Largas filas de compradores se observan a las puertas de zapaterías del bulevar de Sabana Grande, una de las grandes vitrinas de Caracas, antes de que se aceleren los efectos de la hiperinflación, desatada tras los recientes anuncios económicos del gobierno.
Los compradores esperaban este martes su turno para encontrar un par de zapatos, cuyos precios se incrementaron entre un 20 y 30% en promedio desde que el presidente Nicolás Maduro anunciara un paquete de medidas hace dos semanas, aseguraron los consultados a El Estímulo.
Marisela Pinto explicó que prefiere comprar cuanto antes un par de zapatos escolares para su hija porque, dijo, «no sabe lo que va a pasar» ante el incremento descontrolado de los precios de bienes en Venezuela.
«Cuando uno tenga unos realitos ahí, hay que aprovechar el precio papá, porque los zapatos de la niña estaban en 50 (millones de bolívares de viejo cono monetario); ahora están en 70, ahora no sabemos en cuánto estarán en los próximos días», dijo Pinto en medio de una cola bajo el sol caraqueño.
La inflación venezolana se proyecta en 1.000.000% para el cierre del año según el Fondo Monetario Internacional pero economistas como Ricardo Hausmann la estiman en un brutal 44 millones por ciento tras las medidas del gobierno, que se resumen en mayores impuestos, una maxidevaluación monetaria, controles de precios y un brutal aumento del salario que ronda el 2.400%.
Otros compradores hacían la cola de las zapaterías a la espera de una fiscalización de la Sundde, el organismo fiscalizador que se ha desplegado por todo el país a la búsqueda de comerciantes que han remarcado sus precios en un contexto de hiperinflación, controles y aumento del salario mínimo.
«Si vienen, por lo menos uno se ahorra algo», dijo José Alcazar, quien hacía la cola junto a una decena de personas a las afueras de una zapatería caraqueña.
A las puertas de unas elecciones cruciales para el futuro del peronismo en el poder con Cristina Kirchner y Alberto Fernández, el gobierno argentino congela casi 1.500 productos en otro cuestionado esfuerzo por contener la inflación.
En un país donde un tercio de la población está mal nutrida, hay hiperinflación, no existe el poder de compra real de los salarios formales y la agricultura está postrada, Nicolás Maduro ordena llevar al 20% los aranceles al maíz y el arroz, dos productos básicos para millones de familias desesperadas.
En aras de controlar el vector de contagio, el sistema de precios y el mercado por sí sólo no tendría por qué constituir un medio eficiente para garantizar un acceso uniforme a productos de higiene que coadyuvaría a mantenernos fuera de dicho vector | Por Enrique González
