Consumo

La inflación agarró fuera de base a los fanáticos del béisbol

De octubre a enero no solo se respira béisbol en Venezuela, también, es época de reencuentro con aquella familia que a pesar de compartir solo algunos meses al año es incondicional, fiel, alegre y fanática, sobre todo, fanática.

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FOTOGRAFÍA: FEDERICO PARRA | AFP

El Estadio Universitario de Caracas tiene tiempo siendo el segundo hogar para muchos venezolanos, ello, no solo se refiere a los equipos peloteros, sino además, a sus seguidores, quienes esperan la llegada de mayo para adquirir esos puestos con olor a cerveza y entusiasmo de que «este será el año».

Grey, Néstor «El bigotúo», Alfredo Andrés y Omar son parte de la familia de abonados de Los Leones del Caracas desde hace 10 años en la zona D4, justo detrás de tercera base en las sillas naranjas, donde «El Morocho» se encarga de mantener los ánimos con unas «bien frías». Sin embargo, la popular «dieta de Maduro» llegó hasta la pasión por el deporte y todos tuvieron que decirle adiós a sus queridos asientos.

El presidente del equipo caraquista, Luis Ávila, reveló que este año no pudieron vender ni siquiera 4.000 puestos de abonados, lo cual significa un descenso de poco más de 50%, considerando que tenían varias temporadas agotando el límite de cupos (8.000).

La tribuna, zona del estadio para la que se puede adquirir esta modalidad, tiene una capacidad para casi 11.000 personas, por lo cual, siempre dejan la opción a unas 3.000 para que obtengan la entrada de los juegos por venta al detal. No obstante, esta ha disminuido de la misma manera.

El primer Caracas-La Guaira (los llamados rivales modernos) siendo Los Leones home club y tomando en cuenta que al día siguiente era feriado (12 de octubre), se imaginaba un estadio colapsado y colas kilométricas para las arepitas de «Longa», pero una brisa vacía y mezcla de reina pepiada fueron testigos de apenas un poco más de 6.000 personas.

Igual ocurrió el día en el primer enfrentamiento de los eternos rivales, Caracas-Magallanes, un total de 14.239 personas fue lo que acogió el Universitario, lo cual representa una caída de 30% en la asistencia comparado a los 20.717 del año anterior.

Nunca se había visto taquillas abiertas hasta las 6:00 pm con disponibilidad de entradas para este clásico del béisbol.

Omar Borges, quien a pesar de haberse divorciado, recuerda con cariño estos juegos con su exesposa magallenera. «Quien sabe, capaz hasta por eso se acabó la relación», dice jocosamente. Pero esta temporada no pudo disfrutar de la sana competencia. Aunque tiene 52 años de edad y gana un sueldo decente como corredor de seguros, no pudo invertir en esos tres puestos de abonados que siempre renovaba desde 2006.

Como él, casi más de la mitad de los fanáticos se vieron en la necesidad de suspender uno de sus pasatiempos favoritos. El aumento de los boletos esta temporada se calculó entre 280% y 789% dependiendo de la ubicación. Por ejemplo, la Zona 3 que es la más barata tenía un costo de Bs 13.880 el año pasado, para esta campaña el precio se situó en Bs 61.701.

– Sin sabor pelotero –

Ávila dice ser el primero que lamenta esta situación, que según él, derivó por dos razones: los desacuerdos con la Fundación de la Universidad Central de Venezuela (UCV), encargados de arrendarles la instalación y la situación inflacionaria del país.

«Tenemos que estar claros que el país se ve afectado por un fenómeno económico cambiante. La capacidad de consumo del venezolano ha bajado», afirmó.

Tanto Tiburones de La Guaira como Leones del Caracas estuvieron obligados a vender las entradas a finales de agosto, lo cual no dejó mucha flexibilidad a los consumidores para que se organizaran con sus gastos. Esto ocurre, porque la Fundación UCV desconoció el contrato que tenían por cuatro años y no aceptaban el monto establecido para el alquiler (Bs 22 millones), al que ya se le había sumado una inflación de 180%, según el dato oficial al cierre del año pasado.

Luego de varias negociaciones acordaron por Bs 50 millones, cifra que además de cubrir el arrendamiento, 40% se destinó a un fondo de mantenimiento.

«No podemos extraernos de la realidad. Tuvimos que elevar el precio de la forma que lo hicimos porque como todo negocio tenemos que trasladar gastos a ingresos, sino, económicamente quiebras», expresó Ávila.

Los guairistas manejan cifras similares. En relación a los más de 5.000 abonados que vendieron la temporada pasada, esta vez solo llegaron a 2.000, indicó su antiguo jefe de boletería, Domingo «Tortuga» Fuente.

– ¿Más temprano? ¿Más seguro? –

Muchos fanáticos no se quejan solamente del problema económico, sino de la seguridad. A pesar de que las autoridades de ambos partidos decidieron reprogramar el horario de los partidos para más temprano (7:00 pm ), el temor sigue acechando.

Pero Ávila dice que es tarea complicada anticipar un poco más las horas, ya que la mayoría de sus consumidores tienen horario de oficina y dificultaría al grueso de la población llegar al comienzo del juego.

Aunque los equipos se mantienen por boletería y publicidad, y la última ha resultado como esperaban, siguen buscando estrategias de mercadeo que permitan atraer más fanáticos al estadio. Una de ellas, que esperan se convenga la semana que viene, es el «boleto combinado». Esta opción permitirá al ciudadano consumir algún alimento incluido en el precio en su entrada.

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