Merentes, quien ocupa el último puesto en una lista de 15 países, obtuvo este año una «F» un descenso de categoría en comparación con la «D» que recibió en 2015 y que lo sitúa como el peor titular de la cartera financiera de un país en todo el mundo.
«Los presidentes de los bancos centrales de hoy están enfrentando desafíos sin precedentes desde convulsiones políticas y bajos precios de los productos, así como tasas de empleo débiles. Una política monetaria prudente puede mitigar los impactos negativos y el cambio económico, pero se requiere determinación”, expresó Joseph Giarraputo, director editorial de Global Finance.
El informe, publicado anualmente desde 1994, evalúa el trabajo de los presidentes de los bancos centrales de casi 75 países en una escala de la «A» a la «F» en las áreas de control de la inflación, crecimiento económico, estabilidad de la moneda y gestión de las tasas de interés.