Economía

Incertidumbre sobre reforma de pensiones en Brasil

El gobierno brasileño detalló el martes sus planes para reformar el sistema de pensiones, a fin de mejorar las finanzas públicas y sacar a la economía de la recesión.

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Foto: David J. Phillip | AP

Sin embargo, será difícil aprobar la impopular propuesta ahora que un juez ordenó que el líder del Senado, un aliado clave del mandatario, fuera destituido de su cargo, debido a que es investigado por corrupción. Luego, en un sorpresivo movimiento que causó incluso mayor incertidumbre política, Renan Calheiros se rehusó a dimitir hasta que el pleno de la Corte Suprema emitiera un fallo, luego de señalar que la decisión era «monárquica».

El juez Marco Aurelio Mello despojó a Calheiros el lunes de su cargo como líder del Senado en lo que se resuelve una decisión del pleno de la corte, cuyo fallo se espera para el miércoles. En caso de que se confirme la decisión de Mello, Calheiros será reemplazado por un miembro del Partido de los Trabajadores, de oposición, lo que podría echar por la borda las esperanzas del gobierno de pasar una serie de reformas.

La economía brasileña se encuentra en una profunda recesión. Las finanzas públicas son deficitarias y por lo menos dos gobiernos estatales están esencialmente en la bancarrota.

El gobierno del presidente Michel Temer ha presentado la reforma como vital, asegurando que es la única manera de salvar el sistema del colapso.

«Esta es una oportunidad para presentar una reforma fundamental para el país, una reforma para la generación de mis padres, para mi generación, para la generación de mis hijos, para la generación de mis nietos que aún no han nacido», dijo Marcelo Caetano, el ministro de seguridad social, al detallar la propuesta ante la prensa el martes, el mismo día en que fue entregada al Congreso.

La mayoría de los economistas coinciden en que el sistema está en graves dificultades.

«Este modelo es insostenible a largo plazo», dijo Fabio Zambitte, profesor de la prestigiosa escuela de administración de empresas IBMEC. La única pregunta, dijo, es «si el sistema de seguridad social está al borde del precipicio o a 10 kilómetros del precipicio».

Cuando Temer asumió la presidencia hace pocos meses, tras la destitución por juicio político de su antecesora Dilma Rousseff, surgió la esperanza de que, con su trato diplomático y contactos en el Congreso, estuviera en una posición óptima para implementar las reformas necesarias para mejorar la economía.

Pero una serie de escándalos han socavado su autoridad. Seis de sus ministros han renunciado en seis meses por escándalos de corrupción y han surgido denuncias de que el mismo presidente ha incurrido en abuso de autoridad. En un lapso de dos semanas, las maniobras del Congreso a lo que se percibe como intentos de proteger a los legisladores de cargos de corrupción, generaron dos enormes protestas en las calles del país.

Ahora, Temer podría no contar con la ayuda de Calheiros para pasar las reformas a través del Congreso.

Las reformas impondrían una edad mínima para el retiro de 65 años y requerirían al menos 25 años de contribuciones al sistema. La edad de jubilación también se incrementaría de la mano de la esperanza de vida en el país.

Actualmente, los brasileños pueden elegir su jubilación basándose en la cantidad de años que han laborado. El sistema actual también tiene reglas distintas para hombres y mujeres y para empleados de los sectores públicos y privados, y la reforma pondrá a la gran mayoría de los trabajadores por debajo de la nueva edad y requerimientos fiscales para el retiro.

Hoy más que nunca es incierto si la reforma será aprobada.

La situación política será todavía más problemática si Calheiros es reemplazado por el senador del Partido de los Trabajadores, Jorge Viana. En tanto, los sindicatos se han posicionado en contra de la medida. Paulo Pereira da Silva, presidente de la unión Forca Sindical (Fuerza Sindical) ha expresado que la reforma no debería pasar de la manera en que fue presentada.

Si la izquierda se mete en la pelea, podría hundir la reforma, comentó Matthew M. Taylor, alto miembro del Consejo de Relaciones Exteriores. Pero no está claro que tanto poder está dispuesto a invertir.

La incertidumbre en el liderazgo del Senado significa que se demoraría cualquier aprobación a las propuestas y Temer no tiene el tiempo de su lado: Con las próximas elecciones a realizarse en 2018, Temer siempre supo que su mejor oportunidad de aprobar medidas complicadas era pasarlas por el Congreso lo más rápido posible, antes de que los legisladores comenzaran a pensar en sus campañas.

«Una vez que avancemos a 2017 y el enfoque se centre en 2018 y las elecciones, es muy posible que no veamos que se mueva en lo absoluto la reforma de seguridad social», dijo Monica de Bolle, alto miembro del Instituto Peterson de Economía Internacional y profesora en la Facultad de Estudios Internacionales Avanzados de Johns Hopkins.

Y eso representaría y una catástrofe, de acuerdo a Taylor, quien afirma que la reforma «trata de evitar un choque de trenes».

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