Entrevista

Obuchi: Salir de la crisis luce difícil aún con un alza del petróleo

En los últimos tres años hubo una caída de la economía de 20% y a pesar de ello el gobierno sigue sin mostrar señales de querer actuar decididamente sobre la crisis. Para Richard Obuchi, profesor de Políticas Públicas del IESA, esta crítica situación de Venezuela se manifiesta en la precarización del empleo, en la baja del poder adquisitivo y en mayor pobreza.

Publicidad
FOTO: ARCHIVO | AFP

El experto sostiene que lo más grave de la crisis económica ya se está viviendo en Venezuela: las secuelas que deja en la población, las cuales se enfocan en el deterioro de la calidad de vida, en su nivel de empleo, en su educación y en su salud.

Resalta además que dada la gravedad de los desequilibrios macroeconómicos, ya ni una recuperación significativa del precio del petróleo corregirá esas distorsiones. Richard Obuchi, que será uno de los ponentes del foro organizado por el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) el 21 de marzo, afirma que tampoco es posible ejecutar una sola medida o un ajuste para comenzar a salir de la crisis, la cual  se debe enfrentar desde varios frentes.

–Estamos en crisis pero, ¿Venezuela puede tocar fondo?
–No tengo dudas de que estamos en una situación muy crítica con consecuencias sociales muy graves. Esta gravedad y la profundidad de la crisis no deben ser subestimadas y lamentablemente lo que esto significa es que las personas tienen que tomar decisiones muy dramáticas que terminan por afectar sus condiciones de vida. El deterioro de las condiciones sociales puede conducir a secuelas en la población.

–¿Hasta cuándo puede retrasar el gobierno los ajustes?
–La experiencia nos ha demostrado que el gobierno puede evitar medidas de políticas económicas de forma indefinida, lo que igual tendrá consecuencias. Ya tenemos una economía en contracción, un país que falla en proveer servicios básicos, una población empobrecida y una situación social alarmante. Pareciera que la apuesta es esperar a que las condiciones externas mejoren y que el precio del petróleo sea el que termine de resolverlo, pero en un momento en el que igual hasta eso luce difícil.

– ¿Que podrá obligar al gobierno a ejecutar medidas?
– Es difícil anticipar en este momento cuál puede ser el disparador de algunas acciones, creo que un primer paso, sin duda alguna, es que haya compromiso, voluntad  y disposición para emprender un rumbo diferente. En ausencia de esa voluntad de cambio es muy difícil que se produzca algo eficaz, porque estamos en una situación en la cual no hay una medida individual que pueda corregir la magnitud de las distorsiones económicas y sociales.

– Es decir que ya no vale solo devaluar o ajustar el precio de la gasolina.
– Principalmente hay que restituir el balance y equilibrios económicos fundamentales, atender la situación de balanza externa, las dificultades de inversión de Pdvsa, las trabas para la producción local, el acceso de las divisas y a los insumos, la reactivación de empresas públicas relacionadas con materia prima, es decir, hay un montón de primeras medidas que adoptar en un marco que deben ser coherentes.

– ¿Cree que el gobierno aún tiene recursos suficientes para cumplir con sus compromisos de deuda externa?
–La experiencia nos ha demostrado que para poder asumir ese tipo de compromisos, tiene que hacer grandes sacrificios en otras áreas que en los últimos dos años ha sido en una reducción muy drástica de las importaciones y una baja inversión en la industria petrolera que ha tenido como consecuencia una caída de la producción.

– ¿Cuáles son sus proyecciones macroeconómicas de este año para Venezuela?
– Vamos a observar una inflación tan alta como la de 2016, una situación en la cual continúa la contracción económica en general, tomando como premisa un precio del petróleo similar a la de este primer trimestre en torno a los 40 dólares. En todo caso es muy difícil hacer una predicción lineal porque todo dependerá de lo que suceda con el petróleo, las acciones que en materia fiscal y monetaria tome el gobierno, la ausencia o no de ajustes y otros elementos que afecten el clima de confianza en el país, incluyendo la situación social y política.

–La demanda y el consumo han caído significativamente, ¿cree que pueda empeorar en 2017?
– Sin duda alguna es una situación que está sucediendo dado el incremento de los precios de muchos bienes, así como con la aparición de alimentos y medicinas que han sido importados a dólar paralelo. Esta dificultad conduce a cambios drásticos en las opciones que tienen las personas, tiene que alterar sus condiciones de vida para poderse adaptar a una realidad en la que tienen una capacidad de compra o poder adquisitivo mucho menor.

–Cuando señala las consecuencias sociales de la crisis, afirma que hay una precarización del empleo. ¿Qué tan afectado está el trabajador venezolano?
– La calidad del empleo ha empeorado en el país. Si nos vamos por las cifras oficiales nos damos cuenta que no coinciden con la realidad. La mitad de la población económicamente activa se encuentra en el sector informal, lo que es factible dada la recesión.

Publicidad
Publicidad