Economía

¿Será que Maduro se burla de todos para rematar bonos de la deuda?

En inglés se le dice bluff, en español se ha adoptado la forma blof o bluf. También se le dice “farolear” en España y en portugués se llama blefar: es la estrategia usada en el póker para engañar al adversario haciéndole una finta y sacarle provecho a su confiado descuido. Algo así estaría haciendo el chavista Nicolás Maduro con la larga novela de los bonos de la deuda externa venezolana.

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Wall-Street-Dow
Foto: AP / Richard Drew (Archivo)

La última semana en Venezuela y en los mercados financieros internacionales se ha vivido un verdadera saga caribeña con el sorpresivo anuncio unilateral de Maduro de que decretaba renegociar y reestructurar los pagos de la cuantiosa deuda externa del país con las mayores reservas de petróleo del mundo y un colapso económico sin parangón.

Los interesados han leído en este anuncio de Maduro una clara intención de default, es decir de impago de la deuda externa venezolana. Este escenario supondría uno de los problemas más grandes para los mercados financieros mundiales desde el colapso de la deuda de Grecia.

Dentro de las fronteras, el anuncio desató una nueva escala del precio del dólar paralelo, hasta la frontera nada sicológica de los Bs 50.000 porque quedó más claro lo que todo el mundo sabe: que ya en Venezuela no quedan divisas ni siquiera para seguir pagando la deuda externa, esa niña consentida del chavismo.

En los últimos años tanto el difunto Hugo Chávez como su heredero han privilegiado los pagos de deuda aún por encima de las importaciones de alimentos y medicinas, en medio de una crisis humanitaria que cada día deja muertos, enfermos, más desnutridos y más desasosiego en la postrada población venezolana.

Maduro nunca se conmovió por este drama, más bien -como toda la cúpula del chavismo, niega su existencia-. Las cosas deben estar bien malas -concluyeron analistas financieros- para que el hijo de Chávez tenga que dejar de honrar el legado de su creador.

La nueva disparada del paralelo ha acelerado la vorágine inflacionaria en un país donde no hay otra fuente de divisas desde que hace dos meses, cuando se suspendieron las subastas de un puñado de millones semanales para compras estratégicas de los más allegados al régimen.

Empresas proveedoras de servicios a Pdvsa como Schlumberger y Halliburton, que intentan desde hace meses cobrar facturas pendientes por sus trabajos en la producción de petróleo, han preferido poner las barbas en remojo y no extender nuevos créditos, informan agencias como Reuters. Si un cliente ya no puede pagar ni sus deudas financieras con los mercados, mucho menos tendrá para las deudas comerciales y de servicios, concluyen.

Pero el impacto mayor del anuncio de Maduro ha sido en la ya minada y mínima confianza en el futuro. Ya toda persona que en Venezuela sepa sumar dos más dos apuesta a que los próximos meses serán peores: viene más hambre, más escasez, más inflación, menos inversiones, una pronunciada caída del ingreso real de los trabajadores y más violencia social.

– Al otro lado de la mesa –

Mientras tanto, siguen corriendo las horas rumbo a un capítulo estelar, este lunes 13. Es la fecha escogida por el gobierno para intentar reunir en Caracas a decenas de representantes de acreedores de la República y de Pdvsa, a los dueños de los bonos que por un monto de unos $60.000 millones circulan en los mercados globales.

Los tenedores de bonos, o sus representantes pueden visitar la peligrosa Caracas y con mucha cautela escuchar al gobierno de Maduro, pero no deben participar en ninguna transacción o trato con el vicepresidente Tareck El Aissami, quien dirige las conversaciones y es considerado un narcotraficante por el gobierno de Estados Unidos.

Tampoco pueden firmar ni una cuenta de restaurante con el ministro de Finanzas, Simón Zerpa, también incluido en la lista de funcionarios venezolanos sancionados por el Departamento del Tesoro de EEUU.

Hasta ahora se mantienen el secretismo oficial, el suspenso, las pistas falsas, las señas y expresiones para desorientar, tal como en un juego de mesa.

Los inversionistas tendrán que venir a Caracas para saber si Pdvsa mantiene intenciones de honrar sus obligaciones de deuda pendientes en 2017, dijo a la agencia Bloomberg el ministro Zerpa, en una rara conversación telefónica.

