Empresas y Negocios

¿Por qué se ataca a Polar?

Durante los últimos meses el desabastecimiento se ha convertido en la preocupación número uno de los venezolanos, superando a la inseguridad. No se debe a que esta última haya mejorado. Simplemente, el crecimiento del desabastecimiento ha sido explosivo, originando que 85% de la población evalúe negativamente esta situación.

Publicidad

Este problema ha afectado la popularidad del presidente y del chavismo causando una caída sustancial en la evaluación de gestión del gobierno y en la disposición de voto por el chavismo, sostiene el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, en una columna publicada en el diario español El País.

Además del impacto económico del intervencionismo—la inflación más alta del mundo, caída severa del PIB, masiva pérdida de poder adquisitivo, destrucción de capacidad productiva e inversiones y un pico histórico de desabastecimiento y escasez—se trata de analizar el impacto político. El uso de la guerra económica como justificación de la crisis, no tiene credibilidad en 76% de la población, según arrojan las encuestas de opinión.

León estima que estos hechos motivaron al gobierno moverse hacia excusas más tangibles como las acusaciones de contrabando, el paramilitarismo y los inmigrantes ilegales en la frontera. El impacto de esta estrategia en términos de popularidad ha sido nulo. 95% evalúa mal la acción del gobierno frente al problema. 65,4% atribuye la escasez a la falta de acción oficial para abordar la crisis, mientras que 84% considera que las expropiaciones e intervenciones de empresas privadas empeoran todo.

«El gobierno parece preso de su caída de popularidad y de los beneficiarios de las distorsiones que se han creado con su modelo. Se niega a adoptar medidas racionales, concentrándose en más control e intervención, reforzando la causa de la crisis. Mientras tanto, se dedica a construir chivos expiatorios para tratar de evadir los costos políticos», agrega.

El economista señala que las últimas declaraciones contra el presidente de Empresas Polar, Lorenzo Mendoza, corresponden a un ataque corporativo, «que es sólo la guinda de múltiples acusaciones sin fundamento contra la empresa y una catajarra de arbitrariedades que se han cometido en su contra, mientras la empresa se empeña en mantenerse activa, tratando de garantizar su contribución al abastecimiento nacional».

León sostiene que la acusación presidencial y el llamado a investigar a Lorenzo Mendoza, por una conversación ilegalmente grabada con el profesor de Harvard Ricardo Hausmann, es sólo una excusa para desviar la atención de la incapacidad del gobierno para atender la crisis.

Lo dicho en la conversación presentada como “prueba” de un complot, no es más que el intercambio de opiniones entre un empresario preocupado por el país y un profesor venezolano de alto nivel internacional, quienes discuten la necesidad de aplicar cambios profundos al modelo económico y de buscar apoyo en organismos internacionales para afrontar la espeluznante situación que se avecina.

«Proponer soluciones no sólo es un derecho sino también un deber de quienes tiene la formación y las posibilidades de cooperar», apuntó.

Para leer el texto original completo haga click aquí.

Publicidad
Publicidad