Consumo

Racionamiento aprieta en Venezuela con controles más insólitos

Los comercios exigen desde informes médicos hasta partida de nacimiento. Las restricciones para comprar se han ido recrudeciendo, mientras el gobierno arrecia controles contra los "bachaqueros" y afirma que son los responsables de la escasez.

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«Imagínate, están pidiendo récipe médico en Locatel y Famahorro para comprar pastillas anticonceptivas. No me dejaron comprar. Ahora me van a hacer gastar más de Bs 2.000 en una consulta solo para poder ir a la farmacia con un récipe», se quejó una usuaria en una cola en el este de Caracas. Una llamada a una de las sedes de Locatel bastó para confirmar la información.

«Eso ya tiene un tiempito», afirmó una empleada al otro lado del teléfono. No pudo verificar si es algo que ya se aplica en todas las farmacias. Advirtió que es preferible si la receta médica ha sido emitida recientemente.

Desde hace unas semanas, los consumidores deben salir con una serie de requisitos adicionales a la cédula de identidad para poder adquirir algunos de los productos básicos.

El gobierno, a través de la Superintendencia de Precios Justos, ha exigido formalmente a las cadenas de supermercados y farmacias solicitar a sus usuarios la partida de nacimiento para comprar pañales de bebé e informes médicos para adquirir pañales para adultos. Este método ya estaba siendo aplicado individualmente en algunos establecimientos.

Algunos de los mecanismos rayan en la discriminación. Hay abastos donde la compra es controlada por los consejos comunales. Un residente de la avenida Fuerzas Armadas afirmó que los miembros de estas organizaciones impedían a los hombres adquirir toallas sanitarias.

Existen dudas dentro del sector privado sobre quién pone las reglas. Una fuente vinculada dijo que los fiscales de la Sundde y del poder popular tienen la potestad de exigirle al comercio que pida recaudos adicionales, sin necesidad de una orden firmada por algún organismo público.

Además, algunas medidas regionales, como la aplicada en el estado Zulia, revela que los gobiernos locales están tomando cartas en el asunto y estableciendo sus propios métodos para controlar a los revendedores.

Venga de donde venga, la orden de incrementar los controles adicionales para comprar productos básicos, aunado a la instalación de las captahuellas, ha generado malestar. «No puede ser que nos tengan viviendo de cola en cola. Esto es denigrante», expresó una señora mientras esperaba para pagar en una farmacia.

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