Tecnología

Inteligencia Artificial: artificial e inteligente

Aunque luce como un tema muy novedoso, lo cierto es que se trata de un asunto en el cual se comenzó a trabajar en los años 50 del siglo pasado. A partir de ese momento, entusiastas, investigadores e inversionistas públicos y privados, dedicaron tiempo y dinero para fundar las bases de conocimiento en el área. Sin embargo, para mediados de los 70 la falta de resultados consecuentes con las expectativas generadas, provocaron una falta de interés que prácticamente no se volvió a observar hasta inicios del siglo XXI.

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Texto: Miguel León | Fotografía: AFP

Al superarse obstáculos que se habían presentado hasta ese momento, como la falta de poder computacional y memoria que permitiera desarrollar algo que realmente fuera útil y agregara valor a un costo razonable, la Inteligencia Artificial (IA) retomó el camino que ahora la perfila como una de las herramientas destinada a generar mayores cambios en la forma como nos comunicamos, divertimos y trabajamos.

Todo comienza porque hay ciertas actividades, que usualmente realizamos los humanos, en las que máquinas que utilizan sistemas informáticos tienen el potencial para llevarlas a cabo de manera más rápida, más precisa y menos costosa. También es claro que hay tareas que pudieran ser realizadas por máquinas de ese tipo, que no pueden ser ejecutadas por los seres humanos, como algunas de las relacionadas con la exploración espacial y la investigación a grandes profundidades en el mar.

La Inteligencia Artificial tiene un par de ramificaciones, la general o fuerte y la particular o débil: IAG e IAP, respectivamente. La General, que ha sido la más explotada por el mundo del cine y de la ciencia-ficción, se refiere a una inteligencia superior a la del ser humano, y que hasta ahora parece más un deseo o aspiración de algunos científicos. La Particular, que es sobre la que se han volcado los mayores esfuerzos y de la que hoy en día tenemos avances importantes, tiene que ver con desarrollos que permiten hacer complejas búsquedas de información en Google, están haciendo posible los vehículos sin conductor, y nos recomiendan qué ver en Netflix y qué comprar en Amazon..

Ya dentro de la IAP encontramos campos como el de “Machine Learning” o Aprendizaje de Máquinas y el “Deep Learning” o Aprendizaje Profundo con sus redes Neuronales.

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El Aprendizaje de Máquina es un subcampo de la IA, que surge a finales de los 80 e inicios de los 90 básicamente como respuesta a la ingente necesidad de resolver modelos estadísticos y probabilísticos cada vez más complejos.

Para el año 2010, y como una subdisciplina del Aprendizaje de Máquina, hace su aparición el Aprendizaje Profundo. Ésta, a partir de lo conocido en neurociencia, busca utilizar la forma en la que funcionan las neuronas humanas para instrumentar mecanismos que hagan que las máquinas aprendan, a partir de reconocer patrones y establecer relaciones como lo hacemos los seres humanos.

Seguramente usted ya se beneficia, sin saberlo, de la IA. Cuando le dice a su IPhone “Oye Siri, ¿Qué hora es?”, o le pide que llame a su oficina, se utilizan una serie de distintos programas como Reconocimiento de Voz, Procesamiento de Lenguaje Natural (PLN) y Texto a Señal (o TTS por sus siglas en inglés), que le permiten interactuar con su dispositivo móvil como si de un asistente humano se tratara.

Igualmente, si desde Pinterest usted busca un objeto tomando una foto de otro similar desde la aplicación, se activa un programa basado en Aprendizaje Profundo, que descompone esa imagen en objetos, colores y patrones visuales, para hacerle sugerencias similares y relacionadas que puedan ser de su interés.

Vale mencionar que el impacto que se espera tenga la IA en un futuro cercano es tal, que la prestigiosa consultora McKinsey se ha arriesgado a proyectar que para 2030 creará valor para empresas por un monto de 13 millardos de dólares.

Si le parece que esto es algo que sólo ocurre en otras partes del mundo y que está reservado a mentes que no están a nuestro alcance, conviene conocer una iniciativa venezolana recientemente premiada. Se trata de AgroCognitive, emprendimiento del campo de lo que hoy en día se conoce como AgroTech, es decir, la realización de actividades agrícolas por parte de empresas de tecnología. Consiste en un servicio, con base en técnicas cognitivas y la utilización de IA, que dispone de drones dotados de cámaras para sobrevolar plantaciones y mediante aplicaciones de reconocimiento digital de imágenes, permite determinar áreas que pueden estar sufriendo enfermedades o plagas, así como problemas de riego o nutrición, entre otras cosas.

En resumen, la Inteligencia Artificial está aquí y llegó para quedarse. Sus campos de aplicación son muy variados, de hecho, me cuesta imaginar algo en lo que no sería aplicable. Así que mejor nos enteramos con mayor profundidad para qué sirve y cómo la aprovechamos. Para ello recomiendo un curso que se puede tomar de forma gratuita en www.coursera.org llamado “AI for Everybody” o IA para todos, que tiene subtítulos en español y desde allí decidir hasta dónde se quiere conocer sobre este fascinante campo.

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