Economía

Gobierno necesita un barril de petróleo en $63 para superar el déficit

Venezuela requiere de un mayor precio de crudo, no solo para realizar las inversiones necesarias en la industria petrolera, sino también para financiar su alto nivel de gasto e incrementar el ingreso de divisas para disminuir su déficit externo. 

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FOTO: ARCHIVO | EL INTERÉS

En lo que va de 2016 el promedio de la cesta venezolana se coloca en 34,02 dólares y para el próximo año el gobierno calculó un barril de crudo en 30 dólares en el presupuesto de la Nación.

Sin embargo, el propio gobierno aboga por un alza en la cotización para incrementar sus recursos en dólares y tiene sus esperanzas en la reunión de la OPEP que se celebrará este mes, en el cual se concretará un recorte de la producción mundial de crudo.

La caída en la cotización del petróleo en 54,37 dólares en los últimos dos años, ha generado una reducción de los ingresos en divisas de Venezuela. Tiempo atrás el ciclo favorable de los altos precios permitió al gobierno ejecutar una política fiscal expansiva y financiar el crecimiento del aparato del Estado. No obstante, no ha dejado a un lado la expansión del gasto, pese a la persistente caída del crudo y mantiene al país en déficit por décimo año consecutivo.

Para cuadrar las cuentas externas del país, Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, calcula que Venezuela requiere alrededor de 63 dólares por barril.

«Para disminuir el déficit externo necesita una producción petrolera de 2,5 millones de barriles diarios. En nuestro escenario con este precio del petróleo desaparecería el déficit externo», señala Oliveros.

El país registra una caída de las exportaciones y a pesar de contar con una disminución también de sus importaciones, la carga pesada de los pagos de deuda externa de la República y de Pdvsa, han generado un alto déficit al país.

«El gobierno ha intentado solventar los problemas mediante medidas como una reforma fiscal que eliminó el ajuste por inflación, el aumento de las alícuotas de ciertos impuestos (alcohol y cigarrillos), implementación del impuesto a grandes transacciones financieras, devaluación del tipo de cambio y el aumento del precio de la gasolina (aún por debajo de su costo de producción), que no atienden ni la mitad de las complicaciones existentes«, resaltó Ecoanalítica en un reporte.

En lo que va de año, la variación interanual del gasto público en términos nominales alcanzó un crecimiento de 116%, pero con una contracción real de 44,7% tras los niveles de inflación.

Para Ramón Key, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), el alto gasto al que está acostumbrada la actual administración requiere de un precio de petróleo de al menos 150 dólares.

Acota que aún a ese precio del barril de crudo, la economía venezolana mostrará déficit.

«La realidad de un país petrolero como el nuestro debería ser de unos 60 dólares, pero con el tren de gasto que tiene el capitalismo rentístico actual, ni siquiera con precios estables podría generar los ingresos que requiere. Necesita que los precios aumenten constantemente, de 120 dólares hacia arriba. Si los precios se estancaran en 100 serían insuficientes», afirmó Key.

Resalta que de acuerdo al nivel de demanda del Estado, requiere que el petróleo suba 10% cada cierto tiempo, mientras que «la producción petrolera debería ser al menos la que se tenía en al año 2005, de 3,2 millones de barriles diarios«.

La continua expansión del gasto ha traído como consecuencia el alza del déficit del sector público restringido (SPR). Para cierre de 2016, Ecoanalítica estima que este indicador se ubique en torno a 16,4% del Producto Interno Bruto (PIB),  lo que representa una disminución de 3,8 puntos porcentuales en comparación con el año pasado cuando se colocó en 20,2% del PIB.

Mientras que el déficit del gobierno central en 2016 se proyecta en 8,7%, lo que representa una disminución de 2,9 puntos con respecto a 2015.

«Si el gobierno realmente quiere lograr un balance fiscal apropiado para una economía petrolera en crisis, debe optar por mayor disciplina fiscal, redistribuir de mejor manera los ingresos y focalizar los subsidios de forma progresiva para mejorar la eficiencia de los gastos», acota Ecoanalítica.

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