Venezuela

Darién, el paso por donde cruzan (y mueren) cada vez más venezolanos rumbo a EEUU

Casi uno de cada tres personas que cruzan a pie el infernal paso del Tapón del Darién, que separa a Panamá de Colombia, son venezolanos, advierte un informe de agencias humanitarias de la ONU, que piden a los países de la región más recursos y más acciones para atender esta crisis migratoria.

Venezolanos cruzan el Darién Foto EFE
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El Tapón de Darién un pedazo de selva espesa que ocupa el 13% del territorio de Panamá, está a 3.500 kilómetros de Estados Unidos  y es uno de los pasos terrestres de migrantes más peligrosos de América. Pero por ahí se aventuran a diario centenares de personas que van rumbo al Norte y son carne de cañón de mafias internacionales que facturan con la necesidad y la esperanza ajena. Cada vez más venezolanos desafían a la muerte por ese camino.

Ahora esta ruta infernal también es tomada por decenas de venezolanos que siguen por carretera rumbo a la frontera sur de Estados Unidos, donde muy probablemente serán arrestados y devueltos al país de donde salieron.

Migrantes venezolanos escogen el Darién. Foto: MSF
Fotografía sin fecha específica, cedida por Médicos Sin Fronteras (MSF), en la que se ve a unos migrantes mientras comen en un centro de recepción en la región del Darién, selva que separa Colombia de Panamá. EFE/Sara De La Rubia/Médicos Sin Fronteras

Este martes la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) advirtieron en un reporte que son cada vez más las personas que recorren esos peligrosos caminos por las junglas del Tapón del Darién en busca de seguridad y estabilidad.

«Entre ellas se encuentra un número creciente de personas venezolanas».

Venezolanos trashumantes

«Conforme se hace patente el impacto socioeconómico de la pandemia de covid-19 en la vida de refugiados y migrantes de Venezuela en distintos países de acogida en América Latina y el Caribe, va en aumento el número de venezolanos que se dirige hacia el norte junto a grupos de personas en situación de movilidad humana», advierten las agencias humanitarias  en un comunicado.

Las estadísticas de las autoridades panameñas, citadas en el informe, revelan que el número de personas de Venezuela que cruzó el Tapón del Darién en los primeros dos meses de 2022 llegó a alrededor de 2.500 y casi sumó el total registrado en 2021 (2.819 personas).

«La cifra total de personas que han cruzado la jungla este año casi se ha triplicado en comparación con el mismo período el año pasado: de 2.928 en los primeros dos meses de 2021 a 8.456 en el mismo lapso en 2022. La cifra de este año incluye 1.367 niñas, niños y adolescentes», recalca.

Esto significa que el 30%, es de decir casi una de cada tres personas que pasan o intentan pasar por ahí son venezolanas.

Boca del infierno

«El Tapón del Darién, que marca la frontera entre Colombia y Panamá, comprende 5.000 kilómetros cuadrados de junglas, ríos y montañas escarpadas, topografía que la convierte en una de las rutas más peligrosas del mundo para personas refugiadas y migrantes. Cruzar esta región puede tomar hasta diez días para las personas en mayor situación de vulnerabilidad, quienes se encuentran expuestas a amenazas naturales y también a grupos criminales que perpetran violencia, incluyendo abusos sexuales o robos», advierten las agencias de la ONU.

Un premiado reportaje de la BBC, publicado en 2018, cuando esta no era una ruta frecuente para venezolanos sino para migrantes originarios de países sumidos en guerras y graves conflictos sociales como Cuba, Haití, Bangladesh, Yemen  o Somalia, narra el infierno que atraviesan estas personas.

«Pero que es sobre todo un infierno de humedad y calor donde casi no se divisa el cielo. No se ve por dónde sale el sol ni dónde se esconde, es imposible distinguir el norte del sur sin brújula, sin GPS. Si no hay alguien que lo indique, se pueden pasar días caminando en círculos como un perro que persigue su propia cola», describe Alejandro Millán Valencia en esa crónica de BBC que estuvo entre los mejores 39 trabajos de periodismo narrativos que se publicaron en el mundo, según el premio True Story Award.

Panamá intenta ayudar

El informe de las agencias de la ONU señala que muchas de las personas que cruzan la Región del Darién – por lo general, adultos jóvenes y familias – llegan a comunidades indígenas de difícil acceso con hambre y deshidratación, exhaustas y requiriendo atención médica.

«ACNUR y OIM reconocen los esfuerzos positivos del Gobierno de Panamá para brindar asistencia y reiteran su compromiso para apoyar a las autoridades con el fin de garantizar el acceso a ayuda y protección para todas las personas con necesidades, incluidas las comunidades de acogida».

Si bien muchas personas venezolanas que atraviesan esta peligrosa ruta solían vivir en otros países de acogida en América del Sur, un número creciente proviene directamente de Venezuela.

Un paso trillado

Personas refugiadas y migrantes de diversas nacionalidades han cruzado el Tapón del Darién durante años. En 2021 se registró una cifra nunca antes vista de personas que pusieron sus vidas en riesgo atravesando la densa jungla entre Centroamérica y América del Sur, señalan los expertos.

Migrantes cruzan el Darién, cada vez hay más venezolanos. Foto EFE

Alrededor de 133.000 personas hicieron la travesía el año pasado, la mayoría de los cuales provenía de Haití, incluyendo su descendencia nacida en Chile y Brasil, seguidos de, cubanos, venezolanos y personas de lugares tan alejados como Bangladesh, Ghana, Uzbekistán y Senegal. Tan solo en 2021, se reportó la muerte o la desaparición de 51 personas.

En respuesta al creciente número de personas que cruzan la Región del Darién, ACNUR, OIM y sus socios están ampliando su respuesta en Panamá, donde apoyan con albergues temporales en centros de recepción que opera el gobierno. Asimismo, entre otras cosas, proporcionan colchones, mantas, lámparas solares y kits de higiene a comunidades locales y personas en situación de movilidad humana. Ambas agencias continúan colaborando estrechamente con las instituciones gubernamentales para garantizar el acceso a los sistemas de asilo en toda la región, señala el informe.

ACNUR y OIM hacen un llamado para aumentar el apoyo y la inversión en comunidades de acogida, con el fin de fortalecer los servicios que benefician tanto a las personas refugiadas y migrantes como a la población local.

Más recursos

«Instamos a los países de acogida a mantener el acceso a procedimientos de asilo, ampliar las opciones de estadía regular para personas refugiadas y migrantes en situación de vulnerabilidad y brindar protección y asistencia a partir de las necesidades existentes, incluyendo niñez separada o no acompañada, víctimas de violencia sexual o de género, víctimas de trata de personas, tomar medidas enérgicas contra traficantes y tratantes de personas, y combatir la xenofobia y la discriminación. Las necesidades de las personas en situación de movilidad humana podrán solventarse solo mediante un enfoque regional integral».

Hay más de seis millones de venezolanos refugiados y migrantes en distintas partes del mundo. La mayoría de estas personas – casi cinco millones – reside en América Latina y el Caribe.

En 2022, la Plataforma de Coordinación Interagencial para la Situación de Venezuela (R4V) lanzó un plan de $1.790 millones (USD) para satisfacer las crecientes necesidades de personas refugiadas y migrantes de Venezuela y de las comunidades que les han acogido en 17 países en la región.

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