Consumo

"Nunca más volveré a comprarme una nevera"

Los altos niveles de inflación han reducido al mínimo las posibilidades de muchos venezolanos, no solo de adquirir viviendas y vehículos, sino también de artículos como electrodomésticos que hasta hace dos años estaban al alcance de cualquier persona en el país.

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Desde hace cuatro meses la periodista Susana Fernández se quedó sin nevera debido a los constantes cortes de electricidad no programados. Para ella adquirir un nuevo equipo es una opción cuesta arriba porque un refrigerador puede llegar a costar Bs 440.000 en una tienda como Daka a principios de este mes.

Una nevera que le prestó un vecino, marca Friomix, de metro y medio, sin congelador, ha sido la «solución» para Susana durante las últimas 16 semanas, mientras no compre el motor de 1/3 que necesita su refrigerador Philips de dos puertas para funcionar otra vez.

Según publicaciones del portal web de ventas Mercado Libre el repuesto usado oscila entre Bs 30.000 y Bs 80.000, un incremento de entre 400% y 1.233,33% con respecto a los Bs 6.000 que pagó la joven por su nevera hace 7 años.

«Es lamentable que el venezolano se endeude, no para comprarse un equipo nuevo porque en este país eso ya no es una opción, sino para comprar una pieza que de paso es usada. Nunca más volveré a comprarme una nevera si la situación económica no cambia», dijo resignada. 

Pero la compra de un motor usado no le garantiza a Susana, de 25 años y quien gana un poco más de dos salarios mínimos -Bs 26.140-, que su nevera funcione por mucho tiempo según un técnico consultado.

Las distorsiones en los precios relativos provocadas por los controles de precios y de cambio imposibilitan que un trabajador con un sueldo de al menos dos salarios mínimos pueda comprar un electrodoméstico para reponer un equipo dañado.

Pero esta situación se está convirtiendo rutina para muchos venezolanos. El psicólogo Rafael Santoyo estuvo entre julio y agosto utilizando la nevera de un vecino luego de que a su refrigerador marca LG se le dañara el kit de arranque a consecuencia de los múltiples bajones de luz registrados en Caracas.

Rafael, empleado de la OPSU desde hace 12 años, consideró como primera opción comprar un equipo igual al dañado, pero al revisar los precios en el mercado -Bs 490.000 de acuerdo con una publicación en Internet- optó por reemplazar la pieza quemada que le costó, con la mano de obra, el equivalente a lo que cobraba en agosto por un mes de trabajo (Bs 15.000).

El especialista le contó a El Estímulo que hace 4 años su equipo le costó Bs 8.000, un incremento de 6.025% con respecto al precio encontrado en el portal de ventas.

«Es impactante que una nevera valga más que lo que me costó mi apartamento de 60 metros cuadrados en el este de Caracas hace 6 años -Bs 420.000- y que mi camioneta Ford EcoSport año 2006 hace dos años -Bs 250.000-«, expresó.

La publicista Alejandra Álvarez no corrió con la misma suerte. Luego de que su televisor pantalla plana marca Sony de 32 pulgadas presentara una falla de imagen común en los equipos LCD debió realizar una inversión de Bs 55.000 por un Samsung de menor tamaño, 29 pulgadas, un alza de 1.471,43% con respecto a los Bs 3.500 que pagó por el equipo hace tres años.

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