Opinión

Haciendo empresa en cuarentena

Entramos en una espantosa recesión económica mundial, dada la abrupta merma en el consumo, la ruptura de las cadenas de suministro y logística, debido a la paralización planetaria que ha producido la emergencia del Covid-19

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Con el Covid-19, entramos en una crisis sistémica inédita de origen sanitario e impacto social que ha sacudido el mundo. Aunque existe el precedente de varias pandemias en la historia contemporánea, una coyuntura de esta naturaleza, es difícilmente comparable con las pasadas, ya que invoca una situación potencialmente letal para toda la especie humana. Esto se  suma a una crisis financiera comparable con las más graves caídas económicas mundiales vividas en la última centuria.

Llevamos más de 3,3 millones de personas identificadas como Covid positivas -y un número desconocido de infectadas no diagnosticadas- en menos de 3 meses desde el momento que el coronavirus “despegó” de Wohan, con un 7% de mortalidad a nivel global. Esto, no obstante las medidas de aislamiento, contención sanitaria y asistencia médica de avanzada.

Además, se suman serias dudas médicas sobre la inmunización natural y el desarrollo de anticuerpos anti-virales a largo plazo, sin todavía haber identificado medicamentos curativos o que puedan atenuar los efectos de la enfermedad. Se habla de tiempos no menores de 12 meses, para del desarrollo de una vacuna efectiva.

Una película de terror

Lo narrado, nos puede hacer sentir que estamos en una película de terror, que hace que la Guerra Mundial Z (Zombies, 2013) o las predicciones bíblicas del apocalipsis (Apo 6:8, 20:14), resulten baladíes en comparación con lo que estamos experimentando y lo que aún nos queda por vivir, si no sucumbimos al virus.

No conforme con lo anterior, entramos en una espantosa recesión económica mundial, dada la abrupta merma en el consumo, la ruptura de las cadenas de suministro y logística, debido a la paralización planetaria que ha producido la emergencia del Covid-19.

Caídas en los mercados de valores mundiales y fenómenos inusitados como el desplome del precio de commodities, como el petróleo, al punto de llegar a niveles negativos, son consecuencias de la parálisis productiva internacional.

Nuestro país, que se empeña en contradecir ciertos fenómenos y tendencias globales, sigue manteniendo el petróleo y sus derivados a precios indigestos para el consumo interno.

Mis amigos y colegas empresarios, dado mi desempeño como asesor estratégico, y el haber estudiado psiquiatría, suelen preguntarme qué hacer para afrontar la crisis. No sé si buscan al psiquiatra o al consultor, más aun, en un complejo entorno, como nuestra amada Venezuela, que ya venía con una “plomamentazón” en el ala, dada la grave contracción económica de los últimos 5 años.

Para tomar en cuenta:

-Ante todo mantengamos la calma. Nos encontramos ante una crisis sanitaria y social, que cómo toda pandemia tiene principio y fin, y el Covid-19 no puede ser peor que la Gripe Española del 18 que duró 12 meses según referentes históricos y diezmó 50 millones de vidas. En ese momento, no se contaba con antibióticos, ni antivirales, ni muchas vacunas, ni muchos médicos, e igualmente término de forma natural, como todos los episodios de peste descritos en la historia de la humanidad.

-Durante los últimos años, los empresarios venezolanos, hemos llevado, sobrellevado, sobrevivido y hasta en algunos casos, rentabilizado nuestro capital, durante una de las crisis de hiperinflación y devaluación más severa que ha visto América Latina, y aún así, seguimos “echándole pichón”, con una resiliencia antipsicótica, que pocos líderes organizacionales en el mundo pueden exhibir.

-El consumo en el mundo y en Venezuela se ha contraído, pero no ha desaparecido. Existen segmentos vivos de mercado demandando productos. Nuestros consumidores han mutado en los últimos años, identificando hoy, no más de tres grupos de consumidores. El primero, no mayor de un 5% al 10% de la población, conserva una capacidad adquisitiva casi irrestricta. Uno intermedio, que ocupa un 15% a 20% de la gente, tiene acceso a productos de la canasta básica. Por último, el más extenso, compuesto por unos 20 millones de personas, un 75% de los venezolanos, que solo accede a algunos productos de la canasta alimentaria y a muy pocos de la canasta básica, viviendo una economía del “día a día” o microfinanciera. Estos son los nichos de mercado a atender. Nuestros modelos de negocios deberían ser ajustados a esta nueva realidad de consumo.

Mantener la capacidad productiva

-No “apagues” tu capacidad productiva durante la cuarentena, ajústala y dimensiónala al volumen de absorción del mercado, pero sobre todas las cosas, sostén tu actividad empresarial. Es mucho más difícil y costoso “arrancar una operación desde cero” que acelerar una actividad empresarial “funcionando a media máquina”. Asimismo, posicionar un producto fuera de anaquel, es muy complicado y oneroso, una vez que los competidores ocuparon el lugar durante nuestra ausencia .

-Revisa tu cadena comercial, desarrolla, produce o comercializa productos propios o ajenos que respondan a las necesidades del mercado. No te empeñes en vender textiles, moda, vehículos, artículos del hogar, mobiliario, línea blanca o marrón, mercadería de lujo u otros productos y servicios de esas gamas. Vamos a poner el foco en artículos y servicios esenciales y de supervivencia, relacionados con sector alimentación, higiene, salud, consumibles y repuestos básicos para mantener la vivienda en pie, y los mínimos de educación de nuestros muchachos cubiertos.

– Relaciónate de forma cercana y directa con tus clientes. El proceso de venta hazlo de manera “push” y no “pull”. No esperes calmadamente que vengan a buscar tus productos. Llama y acércate proactivamente a tus clientes, ofreciéndoles un amplio portafolio de bienes de consumo y servicios. Si eres manufacturero, colócate fuera de tu zona de confort y conviértete también en comerciante. En momentos de crisis, a mayor diversidad de productos saturando canales, tienes mayores posibilidades de ventas. En este sentido, haz alianzas con otros empresarios, incluso competidores, para ampliar tu oferta, aprovechando los mismos canales de ventas y distribución. No te olvides, la idea no es vender lo que tú desees vender, sino lo que el cliente necesite y requiera.

Explorar nuevos canales

-Explora canales alternos, estos tiempos de aislamiento por la cuarentena y la escasez de combustible, nos han mostrado que los canales digitales, como el tradicional e-commerce, conjuntamente con un poderoso canal emergente, las Redes Sociales, y particularmente el Instagram, tienen un alcance de ventas insospechado. Asimismo, los servicios de despacho o “delivery”, al mayor o al detal proliferan, convirtiéndose en negocios pos sí mismo, con un potencial inestimable de crecimiento. Este fenómeno de ventas digitales y despacho, ya venía ocurriendo en otras latitudes, pero el coronavirus, lo ha fortalecido y precipitado en la mayoría de los mercados.

Oportunidades, hay muchas, y están a la vista. Eso sí, hay que saber mirarlas, identificarlas y retomar la aventura de emprender. En una próxima entrega, les sigo contando más, sobre como accionar empresarialmente en la crisis que atravesamos.

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