Economía

Simadi no acabará con el dólar paralelo

El nuevo Sistema Marginal de Divisas (Simadi) fue recibido con escepticismo por los expertos. Consideran que la oferta de divisas a una tasa libre será restringida debido a la poca disponibilidad y todos coincidieron en que no eliminará el mercado paralelo. El Simadi, un mecanismo de intercambio de divisas a una tasa libre a través de los operadores de valores, las casas de cambio y la banca pública y privada, es el tercer sistema propuesto por el gobierno para intentar acabar con el dólar negro. Sin embargo, existe mucha incertidumbre en torno a su implementación y los analistas no tardaron en cuestionarlo. "Mientras exista control de cambio habrá mercado negro", sentenció el economista y profesor universitario, Luis Oliveros, en su cuenta de Twitter. Francisco Ibarra, economista  y director de Econométrica coincidió: "Nada tiene mejor salud en Venezuela que el dólar paralelo". Escribió en la red social que el objetivo del tercer mecanismo es que las empresas puedan incorporar el "dólar caro" a sus estructuras de costos y considera que la oferta seguirá siendo racionada. Henkel García, también director de Econométrica, aseguró a ElEstimulo.com que cualquier limitación que tenga el Simadi impedirá que desaparezca el paralelo. "Eso sí, mientras mayor sea la cantidad allí ofertada entonces menor será el precio que quede en el paralelo", destacó. Sin embargo, las previsiones de los analistas apuntan a que la oferta será limitada.

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-¿Gran devaluación?- Para la firma de inversión Barclays, el nuevo sistema anunciado este lunes representa una devaluación «menor a la esperada» y mantiene las distorsiones cambiarias. En un informe sobre la situación de Venezuela, estiman que la mayor parte de la reducción del suministro de divisas se dará en los mercados alternativos (Sicad y Simadi) y que, por lo tanto,allí es donde se observarán los mayores ajustes en las tasas de cambio. Esta «devaluación limitada» mantendrá la necesidad de seguir monetizando una gran porción  del déficit, lo cual seguirá presionando los precios y el tipo de cambio. «Estas presiones pueden aumentar el riesgo de que el gobierno fije la tasa y las cantidades vendidas en el tercer mercado que está siendo creado, potencialmente convirtiéndolo en una réplica de sus predecesores (Sicad I y II), diferenciándose únicamente por tener una tasa más débil», señala la firma. La persistencia de las distorsiones cambiarias hace que sea más difícil para el gobierno ahorrar ante la caída de los precios del petróleo. La enorme brecha entre los distintos tipos de cambio es un incentivo para la corrupción, el contrabando y la desviación de recursos. «En estas condiciones, los problemas de inflación y escasez pueden continuar profundizándose», concluye.]]>

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