Economía

El pago en dólares se vuelve una práctica común en Valencia

El pago en dólares en Valencia se ha vuelto una práctica cada vez más común que las compras de productos, sin mayores inconvenientes, a pesar de que la moneda de curso es el bolívar.

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FOTOGRAFÍA: AFP

Tiendas por departamentos, talleres, panaderías, zapaterías, gimnasios, ventas de repuestos, fruterías, restaurantes y supermercados son algunos de los comercios que transan en la divisa norteamericana.

En una de las tiendas por departamento, ubicada en la avenida Bolívar, existe inclusive una fila para los pagos en dólares. Allí los compradores se acercan a las cajeras a preguntar en cuánto está el cambio del día. El viernes 12 de abril se cotizaba en 4.200 bolívares por dólar.

“Vine y compré dos camisas, un short deportivo, un pijama, seis latas de atún, dos paquetes de galletas y una crema y pagué 28 dólares. Le dí 40 dólares a la cajera y me dio el vuelto en dólares también. Observé que la clienta anterior a mí debió pagar una pequeña diferencia en bolívares con su tarjeta de débito. La verdad es que la cola en dólares es mucho más corta que la otra en bolívares”, explicó Carmen Pérez, una contadora que recibe algunos pagos en moneda extranjera por su trabajo independiente.

En la misma fila, otra mujer con un niño en brazos y un embarazo avanzado, llevaba tres paquetes de pañales y un billete de 10 dólares. Sacaba cuentas con su teléfono celular para saber si los podía llevar todos o dejar uno.

“Mi esposo se fue a vivir a Perú, a trabajar en la construcción, y desde allá me envió con un amigo un dinero en dólares. En vista de lo caro que están los pañales, prefiero ir comprándolos antes de que nazca la niña que viene en camino”, dijo María Rodríguez, un ama de casa de 24 años que está residenciada en Santa Rosa, Valencia.

En una venta de repuestos, en Naguanagua, el encargado ofrece baterías entre 70 y 90 dólares, depende del modelo que busque el comprador.

“Las baterías las traen de afuera y yo lo que hago es hacerle el favor al dueño de tratar de venderlas. Salen rápido porque hay escasez”, contó el joven que prefirió no dar su nombre.

Pero si de alimentos se trata, la situación es más común de lo previsto. “Hasta los que venden frutas en la calle te aceptan dólares”, señaló José Pereira, un motorizado que llevaba una compra en bolsas de una red de supermercados en Valencia.

Agregó quele calcularon el dólar a 4.500 bolívares, el pasado lunes 15 de abril, y tenía 20 dólares disponibles, así que aprovechó para surtirse de frutas, verduras, queso, pan, pasta y algo de carnes. “Mi mujer se pondrá contenta porque parezco San Nicolás, voy cargado (…) el billete me lo mandó mi hermana que vive ahora en Chile y se lo agradezco”.

Las panaderías también incluso ofrecen chucherías en recipientes de vidrio que están valoradas en dólares. Igual ocurre en pequeños negocios de suplementos alimenticios para aquellos que se ejercitan. Merengadas, barras energéticas y otras mercancías tienen precio marcado en la divisa norteamericana.

“Esto comenzó a arreciar cuando el primer apagón del 7 de marzo que todo lo querían vender en dólares porque no había sistema para pagar con las tarjetas venezolanas y ante la necesidad, algunos aprovecharon para hacer su agosto en marzo. Ahora se ha generalizado y yo me pregunto si es que los venezolanos ganamos en bolívares o en dólares”, se quejó Simón Hurtado, un jubilado de 72 años que vive en Las Chimeneas en Valencia.

En las zonas populares de la capital de Carabobo también se observa la misma práctica. Incluso pequeñas bodegas, luego de sacar cuentas, preguntan a los clientes si desean cancelar en dólares.

Esta situación ocurre en medio de una situación de crisis económica que ha llevado al país a vivir una hiperinflación que devora cualquier salario de los trabajadores venezolanos. Solo pueden resistir quienes reciben remesas del exterior o ciertos pagos en moneda extranjera.

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