“Dios proveerá”, dijo el Jefe de Estado al referirse a las inversiones y problemas económicos que vive el país. También este dicho bíblico fue la respuesta de uno de los encuestados, quien de manera satírica quiso manifestar su descontento mientras esperaba en la cola del Excelsior Gama de Los Palos Grandes.
La cola del Gama de Los Palos Grandes era por leche de larga duración y café.
“El Presidente no sabe lo que está pasando en el país y lo que tiene que vivir el pueblo para conseguir la comida. Mientras él está de viaje disfrutando, nosotros estamos aguantando estas colas”, señaló la señora Carmen, quien vestía una camisa roja en la cola a las afueras del supermercado Luvebras de La Castellana, al que había llegado la leche en polvo.
Ayer Maduro atribuyó el problema del desabastecimiento a los empresarios y mayoristas de las empresas privadas, afirmando que esconden los productos a los venezolanos, creando y generando la “guerra económica” para desestabilizar el país, y específicamente hizo mención al caso de los pañales, producto por el cual la cola se perdía de vista en el Locatel La Castellana..
Muchos de los consultados por Elestímulo.com dijeron estar convencidos de que “no son los empresarios quienes están escondiendo los productos” y la culpa por falta de pañales, leche, papel, jabón, café y otros bienes básicos recayó sobre varios factores.
Una señora indicó que el gran flujo de personas que compran ante la incertidumbre de volver a conseguir los productos, provoca que se agoten rápidamente. “Existe un nerviosismo en la gente, un miedo de no poder conseguir comida y los artículos básicos”, dijo.
Algunos expresaron que no confían en la capacidad de respuesta ante el grave problema del desabastecimiento.
Una ama de casa de nacionalidad cubana llegó a la cola del Excelsior Gama Plus de Santa Eduvigis y de igual forma manifestó su descontento. “Tengo 35 años en el país, voté por el comandante Chávez, creí en su legado y voté por Maduro también”. La señora, habitante de la populosa parroquia de Petare, dijo sentirse como en Cuba, cuando comenzó a hacer colas y entregar su cédula para poder comprar lo que buscaba.
“Antes podía comprar lo que quería, incluso sin necesitarlo. Ahora me siento cuando estaba en mi hogar, claro aún no llegamos a ese punto, todavía quedan algunas libertades, pero tengo miedo y el gobierno no lo veo queriendo resolver el problema, más que achacarle la culpa a otros”.
La mujer buscaba leche luego de sortear colas en otros abastos.]]>