Investigación

Represa Yacambú: más seca que nunca

Desde hace cuatro décadas se ha prometido esta represa que, de existir, regaría más de 26mil hectáreas del Valle de Quíbor, uno de los más productivos de Venezuela. Chávez le juró al pueblo de Lara agua. No cumplió como muchas veces. La realidad es desoladora: más de 1500 millones de dólares invertidos y ni una sola gota

Fotografía: Dedwison Álvarez
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Anclada en las montañas de los Municipios Andrés Eloy Blanco y de Jiménez, del estado Lara, la obra hidráulica más importante que se construye en el país desde hace 41 años, con el nombre de represa Yacambú, tiene un futuro incierto. A pesar de haber recibido más de mil 500 millones de dólares, cuya mayor asignación fue de 1000 millones, su culminación no se vislumbra. Hay paralización en diferentes frentes de trabajo.

A esto se suma el aporte del estado venezolano para el ejercicio fiscal del año 2015, que apenas llega a los 3 millones de bolívares. El monto solo alcanzará para pagar la nómina. En consecuencia se puede asegurar que faltan aún más de 7 años, a paso de vencedores, para terminar la construcción de un proyecto que se ha convertido en mesiánico para algunos, utópicos para otros, pero que las poblaciones de Barquisimeto del Valle de Quibor y Portuguesa esperan con ansiedad. Zonas que sufren aguda escasez de agua.

El retraso alcanza todavía el 70 por ciento

Hace más de una década, el ex presidente Hugo Chávez Frías anunció su finalización en diferentes fechas. Del 2007 pasó al 2010, luego 2011, 2012 y 2014. Pero la realidad rebasó las expectativas y hoy en día aún los administradores de la obra se niegan aceptar una realidad desoladora. Se saben que hay fallas técnicas y administrativas, “amén de la corrupción que roe el resultado final”, declara el diputado a la Asamblea Nacional, Guillermo Palacios.

Hace más de dos meses, dos derrumbes obstruyeron el túnel de trasvase de la represa. Situación que, de acuerdo al presidente de Corpolara, Luís Reyes Reyes, no tiene mayor importancia. Señala que estos no fueron de la magnitud denunciada por los diputados de oposición. Para él: “todo estará listo en el 2017”.

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No obstante, en tres de los componentes más importantes de la represa, como son las Obras de Regulación, El Sistema de Riego y La Planta de Tratamiento, el avance en mínimo en los últimos años. Un informe realizado hace dos indica que la construcción de las Obras de Regulación como son el Aliviadero, la Presa, la descarga de Fondo y la estabilización del estribo izquierdo tienen un retraso del 70% —lo que ha sido corroborado por otro informe elaborado este mismo año por el ingeniero Rafael Guevara, padre del proyecto.

Por su parte, Guillermo Palacios, quien desde hace casi un lustro lleva las investigaciones sobre la construcción de Yacambú, asegura que el Sistema de Riego, para cuya ejecución fue contratada la empresa brasileña Queiroz Galvao, ha avanzado a medias. Es que el proyecto inicialmente fue otorgado en 2008 a Aguas del Valle, cuyo socio mayoritario era una compañía cubana y tuvo severos inconvenientes de calidad. Se salió. Entretanto de la Planta de Tratamiento y de la aducción ya nadie se acuerda.

El estudio elaborado en 2014 por el ingeniero Rafael Guevara, experto en la materia y ex gerente de la empresa Sistema Hidraúlico Yacambu- Quíbor, revela que el pasado mes de septiembre, en un tramo entre los kilómetros 12 y 13, el túnel sufrió una importante deformación con levantamiento del piso y colapso de sus paredes laterales —que lo inhabilita para paso de equipos, servicios y personal. “Este accidente, y otros que es posible que sucedan, puede calificarse como ‘crónica de un accidente anunciado’. Hay diversos estudios que, desde 2008, han planteado como imprescindible la ejecución de revestimientos definitivos que refuercen diversos tramos de túnel. Lamentablemente no se ha hecho”, apunta.

