Energía y Petróleo

El esquisto se fortalece a $50 el barril si no hay acuerdo en Viena

Si no hay acuerdos en la conferencia de la OPEP el del 30 de noviembre en Viena, el crudo de esquistos podría convertirse en la referencia a 50 dólares el barril, tomando en cuenta que países No OPEP también están aprovechando la tecnología del fracking o fractura hidráulica de rocas para extracción de petróleo.

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Foto: AP /Sue Ogrocki

Este parecer corresponde a la experta Lucía Palacios, del Centro de Energía de la Universidad de Columbia, quien fue entrevistada la semana pasada en CNN en español.

Palacios dijo que cuando se están firmando contratos a futuro a 55 dólares el barril, es muy optimista pensar en escenarios con precios sostenidos a 70 dólares.

Su criterio está basado en que han bajado los costos de producción del esquisto y en la contratación de más taladros por parte de las grandes petroleras estadounidenses. Si el precio sube a 60 dólares, los productores de esquisto de EEUU tienen la palabra.

Refiriéndose a Latinoamérica, sostiene que Colombia puede crecer con un barril en 50 dólares, igual que México. Brasil ha subido la producción y no incluye a Venezuela porque la producción es más cara.

John Hess del grupo Hess (que fue socio de Pdvsa en la refinería de Islas Vírgenes) dijo a Argus Media que el negocio petrolero ha cambiado en los últimos 10 años y las empresas tienen que hacerlo también, porque el crudo de esquistos es un petróleo de “ciclo corto” en contraste al crudo convencional que es de oscilación o de “ciclo largo” en la jerga petrolera.

Hess precisó que el esquisto es la única inversión que puede estar en el mercado entre 6 y 12 meses, después que el crudo se extrae del subsuelo y se pone a la venta. En esos lapsos de venta representa un retorno casi inmediato de liquidez.

Además, es mucho más rápido que los proyectos de ciclo largo, de crudos convencionales que requiere de 3 a 5 años desde que se perfora el pozo hasta que se lleva al mercado.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo de hace más de una década era el productor de “equilibrio”. En realidad, Arabia Saudita es el único productor de oscilación, que puede bajar y subir la producción de miles de barriles con costos bajos.

Hess agrega que el crecimiento del petróleo va a ser en función del precio y operará bajo la consigna de eficiencia y productividad.

Ahora la industria estadounidense de esquisto puede mantener la producción a 50 dólares el barril y estamos hablando sólo de producción, porque los refinadores lo prefieren por un mayor aporte de productos refinados. Si sube a 60 dólares puede crecer la producción a 300.000 barriles diarios. Puede reaccionar más rápido que los ciclos típicos del negocio petrolero de los últimos 20 y 30 años. Los 7 campos gigantes de EEUU están produciendo solos 5,9 mlllones de barriles diarios de esquistos.

Hess insiste que lo que está pasando es que se debe pensar que este negocio petrolero es diferente hoy. La OPEP, que tiene los mejores servicios de información y sus ministros y expertos son muy experimentados, ha tenido que revisar su estrategia de resistencia al esquisto. Se supone que el crecimiento de la producción será de los países en desarrollo y de Rusia.

Argus Media uno de los medios de mayor independencia y credibilidad, se hizo eco de una declaración de Mohammed Barkindo, secretario general de la OPEP en la conferencia del 17 de 0ctubre pasado, según la cual la OPEP se había dedicado a controlar su cuota de mercado en lugar de defender los precios, al abandonar su rol de “swing productor”. Pensó en la recuperación del mercado, al menos de los más ricos y de la misma región, porque subestimó la industria del esquisto de los EEUU.

Los miembros de la OPEP no esperaban que el desequilibrio en el mercado sería tan largo. Subestimaron la capacidad de entendimiento de los expertos de la OPEP, bajo la presión de Arabia Saudita que se limitó a decir que los países de petróleo caro y los productores costa afuera que aportan el 10% de la demanda mundial, habían perturbado el mercado, según Barkindo.

La industria del esquisto demostró ser más resistente de lo que muchos anticipaban.

Hay varios conflictos internos de intereses que hacen más difícil el acuerdo. El viejo pleito político y religioso de Arabia Saudita con Irán; otra controversia de sauditas con Rusia, por un liderato y supremacía. Quieren que Irán baje la producción a 3,92 millones de barriles diarios y este se niega. Irak, agobiado por la guerra necesita más dinero y además, cuando la OPEP fijaba los precios y las cuotas de producción, ambos países vecinos tenían la misma producción 4.3 millones de barriles diarios.

Otros miembros de la OPEP como Nigeria y Libia, con grandes perturbaciones internas políticas y económicas, observan que sauditas y los poderosos productores del Golfo tienen capacidad de producción y han mantenido abiertos los grifos de producción.

Pero Argus Media hace estas observaciones de productores OPEP y No-OPEP. Azerbaiyan dijo que apoya el recorte de producción y se compromete a no producir más crudo del que no puede producir; Kazagastan señaló que aún no ha decidido si asiste o no a la reunión, pero no tiene planes para reducir su producción y vigila el bombeo de su competidor Kachagan.

Oman ha hecho un gesto simbólico, pero no va a caer por debajo de sus totales líquidos después de haber logrado una producción de 1 millón de barriles diarios; Egipto ha dicho que puede ofrecer un poco si Arabia Saudita le restablece la ayuda; Noruega presentó sus excusas desde el primer momento; Canadá respondió que aumentará la producción.

Brasil seguirá rompiendo records de su producción de crudos subsal de las profundidades del mar. Brasilia en medio de todos sus conflictos prefiere atraer empresas extranjeras para que participen en las próximas licitaciones.

México no muestra signos de oponerse a una tendencia de limitar la producción y podría comprometerse con la OPEP. Lo mismo puede suceder con Colombia que dice que puede subsistir con el precio del barril a 50 dólares.

Rusia con una producción sostenida por 9 meses de 11 millones de barriles diarios, considera mantener su potencial por encima de todos los demás problemas juntos. Está claro que Rusia considera un acuerdo que no exceda los 6 meses, y ha dicho que preferiría una congelación, pero no un recorte de la producción.

No hay ninguna fórmula que convenza a los productores y faltan pocos días para el encuentro en Viena. Se acerca la temporada de alta demanda en el último trimestre del año, sin incluir que un invierno fuerte cambiaría los cálculos. O burlarían el acuerdo como hicieron con el anterior.

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