En al menos 27 puntos de la capital chilena, manifestantes encendieron neumáticos y otros objetos, logrando paralizar la circulación de vehículos en varios puntos de la ciudad en la hora punta de la mañana.
Dos buses del transporte público que circulaban con pasajeros resultaron también completamente quemados tras ser atacados con bombas incendiarias, sin provocar heridos. La policía frustró el ataque a otros dos vehículos.
«No corresponde que, por muy legítimas que sean las reivindicaciones, se afecte a la mayoría de los ciudadanos», reprochó el subsecretario del Interior y Seguridad, Mahmud Aleuy.
La manifestación se suma a una huelga de funcionarios públicos que reclaman un aumento de salarios.
La protesta fue convocada por el movimiento NO+AFP, que arrancó este año para exigir el fin del sistema privado de pensiones instaurado a inicios de la década de los 80 por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
El sistema fue pionero en instaurar la capitalización individual del trabajador, sin contemplar aporte ninguno por parte de la empresa.
Después de más de tres décadas de funcionamiento, el sistema incumplió su promesa de entregar como pensión el 70% del último salario del trabajador. Hoy, la media de pensiones en Chile está por debajo del salario mínimo (398 dólares).