Durante la clausura de Expo Venezuela Potencia, el jefe de Estado suscribió con representantes de cada una de las ensambladoras privadas del país, convenios que comprenden el fortalecimiento de producción de carros particulares, vehículos de carga y motos productivas.
Según dijo, este compromiso permitirá generar 90.000 nuevos puestos de trabajo en la industria automotriz nacional, pero no ofreció detalles de cómo funcionará la asistencia crediticia.
El sector acusa la recesión económica y ni la venta en dólares de vehículos armados en suelo venezolano (autorizado a Ford Motors en marzo de 2015) pero con piezas compradas en el exterior, ha ayudado a recuperar ese parque industrial que funciona a 1% de su capacidad.
Indicó además que estos acuerdos proyectan el acceso al sector privado de divisas para la importación de insumos suficientes y recordó que el convenio también contempla la sustitución del 25% de las partes y autopartes que este sector importa.
«Viene un proceso importante de dinamización, de inversión, de creación de industrias que son el soporte fundamental de la industria automotriz», aseguró Maduro.
En los últimos tres años las cifras del sector han sido las peores de la historia de las ensambladoras. Algunas empresas tienen un año sin armar un solo vehículo, por lo que han tenido que enviar a sus trabajadores a casa gozando de beneficios mínimos.
La producción ha sido intermitente en todos los casos y en 2016 solo 2.849 unidades salieron de las cinco plantas –de 7– que pudieron fabricar vehículos.
En los meses de enero y febrero de 2017 solo se produjeron 240 unidades.