Todas las empresas del área aducen que la falta de repuestos e insumos explica la abrupta caída de la producción, a lo que se suma la baja de los precios internacionales, de acuerdo con la Memoria y Cuenta 2015 del Ministerio de Industrias.
Inmerso en una crisis estructural que ha empeorado en los últimos tres años como consecuencia de la semi paralización de empresas suplidoras de materia prima, el sector del aluminio evidenció en 2015 que se ha convertido en un peso para el Estado.
De acuerdo con la Memoria y Cuenta del Ministerio de Industrias, Aluminios del Caroní (Alcasa), punta de lanza de este sector, solo logró producir 40.758 toneladas, con lo cual la capacidad utilizada de la industria pública fue tan solo 17%, con un cumplimiento de meta para el período de 70%. Pese a ello, el presupuesto fue ejecutado en 99%.
El informe también señala que la planta de fundición laboró a 64% de la meta prevista luego de producir un total de 29.343 toneladas de productos terminados en lugar de las 45.569 toneladas programadas; mientras que la planta de laminación solo produjo 3.108 toneladas (36% de la meta) y la factoría de redujo su manufactura a 1.871 toneladas (36,6% de lo previsto).
Estos magros resultados se debieron a la baja disponibilidad de metal por fallas en la producción de la planta de reducción, averías en hornos y mesas de colada por falta de insumos básicos y repuestos.
Llama la atención que pese a la crítica situación del sector, Alcasa aumentó su plantilla laboral en 2015, que se incrementó en 182 empleados para alcanzar los 4.248 trabajadores, 33% por encima de la nómina existente cuatro años atrás.
Bauxilum, productor de bauxita y alúmina, también opera a media máquina: las 912.000 toneladas de bauxita y 460.000 toneladas de alúmina producidas en 2015 significaron que la capacidad ociosa alcanzó 77%, con una caída frente a los resultados de 2014 de 61% en el caso de bauxita y de 23% en lo que respecta a alúmina.
La operadora señala que debido a la caída de los precios internacionales del aluminio, los costos de producción superan el precio de venta del metal, lo que ha ocasionado cuantiosas pérdidas a la corporación. Agrega además que ha sido imposible cobrar la deuda de más de 564 millones de dólares que mantiene la CVG, lo que ha dificultado las inversiones necesarias y la compra de repuestos para mantener las operaciones.
Venalum, por su parte, mantiene inutilizada 88% de su capacidad instalada, lo que se traduce en la producción de apenas 91.164 toneladas de aluminio, una caída superior a 63% si se compara con los datos de 2011, cuando la producción sobrepasó las 260.000 toneladas.
Una abultada nómina de 4.447 empleados que hace descender la productividad anual por trabajador a 22 toneladas (63% menor a la registrada en 2011); bajos inventarios de materias primas, insumos y repuestos; disponibilidad intermitente de maquinarias y equipos; e indisponibilidad de dólares para inversión, son las razones detrás de la caída.
No menos crítica es la situación de Carbonorca, cuya producción de 2015 (30.000 toneladas) representa 15% de capacidad utilizada frente a las 195.000 toneladas de capacidad instalada y un retroceso de 52% respecto a la producción de 2011.
Trabajadores denuncian el desmantelamiento de Alcasa, aluminios del Caroní, síntesis de la destrucción de las industrias pesadas de Guayana a lo largo de 20 años. Con pérdidas históricas por más de $3.000 millones, proyectos que costaron otros miles de millones de dólares y que nunca existieron, hoy sus restos son rematados en el cementerio de una Venezuela industrial liquidada por la corrupción y el autoritarismo.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro estadounidense incluyó a Adrián Antonio Perdomo Mata dentro de la lista de designados como sancionados por el gobierno estadounidense.
Los trabajadores de las empresas básicas de Guayana se mantienen en pie de lucha. Desde ha dos semanas, empleados de las empresas adscritas a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) se encuentran en las calles en defensa de sus contrataciones colectivas. Un grupo lanzó un ultimátum al presidente Nicolás Maduro.
