Industria

El potencial exportador de la industria de autopartes

Desde hace varios años, la industria nacional de autopartes sufre una caída del mercado nacional debido a la contracción del sector ensamblador. De 172.361 unidades ensambladas en 2007, hasta octubre de 2018 se han ensamblado solo 824 vehículos, lo cual significa que se dejan de producir e incorporar autopartes nacionales.

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Texto: Víctor Álvarez R. - Omar Bautista B. | Fotografía: EFE

La pérdida del poder adquisitivo ha mermado el mercado de reposición. Según el INPC que calcula la Asamblea Nacional, la hiperinflación en septiembre fue de 233% y en octubre registró 148%. Hasta octubre 2018 han disminuido en 50% las ventas de repuestos y las empresas han perdido el 67% de sus trabajadores. Los fabricantes nacionales de autopartes también son afectados por los problemas en el suministro de materias primas por parte de las empresas básicas, los cortes de electricidad, la migración de profesionales y técnicos, los rígidos controles de precios y los operativos de fiscalización.

Al no tener acceso oportuno y suficiente a las subastas de divisas, buena parte de las materias primas e insumos son adquiridas en el mercado nacional al precio que se consiga, lo cual ejerce una permanente presión al alza de los costos. Pero al controlar los precios finales de algunos repuestos, mientras los costos de los insumos y fuerza de trabajo suben permanentemente, los costos de producción superan los precios controlados, cuestión que genera pérdidas, desincentiva la producción y agrava la escasez.

Todos estos factores se combinan y explican la profunda contracción de la industria nacional de autopartes, cuya operatividad promedio apenas alcanza el 16,3% en 2018.

Un sector con potencial exportador

El sector autopartes llegó a exportar $ 262 millones en 2004. Desde entonces las ventas en el exterior se han reducido hasta registrar apenas $ 3,2 millones hasta octubre de 2018. En lo que va de año, el sector apenas ha recibido $ 459.218 del Dicom, mientras que su deuda alcanza los $ 406 millones, correspondiente a 3.678 solicitudes en Cencoex que esperan la autorización para la liquidación de divisas (ALD).

En el 2005, cuando se fabricaron 154.961 vehículos, los autopartistas recibieron una asignación de $ 427 millones de dólares de Cadivi, y las exportaciones del sector alcanzaron los $ 225 millones de dólares. Esto indica que los fabricantes de piezas y repuestos generaron por exportaciones, el 53% de las divisas que le fueron liquidadas ese año a la tasa oficial.

En 2007 se logró un record de ensamblaje de vehículos de 172.361 unidades, pero las exportaciones de autopartes cayeron a $128,3 millones, para una cobertura del 28% de las necesidades de divisas del sector, que para ese año fueron de $456 millones. A raíz del anclaje cambiario, la contribución de los fabricantes de autopartes a la generación de nuevas fuentes de divisas cayó en picada, hasta llegar a solo $ 8,5 millones al cierre del año 2012, para una cobertura de apenas un 3% de las necesidades de divisas de los fabricantes de piezas y repuestos.

La necesidad de un sistema de libre convertibilidad

Hasta hace poco, la abundancia de petrodólares originó la sobrevaluación de la tasa de cambio que estimuló toda clase de importaciones e hizo inviable exportar, originando una balanza comercial cada vez más deficitaria. Los fabricantes nacionales de piezas y repuestos resultaron muy perjudicados por la sobrevaluación de la tasa de cambio oficial. De generar más del 50% de sus necesidades de divisas, perdieron su capacidad para exportar hasta terminar en un sector cada vez más dependiente de la menguada renta petrolera.

A los industriales que no exportan les resulta muy engorroso tener acceso a las divisas a través de las subastas del Dicom y esta restricción los obliga a migrar al mercado paralelo. Pero al comprar las divisas más caras, sus costos son mayores y no pueden competir con las importaciones gubernamentales que se hacen a la tasa más barata de Dicom, lo cual está matando a la industria nacional.

