mantener de forma indefinida. De persistir el esquema actual, la falta de productos se irá profundizando al tiempo que la productividad será casi nula; pues sencillamente quienes tengan insumos para producir, quizás, prefieran guardarlos o dejarlos fuera del país.

El actor y autor de toda esta chacota o embrollo es el gobierno —que hasta ahora ha actuado con punición. Ha castigado cualquier tentativa de lo que ellos llaman especular, es decir: cobrar por un bien un precio superior al de mercado o esconderlo para luego venderlo más caro. Lo que el gobierno no puede hacer es controlar los precios de todos los bienes ni actuar de manera correctiva contra toda la población. Mucho menos puede obligar a la gente a producir a pérdidas, a traer productos para venderlos por debajo de su costo de reposición.

¿Y qué pasará ahora?

Deben venir ajustes de consideración en todos los aspectos. El gobierno posiblemente buscará aumentar lo que recauda de impuestos. Subirá los precios de todo lo que vende para no tener que seguir emitiendo dinero sin respaldo y deberá reconocer, tarde o temprano, que la cotización de las divisas extranjeras debe ser más alta. Todas estas decisiones, representan grandes sacrificios para la población, al tiempo que significan la aceptación de la realidad representada en las leyes del mercado —que funcionan casi como las leyes de la física. O sea: no se pueden violar por más que se intente.

¿Significa eso un cambio?

En realidad no. Lo más seguro es que el gobierno trate de mantener férreo control sobre la economía, aún con los ajustes planteados. ¿Por qué? Por el poder político que se fundamenta en el control de cambio, el control de precios, la propiedad de muchos medios de producción, la ejecución de políticas populistas y la baja productividad que hace que el ciudadano no logre sobrevivir sino al amparo del estado. Quienes crean que los ajustes traerán un cambio político o al menos en el modelo económico.

Ilustración: Yonel Hernández

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