Opinión

¿Cuál puede ser el tipo de cambio de equilibrio?

Dentro de los temas de discusión que se plantean hoy en día en el país, no solo entre los economistas, sino también entre los empresarios y ciudadanos de a pie, se encuentra uno de vital relevancia: ¿Cuál debe ser el tipo de cambio de equilibrio de la economía venezolana que cuenta con dos tipos de cambio oficiales y uno de mercado negro o paralelo?

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Por Asdrúbal Oliveros @aroliveros / Foto: AP

Responder esta pregunta no es tan sencillo. Cuando hacemos el análisis de los diferentes indicadores de tipo de cambio que pueden calcularse en la economía venezolana, nos encontramos con que todos difieren, en mayor o menor grado.

Un primer indicador es lo que en Ecoanalítica calculamos el tipo de cambio real (TCR) según la metodología de la paridad de poder de compra (PPC), el cual se deduce ponderando los índices del tipo de cambio real bilateral que se tenga con cada socio comercial. Además, deflactamos el tipo de cambio nominal por la relación entre inflación interna y externa, basada en el índice de precios al consumidor (IPC) de los principales socios y de Venezuela.

En este sentido, es previsible que el ritmo de depreciación del TCR se haya acelerado desde 2014, ya que la inflación se ha expandido de manera exponencial ante el desplome del modelo económico implementado por el chavismo. En momentos en los que el precio del petróleo se mantuvo en niveles cercanos a $100 por barril , el Gobierno pudo mantener relativamente controlada la inflación y, por ende, la depreciación del TCR.

En consecuencia, y considerando nuestras proyecciones de inflación para este año 2017, en Ecoanalítica estimamos que el TCR cierre el año en VEF 1.222,8/US$, lo que representa un promedio anual de VEF 920,3/US$.

El problema en Venezuela es que la distorsión de precios hace que existan brechas importantes entre los diferentes tipos de cambio que se usen, de acuerdo con la metodología empleada, haciendo más complejo el análisis.

Dentro de todos los indicadores, es importante resaltar el tipo de cambio del sector público, ya que es el de menor cotización actualmente. En otras palabras, el sector público es el que tiene un tipo de cambio más sobrevalorado con respecto al TCR y que, por tanto, está comprando cada dólar a un precio mayor. Si lo vemos desde el punto de vista de las importaciones, esto quiere decir que el Gobierno en el año 2016 le fue más costoso importar que en el año 2015. Paradójicamente, el sector público fue el que tuvo el mayor peso en las importaciones el año pasado.

Todo lo contrario ocurre con el tipo de cambio ponderado del consumidor (TCC), el cual se ha depreciado en términos reales. Si consideramos que este indicador mide el precio del dólar que un venezolano promedio está pagando por cada dólar consumido, vemos que el TCC refleja una aproximación de la caída del poder adquisitivo de los venezolanos y es, a su vez, un indicador del tipo de cambio que en principio debería tenerse en caso de una unificación cambiaria. En este momento, el TCC se ubica en VEF 1.274,1/US$.

En este sentido, es importante resaltar que el tipo de cambio de una unificación cambiaria en el corto plazo no es el tipo de cambio de equilibrio. En otras palabras, pensar que la tasa de equilibrio puede estar por debajo de estos indicadores es tener una visión de muy corto plazo que no contempla el equilibrio general que necesita la economía venezolana. Para que una unificación cambiaria sea exitosa en el largo plazo, todos estos indicadores deberían converger a un tipo de cambio que podríamos considerar de equilibrio.

Por otro lado, genera una gran preocupación ver cómo el tipo de cambio fiscal, aquel que le permite al Gobierno cerrar el déficit fiscal que estimamos que para el sector público restringido (SPR) cerró 2015 con 20,2 puntos del producto interno bruto (PIB) y que para 2016 estimamos en 17,6%, se encuentra muy lejos del tipo de cambio promedio del sector público.

Resulta importante entender que una devaluación de mayor magnitud no necesariamente va a generar los ingresos por devaluación para cerrar el déficit. La economía venezolana padece de una inmensa cantidad de distorsiones que exige un cambio de modelo económico de la mano de la devaluación.

La literatura nos dice que el tipo de cambio real de equilibrio (TCRE) es aquel que permite que simultáneamente se alcancen los equilibrios interno y externo de la economía para valores de los “fundamentos” que sean sostenibles.

Los fundamentos más relevantes para explicar la trayectoria del TCRE en América Latina son la productividad relativa de los respectivos países con respecto a sus principales socios comerciales, los términos de intercambio, la posición de inversión internacional y el cociente transferencias corrientes-PIB, aunque, los fundamentos que presentan una relación de largo plazo con el tipo de cambio son específicos a cada país, Venezuela es uno de los países con mayor opacidad en cuanto a cifras oficiales y, en consecuencia, identificar dichos fundamentos resulta una carrera de obstáculos.

En las condiciones actuales, la determinación de este valor luce cuesta arriba y es uno de los retos y desafíos que tendremos que enfrentar cuando Venezuela empiece a sanear su economía.

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