Economía

Farmatodo estrena ventas controladas

Las reacciones de los usuarios inundan las redes sociales, a medida que Farmatodo lleva el racionamiento de productos regulados por el gobierno a cada una de sus tiendas. 

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Hace casi 15 días la cadena de farmacia puso en práctica en algunos de sus locales un mecanismo de control a 35 ítems entre alimentos, misceláneos (productos de higiene personal y de limpieza del hogar) y medicamentos, cuyos precios están bajo regulación, para los cuales es necesario presentar la cédula de identidad laminada.
La medida tomó por sorpresa a los clientes que conocieron de la política de la empresa al momento de llegar a la caja para realizar el pago. El malestar entre la clientela no se hizo esperar y las manifestaciones se iniciaron tímidamente en redes sociales como Twitter y Facebook.
Sin embargo, con el paso de los días y la oficialización del racionamiento en los establecimientos con avisos que listan las cantidades permitidas para cada uno de los productos regulados, las reacciones contrarias a la medida han ido en aumento.


El 70% de los 167 locales que tiene Farmatodo en todo el país ya puso en práctica el racionamiento. Para finales de esta semana se espera que la totalidad de las tiendas apliquen el control, según voceros de la empresa.
Toda persona mayor de 12 años y con cédula de identidad puede comprar una vez por semana los artículos regulados. El mecanismo funciona de lunes a domingo, por lo que si se realiza una compra el último día de la semana, el lunes podrá hacerse otra por el mismo producto, pero el sistema no le permitirá hacerlo de nuevo hasta el lunes siguiente.
Luis Manuel de Llano, vicepresidente de Relaciones Corporativas, afirmó que las cantidades por cada compra se establecieron en función de un estudio que determinó las necesidades semanales para una familia promedio.
El número de clientes aumentó de manera importante a partir del mes de agosto, así como la agresividad entre quienes se disputaban la existencia de artículos de primera necesidad.
La situación llevó a Farmatodo a realizar un estudio para determinar las causas. El resultado arrojó que 70% de la clientela eran revendedores. “Al final de día, Farmatodo que vende al detal, se había convertido en un distribuidor de los bachaqueros”, reflexionó De Llano.
La reventa de productos regulados se ha convertido en el gran negocio para miles de personas que viven de esta actividad. Los bajos precios de los bienes y las distorsiones cambiarias, estimulan la reventa bajo diferentes esquemas.
El gobierno inició hace poco más de dos meses un operativo contra el contrabando y como parte del plan instó a los establecimientos que venden productos regulados a controlar el expendio de los productos más buscados y que son revendidos a precios mucho más elevados.
-Y llegaron los controles-
El estudio de Farmatodo reveló que había tres tipos de usuarios que aprovechan la regulación del gobierno para sacarle provecho económico. Hay quienes compran la mercancía para revender; quienes la adquieren y se la venden a los buhoneros y otros que hacen la cola y venden el puesto.
Usuarios de estos locales entraban una y otra vez sin control alguno y se llevaban las cantidades que pudieran. Incluso, de Llano afirmó que se dio el caso de un bebé que era utilizado por varias personas para ingresar y comprar con derechos preferenciales.
La situación llegó a ser tal que empleados de las tiendas eran víctimas de agresiones o amenazas.
La encuesta Ómnibus realizada por Datanálisis en septiembre, arrojó que 30,9% de los consultados, entre ellos simpatizantes del oficialismo, afirmó que el desabastecimiento de productos es fuente de conflictividad en el país.
Farmatodo adoptó acciones que le permitieran mantener cierto control sobre las compras. Una de ellas fue el cambio de horario en los despachos de los productos: “La gente pernoctaba al frente de las farmacias y utilizaban las áreas verdes”, dijo el directivo de la empresa.
Diariamente se distribuyen 750 toneladas de productos en todo el país.
Productos básicos que tradicionalmente se exhibían en los anaqueles -como el Atamel- fueron trasladados detrás de las cajas para dosificar los inventarios. Además se realizó un trabajo conjunto con entes de seguridad para la recepción de los productos en los puntos de venta.
La acción más reciente fue la de controlar las ventas de los artículos más revendidos, a través de la cédula de identidad laminada.
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