El túnel de trasvase de Yacambú tiene 24,3 Km de largo con un túnel de acceso de 2,04 Km, para un total de 26,34. Su propósito es transportar un caudal medio de agua de 11.000 litros por segundo para riego en el valle de Quibor y para el suministro de agua potable a Barquisimeto-Cabudare.

“Después de muchos años y numerosas dificultades financieras, administrativas y técnicas, la excavación de los 26,34 km, se concluyó el 27 de julio del 2008. A partir de ese momento se iniciaron los trabajos de toda la longitud del túnel para la reparación, reforzamiento y revestimiento definitivo tramo por tramo. Sin embargo, no llegaron a buen puerto porque la gerencia del proyecto decidió la colocación de una membrana impermeable, que a juicio de varios especialistas no era necesaria ni conveniente. La membrana se adquirió, intentaron colocarla y, al final, desistieron —con la consecuente pérdida de dinero y tiempo”, explica Guevara.

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Además del revestimiento definitivo del túnel de trasvase y adelantos en los portales de entrada y salida, todavía quedan por concluir la presa, el aliviadero, el tratamiento del estribo izquierdo, la descarga de fondo y los túneles de desvío. Debe indicarse que durante los últimos diez años se han realizado grandes inversiones pero los avances no se han correspondido con lo invertido.

Perdida en el tiempo

Un recorrido realizado en la zona refleja la realidad del estado de atraso. En uno de los frentes más importantes, luego del túnel de transvase, como es la presa y el aliviadero, por donde saldrá el agua represada, se otean la soledad y aridez. El panorama no completa siquiera un 40% de avance. Así lo afirman trabajadores así como ingenieros especialistas que han inspeccionado el lugar. Además firman con sangre que, para culminar solo el frente de la presa, pueden pasar entre seis y siete años.

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“Llenar solo la presa requiere cuatro años. Es todo un protocolo de llenado vaciado y vuelta a llenar. La situación es simple: el aliviadero no tiene levantados los muros de borde, la losa se tuvo que realizar por segunda vez porque Enmhoca, que se hizo cargo de este frente en 2011, cuando el SHYQ le rescindió el contrato al Consorcio Yacambú en 2008 por ‘incumplimiento de contrato’, ejecutó trabajos con errores. Esto obligó a destruir lo construido y volver a comenzar”, vuele desolado Guevara.

El aliviadero debe llegar hasta el rio pero aún le faltan varios kilómetros de. No se han levantado ni siquiera las bases de los tres puentes que deben pasar por la zona para que cuando se llene la presa se pueda pasar por el lugar. Y la nueva carretera que permitirá el acceso desde Sanare hasta los caseríos y zonas circundantes no se ha comenzado. Tampoco la deforestación en donde se llenará el embalse y los túneles aliviaderos apenas están iniciando el levantamiento de las pantallas.

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La berma estabilizante en el Simaso no tiene revestimiento y puede deteriorarse cuando se llene el embalse. Tres de las galerías no han recibido mantenimiento en mucho tiempo. Para colmo: el informe de la Corporación Andina de Fomento (CAF), presentado en 2011, detectó que existían fisuras y daños en el concreto de la berma estabilizante y en la losa de concreto del Enroscamiento. También suscribe que no existe un severo control de calidad. Y se realizan de forma regular y sistemática las lecturas a los sistemas de instrumentación instalados en las presas desde 2005.

Las fisuras y agrietamientos del concreto pueden observarse a simple vista en un recorrido o paseo por el mamotreto de concreto. El agua de Yacambú incrementará en un 375 por ciento la superficie actual productiva del Valle de Quíbor —que hoy en día se limita a 3.500 hectáreas debido a la inexistencia de agua. Sin embargo, su producción no se ha paralizado. Es uno de los principales actores de la seguridad alimentaria del país en materia de hortalizas. Procura el 73% del consumo nacional de cebolla, el 55% del tomate y el 60% de cilantro, entre otros rubros.

De 26 mil hectáreas potenciales para cultivar, solo 3.500 están activas porque falta agua y las tierras ociosas son precisamente esas a donde no ha llegado la actividad ni privada ni comunal por la imposibilidad de riego.

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