Economía

En San Antonio del Táchira "lo único que hay es gasolina”

A 15 días del cierre de la frontera los efectos de la medida han sido más perniciosos que beneficiosos para la población que tiene dificultades para conseguir alimentos.

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Táchira

Desde las 8:00 de la mañana los habitantes de las distintas zonas de San Antonio del Táchira comienzan a formar largas colas al frente de los establecimientos de venta de alimentos, que ya presentan exiguos inventarios.

«No hay aceite, se consigue mantequilla de una marca desconocida, salsa de tomate y mayonesa», dice en conversación con Elestimulo.com José Rozo, ex presidente de Fedecámaras Táchira, quien advierte una crisis humanitaria si el gobierno no revierte el cierre fronterizo con Colombia, que impide el libre abastecimiento de la población del otro lado de San Antonio del Táchira.

«No hay comida, lo único que hay es gasolina. Pero qué hacemos con eso ni no hay alimentos», manifestó Rozo quien indicó que si el contrabando era la razón por la cual no se conseguían los alimentos en la zona, «después de 14 días era para que los comercios estuvieran atiborrados de mercancía», señala para desmentir que la escasez de alimentos se deba exclusivamente al comercio ilegal.

No hay carne roja ni pollo, afirma el empresario, quien señala que los números económicos no importan en estos momentos, sino la situación social que se agrava por efecto de las medidas del gobierno. «Fue peor el remedio que la enfermedad», comenta para referirse al popular refrán que da cuenta de que la decisión oficial empeoró la crisis que tenía el estado por la escasez de productos básicos.

Las colas de personas no sólo se observan en los municipios fronterizos, aclara. «En San Cristóbal son descomunales», lo que evidencia que también la capital del estado está afectado por el cierre del paso fronterizo al transporte de carga.

De acuerdo con la información ofrecida en un encuentro con industriales por el general Carlos Alberto Martínez Stapulionis, designado como autoridad única de la Zona Uno, área determinada por los límites políticos-territoriales de 6  municipios del estado Táchira, en las próximas horas se permitirá el retorno de una 15 gandolas venezolanas que quedaron del otro lado de la frontera cuando se ordenó el cierre. Regresarán vacías, según indico Martínez e informó Rozo.

Sostiene el empresario que en Colombia quedó represada mercancía que ya fue pagada desde Venezuela.

Esto se suma a que la producción en San Antonio del Táchira está semiparalizada por la ausencia de mano de obra calificada colombiana que a diario cruzaba la frontera o que vive en Venezuela pero no se atreve a acudir a sus sitios de trabajo, a la falta de insumos que llegan de Colombia o de técnicos necesarios para la reparación de equipos.

En Colón, municipio Ayacucho, que se fue sumado al cierre de frontera el 27 de agosto, sus habitantes también sufren las consecuencias.

«No se consigue arroz ni pasta, mientras se observa que han mermado las colas en las estaciones de servicio», dice  Iris Escalante.

La Guardia Nacional está revisando las casas y hay mucho miedo. «La gente que tenía almacenada gasolina la está botando por las tuberías de las casas», afirma, situación que se repite en cada uno de los municipios a los que se les impuso estado de excepción.

A pesar de que este martes se anunció la suspensión de las deportaciones, muchos colombianos aún temen ser objeto de alguna medida en su contra.

Algunos ya empiezan a salir y desde este miércoles comenzaron a hacer colas en el consulado de Colombia.

Consulado de Colombia

Para Rozo, de no haber una apertura de la frontera, la situación que se vive en Táchira se extenderá como un efecto dominó al resto del país

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