En el último año, los puertos venezolanos se han convertido en una especie de metáfora de la crisis económica que vive el país: la desolación de sus muelles contrasta con las filas de buques que años atrás esperaban para descargar, reseñó la BBC.
Según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), entre 2013 y 2014 el tráfico de contenedores total en los cinco puertos principales del país cayó en un 34%, mientras que hasta hace dos años superaba los 1,4 millones.
De 2015 aún no se tienen cifras pero según la Cámara de Comercio de la ciudad de Puerto Cabello, donde se encuentra el muelle más grande de Venezuela, solo en el primer trimestre de este año tuvo una caída de su actividad portuaria del 50% con respecto a 2014.
Por su parte, el Puerto de La Guaira está inactivo en un 90%, según la Cámara de Comercio del estado Vargas.
La falta de divisas por la caída del 60% del precio del petróleo nacional ha significado un aumento importante de la escasez de bienes básicos y, por consiguiente, un golpe a la antes pujante actividad portuaria.
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Las importaciones de textiles serán pechadas dentro de poco con aranceles de hasta 40% y los empresarios de la manufactura prometen generar empleos y recuperar un sector golpeado por años de crisis en cadena.
La caída en las importaciones corresponde también con la caída que ha sufrido el consumo en Venezuela en lo que va de año
El presidente de Conindustria, Luigi Pisella, denunció que el Fisco nacional dejó de percibir 861 millones de dólares por la exoneración del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a las importaciones durante 2021
