El crédito fue solicitado por el Gobierno del presidente Michel Temer y tiene por objeto cancelar deudas con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y otros organismos globales.
Esas deudas, según el Ejecutivo, fueron acumuladas durante la gestión de la expresidenta Dilma Rousseff, destituida por manejos irregulares de los presupuestos en agosto pasado y sustituida desde entonces en forma efectiva por Temer.
La falta de pago de esos compromisos, que suponen los aportes que cada país miembro de esos organismos está obligado a hacer cada año, podría haber llevado a que Brasil perdiera algunos de sus derechos, como el de voto, según explicó el Gobierno al justificar el pedido.
El jefe del grupo oficialista en el Senado, Aloysio Nunes, celebró la decisión en una nota en la cual afirmó que «Brasil pondrá ahora sus obligaciones al día y borrará esa vergüenza que representó no cumplir con sus compromisos«.