Perfil

Susana Barreiros: premiada por sumisión chavista

Ella es la que, aun con las manos quebradas, leyó la sentencia que condenó a Leopoldo López a 13 años de cárcel. La que con mano floja liberó de sus máculas a un empresario que todavía no ha podido justificar sus pingües movimientos bancarios, la que posa sonriente con Diosdado Cabello, la que, por lealtad, el PSUV eleva a Defensora Pública

Publicidad

Este martes fue juramentada Susana Virginia Barreiros Rodríguez como Defensora Pública General de la Defensa Pública, por parte de la Asamblea Nacional, según el nombramiento hecho por la mayoría del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) el pasado jueves 10 de diciembre. La jueza fue propuesta para tal cargo por una comisión especial del parlamento encabezada por el diputado José Ávila para sustituir a Ciro Araujo, destituido por abandono del cargo en agosto de 2015. Coqueta, de camisa y uñas rojas, más una chaqueta al buen estilo Channel, la Susanita llegó al parlamento entre aplausos, sonrisas y felicitaciones. Una nueva foto con Diosdado Cabello llenará las planas, una más actual y con una mirada de complicidad superior.

SusanaB

Desde el 10 de septiembre de 2015, Susana Barreiros, jueza provisional 28 de Juicio de Caracas, se reservó un lugar en la historia contemporánea de Venezuela, tras leer una sentencia de 40 páginas con la que dictó 13 años y nueve meses, 7 días y 12 horas de prisión, en la cárcel militar de Ramo Verde, al líder del partido Voluntad Popular y ex alcalde de Chacao, Leopoldo López. A Holdack, Martín y González también los condenó a diez años el primero, y a cuatro años a los dos últimos, pero con libertad bajo régimen de presentación.

La abogada egresada de la Universidad Bicentenaria de Aragua —tiene una maestría en Derecho Penal por la Universidad Santa María— nació en julio de 1981. Entró a la nómina del Poder Judicial el primero de marzo de 2003, con tan solo y cortísimos 21 años de poca experiencia, según quedó registrado en los datos del Instituto Venezolano de Seguridad Social. Más de dos lustros después de su contratación, sigue laborando de forma “provisional” y ejerce su cargo como jueza sin titularidad.

El 12 de agosto de 2010, la Comisión Judicial la designó como sustituta de la jueza María Lourdes Afiuni, apresada tras dictar una sentencia a favor de Eligio Cedeño. Así, quedó al frente del juzgado de Primera Instancia del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas. Dos años más tarde, el Tribunal Supremo de Justicia la nombra, junto al abogado Alí Fabricio Paredes, como jueza antiterrorista. Su compañero, sin embargo, fue destituido en abril de 2015, tras ser acusado de favorecer al narcotraficante Walid Makled.

Por las manos de Barreiros han pasado varios casos vinculados a instituciones bancarias. Condenó en enero de 2014 a José Nicolás Tovar Jiménez, Ramón Heraldo Paredes y Alejandro Néstor Tineo Salas tras descubrir notas falsificadas del desaparecido Banco de Desarrollo Agropecuario (Bandagro). Tuvo en sus manos los expedientes de los casos de Ricardo Fernández Berruecos y Arné Chacón, hermano del exministro Jesse Chacón. Ambos involucrados en la mini crisis bancaria de 2009. A Chacón, acusado de “aprobación indebida de créditos” y “aprovechamiento fraudulento de fondos públicos” durante su gestión como directivo en las entidades bancarias Baninvest, Central y Real, Barreiros le otorgó libertad con régimen de presentación y prohibición para salir del país luego de casi tres años preso.

El segundo caso polémico de su trayectoria judicial también estuvo ligado a banqueros. El empresario Ricardo Fernández Barruecos era otro de los acusados que permanecía preso por “apropiación de fondos de los ahorristas” de los bancos Bolívar, Confederado, BanPro y Canarias. Su defensa, entonces, consistía en que Fernández Barrueco no formaba parte de la directiva de ninguno de los bancos. Finalmente, en abril de 2013, Susana Barreiros le concedió la libertad.

Ese 2013, tuvo lugar otra polémica para Barreiros, al dejar en libertad al “rey de la cabilla”, Luis Velásquez, un empresario chavista que, a través de sus cargos en Sidor, Ferresidor, Orinoco Iron, Briqven, Cemex, entre otros, fue acusado de corrupción. Salió libre, aunque según la Contraloría no pudo justificar el movimiento de altas sumas de dinero en sus cuentas.

Durante el juicio a Leopoldo López, se caracterizó por conducir las audiencias con extrema severidad, según los reporteros que cubrieron las jornadas, y por la negativa de Barreiros a admitir pruebas de la defensa durante 19 meses. En la última audiencia, incluso prohibió que los abogados defensores efectuaran la revisión final del expediente e impidió que el ex alcalde de Chacao realizara una presentación audiovisual durante su intervención final en el proceso.

La noche del 10 de septiembre culminó el caso más emblemático de Barreiros. Antes de leer, con manos temblorosas según testigos, las 40 páginas de la sentencia, escuchó a López decir: “Si la sentencia es condenatoria sé que usted tendrá más miedo de decirla que yo de escucharla…”.

De acuerdo con el militar retirado y miembro de Voluntad Popular, Antonio Rivero, la sentencia dictada por la jueza respondió a una orden del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Para reafirmar su señalamiento, el oficial publicó en Twitter una fotografía en la que posaban el primer vicepresidente del Psuv y la jueza, sonrientes. La imagen se ha convertido en una de las más usadas para identificar a la mujer.

Publicidad
Publicidad