Con la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios se despenalizan las operaciones de compra-venta de divisas entre particulares y con el nuevo Convenio Cambiario N° 1 se plantea “establecer la libre convertibilidad de la moneda en todo el territorio nacional”. El supuesto es activar un sistema de compra-venta de moneda extranjera en bolívares, con un tipo de cambio único y fluctuante que resultará de las transacciones entre los particulares que participan sin restricción alguna, con el objeto establecer la libre convertibilidad de la moneda en todo el territorio nacional.

Pero a pesar de que este Convenio Cambiario fue publicado por el BCV en la Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6.405, todavía se mantienen las subastas del Dicom con un tipo de cambio frenado por la intervención oficial y con límites en la compra-venta y asignaciones de divisas. De hecho, en el nuevo Convenio Cambiario se establece que los exportadores privados podrán retener y administrar hasta el ochenta por ciento (80%) de su ingreso en divisas para cubrir gastos, pagos y cualquier otra erogación relacionada con su actividad exportadora, pero el 20% restante serán vendidas al BCV al tipo de cambio que fije para la compra de divisas, cuando en un verdadero sistema de libre convertibilidad los exportadores deberían administrar directamente el 100% de las divisas que generan, sin las pérdidas de un sistema de cambios dual. Por lo tanto, el control de cambio se mantendrá mientras estén vigentes los convenios cambiarios y providencias que regulan las transacciones en divisas.

Claves para la exportación de autopartes

Para reactivar la industria nacional de autopartes y reconstruir su potencial exportador se requiere:

1. Implantar un sistema de libre convertibilidad de la moneda, basado en el libre juego de la oferta y la demanda que puede estabilizar la tasa de cambio en un nivel que exprese la verdadera productividad y competitividad de la industria.

2. Asegurar el suministro de materias primas en adecuadas condiciones de precios, calidad, oportunidad de entrega y condiciones de financiamiento.

3. Mejorar la calidad de los servicios públicos de electricidad, agua, gas y repotenciar la infraestructura de autopistas, puertos y aeropuertos.

4. Simplificar y automatizar trámites administrativos, solvencias, certificados de origen y otros requisitos que ralentizan los tiempos de respuesta.

5. Exonerar ISLR, IVA y duplicar la alícuota del Draw Back para promover inversiones en la fabricación de autopartes para la exportación.

6. Retomar el esquema inicial de aportes LOCTI para financiar directamente proyectos de innovación tecnológica para mejorar productos y procesos.

7. Ampliar la incorporación de autopartes nacionales en el ensamblaje de vehículos y motos por parte de las empresas ensambladoras mixtas y privadas.

8. Sustituir la importación oficial de vehículos y repuestos automotores por un programa de compras gubernamentales a favor de la industria nacional.

9. Reincorporar a Venezuela a los procesos de integración comercial y gestionar comercio administrado a través de cuotas de exportación de autopartes venezolanas, como condición para la importación de vehículos ensamblados.

10. Promoción de exportaciones en ferias internacionales y organización de misiones empresariales.

11. Financiamiento a la exportación en condiciones ventajosas de montos, tasas de interés, plazos y garantías flexibles.

12. Flexibilización de trámites para exportar, dispensar Régimen Legal 4, acortar tiempos en inspecciones y estadía de la mercancía en los puertos, evitar vaciado de contenedores que dañan los productos a exportar.

13. Instrumentar el Operador Económico Autorizado establecido en la Ley Orgánica de Aduanas y conceder trato especial y diferenciado en las aduanas, puertos y aeropuertos para las empresas certificadas BASC.

14. Incentivos fiscales y financieros para la repatriación de profesionales, técnicos, ejecutivos y gerentes del sector que se fueron a trabajar a otros países.

15. Estimular mejoras en de la productividad sustituyendo la rígida inamovilidad laboral por la inamovilidad numérica que preserve el nivel de empleo.

Si estas quince medidas se aplican en su secuencia lógica y al ritmo adecuado, se reactivaría la industria nacional y se revitalizarían las exportaciones privadas. Por su potencial ya demostrado, el sector autopartes puede ser el primer sector industrial autosuficiente en divisas, con una balanza comercial equilibrada, toda vez que sus necesidades de divisas serían cubiertas por los ingresos propios que genere a través de un creciente volumen de exportaciones de piezas y repuestos.

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