El ex ministro presentó su libro “Encuentros y Desencuentros en una Construcción Bolivariana” en el que propone eliminar el certificado de no producción que requieren las empresas para importar insumos, reducir el financiamiento del Banco Central de Venezuela a Pdvsa, racionalizar el otorgamiento de pensiones y redimensionar Petrocaribe.
La 11ª. Feria Internacional del Libro de Venezuela sirvió de escenario para que el ex ministro de Planificación y Desarrollo, Jorge Giordani, presentara oficialmente su polémico libro “Encuentros y Desencuentros en una Construcción Bolivariana”, -con prólogo de Héctor Navarro- en el que propone revisar el control cambiario y cuestiona la política de cooperación internacional como Petrocaribe.
El texto, cuyo costo es de Bs 1.000, pero en Filven se consigue en Bs 800, incluye su “Testimonio y responsabilidad ante la historia”, que difundió el año pasado en el portal de Internet Aporrea, pero adicionalmente incorpora otras reflexiones que profundizan sus diferencias con respecto a la gestión de gobierno del presidente Nicolás Maduro e incluso suponen una cierta rectificación frente a algunas de las medidas que aupó.
“El establecimiento de un esquema cambiario con mayor grado de flexibilidad, le otorga un mayor espacio en los resultados de inflación y crecimiento”, señala Giordani al ratificar las propuestas que fueron presentadas en 2014 a Maduro antes de su obligada renuncia.
Al entrar en detalles sobre cómo se podría frenar el repunte inflacionario, explica que se debería “aprovechar la mayor flexibilización del sistema cambiario vigente, a través de la incorporación del Sicad II, para moderar la oferta monetaria e incidir de manera más efectiva en la evolución de los precios”. Incluso, se muestra partidario de una activa participación de Petróleos de Venezuela en este mecanismo para obtener más ingresos y mejorar su flujo de caja.
No obstante, la oferta de divisas al Sicad II estuvo restringida durante buena parte del año pasado y en febrero de 2015 se anunció su eliminación para ser reemplazado por el Sistema Marginal de Divisas, conocido como Simadi.
En lo que respecta a la necesidad de impulsar la industria manufacturera, Giordani advierte en su libro que el deterioro que se registra en este sector es una de las razones que explica el desabastecimiento. “Hoy parte de la crisis de escasez se debe al continuo deterioro de la actividad manufacturera del país, tanto pública como privada”, afirma.
El ex ministro presenta la propuesta de acciones inmediatas que estuvieron a consideración del presidente Maduro en 2014, entre las que se encuentra la eliminación del certificado de no producción (CNP) para obtener divisas que se requieren para la adquisición de insumos y dejar este requisito solo para firmas comerciales.
«El CNP se ha convertido en un obstáculo más para que las empresas dedicadas a la manufactura accedan oportunamente a las divisas para la importación de insumos, equipos, piezas y repuestos”, asevera Giordani.
El ex funcionario no sólo reitera sus críticas a Pdvsa, porque durante la convalecencia del ex presidente Hugo Chávez y en la gestión de Maduro se redujeron los aportes en divisas al BCV, sino también por el estancamiento de producción, el financiamiento en bolívares que le otorga BCV y la venta a crédito de crudo y combustibles a través de los acuerdos de cooperación energética, de allí que hable de “redimensionar” el convenio de Petrocaribe.
“Las distintas formas de cooperación con países amigos bordea los 550.000 barriles diarios”, asevera el funcionario. “Se podrían lograr ingresos adicionales que representarían un porcentaje de los de la reducción del consumo interno, dependiendo de cuál es el pago efectivo actual”, acota.
Explica que uno de los objetivos de incrementar el precio de los combustibles en el mercado interno es reducir el consumo en 150.000 barriles diarios y que ese volumen se exporte para obtener al menos $5.500 millones adicionales.
Señala que una revisión del esquema de pago en Petrocaribe –de acuerdo a las cifras que menciona – podría aportar recursos anuales equivalentes al ajuste en el precio del combustible, es decir, se podrían llegar a cerca de $10.000 millones.
Giordani recomienda regresar a la centralización de las reservas internacionales por parte del BCV, lo que implica derogar la reforma de 2005 que permitió que parte de los activos externos se depositaran en instrumentos como el Fondo de Desarrollo Nacional.
También habla de reducir el número de ministerios, no permitir que aumente la nómina del sector público, “racionalizar” los recursos destinados a los programas sociales bajo el paraguas de las misiones; y también utiliza el verbo racionalizar cuando se refiere al otorgamiento de nuevas pensiones del Instituto Venezolano de Seguros Sociales.
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