Economía

Esta es la economía que deberá atender la nueva Asamblea Nacional

Los representantes de los venezolanos ante la Asamblea Nacional, que serán elegidos este 6 de diciembre, no tendrán una gestión fácil a juzgar por el tamaño de la crisis económica. Independientemente de su composición, los parlamentarios deberán hacer frente a una coyuntura histórica que coloca al país a las puertas de una hiperinflación.El comportamiento de la economía se mide en los anaqueles de los comercios y en los bolsillos de los consumidores. El Banco Central de Venezuela ha guardado silencio todo el año en cuanto a los resultados que permiten a cualquier ciudadano, analista o empresa planificar sus actividades.

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La ausencia de cifras oficiales ha sido la norma este 2015, cuando las distorsiones superaron cualquier pronóstico.

Pero cualquiera que sea el resultado del domingo, el presidente Nicolás Maduro ha advertido que después del 6 de diciembre radicalizará las acciones contra la llamada «guerra económica», que podrían complicar más aún el panorama económico acentuando la recesión y llevando los niveles de inflación a niveles insospechados.

Los legisladores que ocuparán las curules a partir de enero tendrán que lidiar con una economía deteriorada y que promete ponerse peor si el gabinete ejecutivo no hace los ajustes necesarios para corregir los enormes desequilibrios.

Este es el escenario de fondo al momento de los comicios de este domingo y que no necesariamente será el mismo un mes más tarde, cuando los parlamentario electos entren en funciones:

1.- Inflación: Si bien el gobierno esconde las cifras, para nadie es un secreto que Venezuela tiene la variación de precios más alta del planeta. El economista Orlando Ochoa sostiene que con mediciones intermensuales de 11% la inflación terminará 2015 en 250%. Otros analistas advierten que estará alrededor de 200%. Lo que sería un récord en la historia del país.

De acuerdo con el Banco Central de Venezuela la inflación en 2014 fue de 68,5%, pero luego de modificar el peso de la categoría Alimentos en la canasta de medición. Sin conocerse el comportamiento de los precios este año, el gobierno calcula la de 2016 en 60%, según la Ley de Presupuesto sancionada recientemente por la Asamblea Nacional.

2.- Producto Interno Bruto: Técnicamente el país se encuentra en recesión desde 2014 cuando la economía se contrajo 4,8%, 4,9% y 2,3% en el primer, segundo y tercer trimestre respectivamente. El resultado del cuarto trimestre nunca fue divulgado, pero aun sin data oficial que lo confirme, el desempeño del sector privado de la economía da cuenta que la producción se ha venido a menos de manera significativa. El retroceso se ha acentuado con el recorte de importaciones propiciado por el gobierno que ha impedido la compra de materias primas e insumos necesarios para la producción. La firma ODH estima que las importaciones se contraerán este año entre 32% y 41%.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe proyecta un decrecimiento de la economía venezolana en 6,7%, mientras el Fondo Monetario Internacional lo calcula en 10%.

3.- Reservas internacionales: Estos activos terminaron el mes de noviembre en 14.758 millones de dólares, una pérdida de 33,16% en el año. El gobierno ha echado mano de las reservas internacionales que cerraron 2014 en 22.080 millones de dólares, para cubrir parte de sus obligaciones financieras y de importaciones ante el derrumbe de 60% de los precios del petróleo.

Del total de reservas, apenas una exigua parte están líquidas o disponibles. Según el Bank of America, al cierre del primer semestre la porción disponible era de $1.386 millones.

4.- Precio del petróleo: Al cierre de la semana del 27 de noviembre el precio de la cesta de exportación venezolana promedió 34,93 dólares para una media en el año de 46,07 dólares o $42,35 menos que el precio de $88,42 registrado en 2014. Se calcula que por cada dólar que pierda el barril de petróleo, dejan de ingresar unos $700 millones.

En junio de 2014 los precios del hidrocarburo abandonaron el techo de los $100 para caer de manera acelerada por una abundante oferta y señales de desaceleración de las principales economías europeas y asiáticas.

5.- Riesgo país: La percepción de los inversionistas sobre la eventualidad de una cesación de pagos se ha mantenido sobre los 2.000 puntos base todo el año con episodios que superan los 3.000 como ocurrió durante los meses de enero, agosto y septiembre.

El EMBI por su siglas en inglés o Índice de Bonos de Mercados Emergentes, medido por el banco JP Morgan, se ubicó el 3 de diciembre en 2.709 o 2,3 veces el índice de Ecuador (1.160) que padece los efectos del desplome petrolero y la apreciación del dólar.

Venezuela y Ecuador se apuntan como los únicos países emergentes evaluados por JPMorgan que superan los 1.000 de riesgo financiero.

6.- Tasa de cambio: La política del control cambiario que mantiene tres tasas preferenciales con amplias brechas entre sí y el casi nulo acceso a cualquiera de estos, mantiene distorsiones de precios que en nada se asemejan a la realidad. Tasas de Bs 6,30 y Bs 13,50 por dólar hacen muy baratos los productos que subsidian al punto de que el precio total del bien no cubre el costo del insumo más económico en la mayoría de los casos. El tipo de cambio de Bs 199 fija muy poco o nada en la economía, en tanto que la tasa del mercado negro (de poca profundidad) y que es 146 veces el tipo de cambio más bajo, es el marcador por excelencia ante la incertidumbre política y económica generada por un gobierno que radicaliza cada vez más el fracasado modelo socialista.

Si bien los primeros dos tipos de cambio hacen muy baratos los escasos rubros que se benefician del subsidio, el paralelo termina haciendo muy oneroso los productos que no resultan favorecidos, en un contexto de deterioro real de la economía y del poder adquisitivo.

7.- Escasez: Consecuencia de los desequilibrios cambiarios y de la reducción en la asignación de divisas a los privados. muchos productos se han dejado de producir por falta de materias primas e insumos, las plantas se han paralizado temporal o definitivamente y algunas marcas ya no se encuentran en el mercado. Otros, que se elaboran con tasas preferenciales o el gobierno importa directamente, tienen una demanda infinita de parte de quienes desconocen si mañana podrán conseguirlos o de quienes aprovechándose de los bajos precios de productos de la canasta básica o regulados, han hecho de la reventa (bachaqueo) un modo de vida.

Los niveles de escasez, que el gobierno dejó de publicar en marzo de 2014, están sobre 60% en retails, mientras que la cifra se reduce en los hogares por las constantes compras de bienes que la población percibe no encontrará en el corto plazo, ante  la caída de ingresos provocada por el desplome de los precios del petróleo.

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