Economía

Expertos dudan de efectividad de préstamos chinos

Venezuela recibe esta semana $5.000 millones en financiamiento proveniente de los acuerdos con China, y que resultan insuficientes para atender compromisos pendientes este año, advierten analistas financieros.

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Sumida en una fuerte crisis económica acompañada del derrumbe de 50% en los precios del petróleo, una fuerte escasez y altos niveles de inflación, Venezuela busca recursos para hacer frente a las distintas obligaciones en un año en el que están en juego las elecciones parlamentarias.
A comienzos de enero, el presidente Nicolás Maduro salió de gira por China y países petroleros más Rusia, en busca de financiamiento y un acuerdo para recortar producción que pudiera frenar la caída en los precios del petróleo.
Sin embargo, los esfuerzos no dieron los resultados esperados. Maduro anunció -sin que él o algún vocero del gobierno ofreciera detalles- que había logrado inversiones por $20.000 millones. Para luego señalar que se trataban de $17.000 millones. No se supo más nada de tales acuerdos hasta marzo, cuando un despacho de Reuters indicaba que Venezuela negociaba $10.000 millones, la mitad de lo que el primer mandatario dijo en un primer momento, había asegurado.
Eso quiere decir -observa Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica- que en enero no se concretó nada efectivamente. «Entonces ¿qué garantías tienes de que concretes el financiamiento?», se pregunta para afirmar que los chinos están muy escépticos para prestar grandes cantidades por el tema de la transparencia del uso de los fondos y porque el gobierno no ha hecho reformas efectivas que den soporte y viabilidad a la economía en el tiempo.
China ha venido renovando desde 2008 los tramos de los fondos cada vez que se vencen. «Esto funciona como una línea de crédito. De los $20.000 millones anunciados por Maduro, hasta ahora lo único que puede asegurar son $5.000 millones que es el monto de la renovación. El problema de estos fondos es que no tienen libre disponibilidad, van contra proyectos y la mayor parte debe ir a compras de productos chinos o van atados a negociaciones con empresas chinas como satélites, carros, electrodomésticos, los módem para el servicio de Internet».
Ecoanalítica calcula para 2015 un déficit de caja de $24.700 millones y que ya incluye un recorte de 30% en las importaciones.
Oliveros señala que la proyección ya tiene un ajuste recesivo brutal, por lo que el gobierno cubrirá sólo las importaciones prioritarias como alimentos, medicinas y cuidado personal.
Esta diferencia negativa entre ingresos y egresos es la razón que lleva al Ejecutivo a permitir que la economía se vaya dolarizando como lo ha hecho con la compra de vehículos importados y los pasajes aéreos internacionales.
Pero las cuentas no dan. Oliveros señala que con lo que el gobierno pueda disponer de los fondos extrapresupuestarios, la deuda que adquirió Citgo por $2.500 millones, los $1.900 millones que obtuvo de la venta a descuento de la factura petrolera con República Dominicana, más lo que pueda lograr en el canje de reservas en oro, hay un faltante de $5.000 millones.
Henkel García, director de Econométrica también duda de que Venezuela consiga el crédito necesario. «Necesitamos un financiamiento mucho mayor y aún así será en extremo ineficiente porque el sistema de asignación de divisas lo es», afirma.
«Veremos si llegan los recursos líquidos de China», dice José Gonzáles, director de ECG Asset Managment, quien observa que no habrá un ajuste macroeconómico real  «a menos que haya un amplio consenso político desde el gobierno por encima de los intereses y presiones de cada uno de lo grupos que conforman el entorno del PSUV y Miraflores».

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