“Aquí vamos a dar información. Antes de eso, no puedo ofrecer más detalles”, agregó.

Zerpa además es el máximo jefe de Finanzas de Pdvsa, la estatal que es el motor y corazón de la economía venezolana y que acumula un rosario de deudas financieras y comerciales mientras su producción ha caído en picada desde hace tres años.

Pero, ¿qué tal si todo esto es parte de una sagaz maniobra del chavismo para darle un duro golpe al capitalismo financiero de Wall Street y sacarle unos cuantos millones de dólares mediante el mayor derrumbe de los precios de los bonos?

Tras el anuncio de Maduro, ya el bono Pdvsa 2027 ha caído esta semana a un bajo precio récord de 23 céntimos de dólar, desde los 54 céntimos en enero pasado, según las pizarras de Bloomberg.

Estos precios podrían seguir desplomándose después del lunes 13, ese nuevo “día D” para la deuda venezolana.

Las posibilidades de que en los próximos cinco años Venezuela caiga en un impago de deuda subió hasta 99,99% esta semana, según el índice recopilado por Bloomberg. Ya la Asociación Internacional de Seguros de Swaps y Derivados decidió analizar la situación para determinar si Venezuela incurrió ya o no en default con el retraso de los pagos de bonos de Pdvsa.

Lee C. Buchheit y Mitu Gulati, son dos de los principales expertos internacionales en deuda venezolana. El primero trabaja en la firma Cleary Gottlieb Steen & Hamilton y el segundo en la Universidad de Duke University.

Con este desplome de los precios –señalan los autores en un artículo conjunto publicado en el Financial Times- “el emisor podría estar tentado a recomprar los bonos en vez de caer en un proceso de reestructuración de deuda en el cual impertinentes inversionistas podrían levantar preguntas acerca de la política económica y corrupción”.

“Naturalmente, incluso una recompra de deuda con altos descuentos requiere algo de dinero. China y Rusia son posibles candidatos para levantar fondos”, señalan los autores.

Ya este miércoles, desde Moscú, las autoridades rusas anunciaron su decisión de refinanciar una deuda bilateral por $3.000 millones que Venezuela no puede pagar ahora. Aunque son compromisos muy diferentes a los 60.000 millones de dólares en bonos en la picota, el anuncio es una señal de que la Rusia de Putin tiene un alto interés geoestratégico en Venezuela y puede servir de fiador si las cosas empeoran por aquí.

Sobre la posible recompra a precios de gallina flaca, Buchheit y Gulati –autores del ensayo “Cómo reestructurar la deuda venezolana”- recuerdan que la técnica no es nueva.

Ya fue usada en 2008 en Ecuador por el hoy ex presidente Rafael Correa, quien estratégicamente incurrió en default de dos series de bonos internacionales en un momento en que la relación de la deuda respecto al Producto Interno Bruto del país era de un confortable 25%. (Esta relación en Venezuela supera con creces 50%).

Cuando los precios de los bonos cayeron por debajo de 20%, el gobierno ecuatoriano comisionó a dos compañías para recomprar los papeles en el mercado a un precio de descuento. Seis meses después de este impago, el gobierno lanzó una oferta de compra formal por los bonos remanentes que entonces valían 35% de su valor nominal de emisión.

La conclusión es clara: la mayoría de los analistas advierte que el problema de la deuda venezolana es tan grande que para reestructurar esos pagos y vencimientos sería necesario aplicar un programa de reformas económicas de largo alcance, que logre equilibrar la economía con la única hiperinflación del mundo y una depresión económica que ha pulverizado un tercio del PIB en tres años.

Como este gobierno no está dispuesto a hacerlo –y así lo ha dejado claro en sus acciones y omisiones- es obvio que la única forma de reformar la economía es que haya un cambio político y de régimen. Esta posibilidad se aleja cada vez más mientras se atornilla el régimen autoritario y de izquierda ortodoxa de Maduro y los militares que lo acompañan.

Entonces, la salida más clara parece ser la vía ecuatoriana, señalada por los investigadores de Estados Unidos…algo de eso quedará más claro el lunes 13, al menos no es un martes 13.

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