Empresas y Negocios

Carlos Dorado: la plata que viste

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Él jura no poseer un talento excepcional. No detenta más don que el del empuje. Sí, como buen gallego que es, aprendió a trabajar sin descanso —aunque no sude la gota gorda. Ese ímpetu lo convirtió en un Midas tropical, aunque lo niegue. Donde pone el ojo, pone la plata y luego los bolsillos y alforjas llenos. Bien codeado, le gusta la moda pero ni las arcas le han restado la llaneza que lo viste.

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