Consumo

Productos adulterados se multiplican en el mercado negro de los "bachaqueros"

Desde mantequilla y café hasta toallas húmedas, los llamados "bachaqueros", o revendedores informales que prosperan en el mercado negro, estafan a sus compradores con productos adulterados. 

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Foto: Andrea Hernández

“Yo le compré a un bachaquero, en el mercado Mayor de Coche, medio kilo de café en Bs 2.000, aunque en el paquete marcaba un precio justo de Bs 27, porque no encontraba el producto en ninguna parte. Ese día también compré un kilo de harina de maíz en Bs 800 y un kilo de azúcar en Bs 600. Llegué a mi casa con ganas de tomarme una rica taza de café, recién colado, cuando abrí la bolsa no tenía el aroma característico del café, tampoco cuando lo estaba colando. Cuando lo probé, supe que me habían robado, eso no era café, era borra de café ya utilizada”, relató la señora Olga de Guedez, quién después volvió al mercado de Coche, a intentar encarar a los bachaqueros que le vendieron el producto.

No los encontró.

“Hablé con unos policías y me dijeron que ya habían recibido otras denuncias sobre el mismo tema, que esos vendedores ambulantes son itinerantes, que hoy pueden estar en Coche, pero otro día en Quinta Crespo o Catia. Al final me recomendaron no volver a comprar a las personas que ofrecen estos productos en las calles”, añadió Guedez.

La venta de productos adulterados es otro de los abusos que ahora se suma a la labor de los «bachaqueros», ya famosos por la reventa de productos de primera necesidad y de lugares en las colas frente a los comercios donde llegan bienes regulados. Esta situación ha obligado a las autoridades del gobierno a lanzar operativos especiales de seguridad para tratar de controlar a estas «mafias». Pero han tenido muy pocos resultados hasta ahora.

“Yo también fui timada por los bachaqueros que alteran productos. En la redoma de Petare, compré un paquete de toallitas húmedas para mi sobrino. El precio normal de este producto era de Bs 200 y pagué al vendedor callejero Bs 800. Fue una venta rápida, pagué el dinero en efectivo, tomé el producto y lo metí en mi cartera. Al llegar a casa, destapé el paquete y saqué la primera toallita húmeda sin problema, pero luego vi que el resto del paquete estaba lleno solo de trozos de papel mojado”, así lo señaló Angélica Perdomo, una estudiante de Comunicación Social.

Desde la zona de Catia, en la parroquia Sucre del municipio Libertador, en Caracas, existen denuncias en contra de bachaqueros que mezclan el arroz con alpiste, el jabón de lavar con polvo para matar chiripas y los suavizantes de ropa con agua, para rendir los productos, que vuelven a meter en sus empaques originales y los venden a precios muy altos, obteniendo mayores ganancias.

Autoridades del estado Zulia han detectado que un grupo de revendedores ha inventado vender como mantequilla “artesanal”, una mezcla de manteca vegetal con sal y colorante, producto que puede ocasionar problemas de indigestión.

– Cuidado con el boom «casero» –

“Un día mi esposa llegó a la casa con un paquete de tres jabones de baño que le compró a un bachaquero, ya que desde hace varias semanas solo contábamos con un trozo de jabón azul de lavar ropa para nuestro aseo personal. Tomé uno de los envoltorios y me metí a la ducha, al colocar el jabón en contacto con el agua empecé a percibir un desagradable olor, parecía de esos productos utilizados por los brujos para ‘despojos’. No lo utilicé, preferí usar el jabón azul otra vez. Luego mi esposa me dijo que esos jabones los compró bien caros a un vendedor callejero que le dijo que eran artesanales, vaya usted a saber con qué los fabricó, al final tuvimos que botarlos”, señaló Gustavo Escobar, un mecánico de profesión.

A raíz de la desaparición de los productos de limpieza, se han multiplicado las empresas caseras, personas que se dedican a la fabricación de productos como desinfectantes, cloro, cera, suavizantes de ropa, jabón líquido, entre otros.

Frederic Calderón, coordinador de la Organización por la Caracas Posible, informó que dirige un programa denominado «Bodegas verdes», en las que ofrecen capacitación a las amas de casa para la fabricación de estos productos. Las interesadas deben realizar un taller, aprender sobre química, utilizar una serie de normas de seguridad y cumplir con la calidad del producto que quieren ofrecer.

Pero así como este grupo de mujeres se adiestra para la fabricación de estos artículos de limpieza, también han surgido revendedores que ofrecen agua con colorante, a la que le colocan solo un chorrito de verdaderos desinfectantes o cloro, y los venden a precios elevados, como en el caso de la zona de Petare, en donde ya se han hecho sentir las quejas de los consumidores.

Las autoridades sanitarias alertan a las personas que todos estos productos de uso personal o de limpieza deben contar con su respectivo permiso, ya que es la única manera de validar los componentes y verificar que no causarán daños a la salud.

Advierten especialmente a la colectividad que no adquieran los medicamentos ofrecidos por los «bachaqueros», ya que se desconoce su procedencia, si son productos originales, si no se encuentran vencidos o adulterados y sin permisos sanitarios.

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