Karelys Abarca, economista e investigadora de Cedice Libertad, recordó que pese a la decisión oficial de incorporar otras monedas para transacciones internacionales, el dólar sigue siendo la referencia.
La orden ejecutiva firmada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, restringiendo la emisión de deuda venezolana a ese país, así como su renegociación, limita sustancialmente las opciones al gobierno de Nicolás Maduro para financiarse y cumplir con su ciudadanía, “que es ante la que tiene que responder”, aseguró Abarca en nota de prensa.
“Las sanciones en materia de deuda reducen el margen de maniobra del gobierno venezolano, encareciendo su acceso a las divisas de comercio internacional. Además podrían dificultar la apertura de cartas de crédito en el exterior por parte de empresas, lo que reduciría los períodos de pago de mercancías, obligando en ocasiones a realizar pagos de contado”, advirtió la economista del Observatorio de Gasto Público del Centro para la Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad.
Abarca comentó que entre las “maniobras” que puede utilizar aún el gobierno nacional está la venta de oro para enfrentar el déficit de divisas y el pago de deuda pendiente, el “bimonetarismo” (transacciones en moneda nacional para operaciones internas, y turismo, y en divisas para importaciones y producción para exportación) y el uso de monedas de otros países aliados dentro de la economía venezolana para las transacciones internacionales (yuanes, yenes, rupias, rublos).
Sobre esta última medida, la investigadora de Cedice Libertad acotó que “independientemente de la divisa transada el precio de referencia seguirá siendo el dólar estadounidense”.
Resalta que la orden ejecutiva intenta enviar un claro mensaje al gobierno venezolano, para que se respeten los derechos humanos, se restablezca el hilo constitucional y se impida mayor desmantelamiento del Estado de Derecho y naturalmente de su carácter republicano.
Recalcó Abarca que las medidas tomadas por el presidente Maduro “no corregirán ninguno de los efectos perversos generados por sus políticas marcadas política e ideológicamente, y por ende el ciudadano de a pie seguirá sufriendo los efectos de una mayor escasez e hiperinflación, con sus consecuentes y trágicos impactos sociales”.]]>
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