Banca y Finanzas

Portazo a Carlos Dorado: el Banco de España veta que compre una casa de remesas

Acostumbrados a moverse sin problemas, a comprar los mejores pisos del barrio de Salamanca armados con sus dólares, los boliburgueses, esa oligarquía venezolana que ha sacado el dinero del país, ha empezado a encontrar problemas en España.

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FOTOGRAFÍA: HÉCTOR TREJO | EL ESTÍMULO

Uno de ellos, Carlos Dorado, marido de Ana Gabriela Pizzorni, procedente de una de las grandes dinastías de Venezuela, ha visto cómo el Banco de España primero y después la Audiencia Nacional le impedían que entrara en el sector financiero por sus antecedentes ‘offshore’, informa el portal El Confidencial.

Carlos Dorado es un empresario tremendamente rico. Vive a caballo entre Puerto Rico, Miami, Caracas y Madrid. Nacido un un pueblecito de Ourense en 1959, su familia emigró, como tantas gallegas, a Venezuela. “Yo era el muchacho de acento gallego del que se burlaban», declaró en una entrevista. Pero Venezuela era tierra de oportunidades y Dorado tenía inteligencia y ambición. Prosperó, fundó la Asociación de Jóvenes Empresarios y se casó con Gabriela Pizzorni, hija de Mario Pizzorni, fundador del banco Italo. «Son de las familias más ricas de Venezuela, pero hace tiempo que sacaron su dinero», explica un abogado que conoce bien la zona.

El cambio de dinero en Venezuela es uno de los grandes focos de fortuna y de corrupción, según fuentes venezolanas en Madrid. Al estar fijada una tasa oficial que difiere de la del mercado, las casas de cambio y de remesas son muy codiciadas. Según publicó Reuters, Venezuela empezó a usar el banco Italcambio en Puerto Rico como intermediario de operaciones en dólares después de que Citibank dejara de prestar ese servicio. «Gracias a Dorado, hemos podido pagar importaciones de alimentos”, declaró a la agencia una fuente del Gobierno de Caracas.

El 20 de noviembre de 2014, en pleno desembarco boliburgués en Madrid, la casa de envío de remesas Mundial Money Transfer, conocida comercialmente como Mundial Envíos, comunicó al Banco de España que ampliaba capital para dar entrada a Dorado y a los Pizzorni. Mundial Envíos nació en 1990 como Filipino Express, dedicada a enviar remesas a Filipinas. Cuando el Banco de España pidió más información sobre quién iba a invertir un millón de euros para controlar la casa de remesas, la respuesta fue que el «nuevo accionista era la entidad venezolana Italcambio, sin indicar quiénes eran los accionistas últimos de esta sociedad», según una sentencia posterior.

El sector de las remesas está regulado y se exige a sus directivos idoneidad y que no haya antecedentes de blanqueo. Ante la insistencia del regulador, Mundial Envíos admitió que el 67,25% de la empresa pasaba a pertenecer a Gabriela Pizzorni, Carlos Rafael Dorado Fernández y Maximilian Mario Matalón Pizzorni, al controlar estos Italcambio. Entonces, el Banco de España pidió al Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales «si tenía conocimiento de alguna circunstancia que pudiera afectar a la honorabilidad del Grupo Italcambio y/o sus propietarios».

La respuesta del Sepblac fue que «los adquirentes poseen un amplio ‘holding’ de personas jurídicas, en su mayoría patrimoniales, que, en algún caso, parecen tener por objeto negocios de una mayor exposición al riesgo de blanqueo, al haber sido «constituidas en un paraíso fiscal». Comenzó entonces una serie de comunicaciones con las autoridades de Venezuela y Puerto Rico. Finalmente, en enero de 2016, la comisión ejecutiva del Banco de España declaró que «los nuevos accionistas y administradores de Mundial «carecían de la idoneidad necesaria para ostentar una participación significativa en la entidad, requiriéndoles la reducción de dicha participación y el cese en los cargos».

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