Economía

Todo lo que debe saber sobre los bachaqueros

Un estudio cualitativo de la firma Datos revela detalles sobre un nuevo grupo económico: los bachaqueros. En el marco del foro ¿Cómo presupuestar? organizado por Venamcham, Luis Maturén, presidente de la empresa, explicó quiénes son, cuánto ganan y cómo trabajan.

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Son pocos los revendedores, mejor conocidos como bachaqueros, que trabajan solos. Este grupo, denominado por el experto como «los solitarios», es el más escaso. Sin embargo, los revendedores en esta clasificación forman parte de una red donde intercambian información.

Lo más común son las parejas, sostuvo. Después están las familias de 5 o 6 miembros que se dedican a esto de forma «profesional» y van a dos o tres supermercados en paralelo. «Normalmente ocultan las compras», indicó Maturén.

La firma revela el nacimiento de la figura del aguantador, una persona encargada de guardar la mercancía cerca del lugar de compra.
Los bachaqueros entrevistados por Datos señalaron que entre ellos existe una organización. Se detectaron casos en los que llegan en autobuses y se paga a la persona para comprar.

Según la firma, el perfil del bachaquero está integrado por antiguos buhoneros, desempleados, trabajadores con horarios flexibles o a tiempo parcial. Trabajan de miércoles a domingo, porque son los días en los que los supermercados están mejor surtidos.

«Los días en los que les toca por cédula se van al sureste de Caracas, porque los controles son más difíciles de burlar ya que no son de la zona», explicó Maturén.

«El resto de los días van al oeste porque es más probable que sorteen los controles» y hacen alianzas con personal de los supermercados, agregó.

En cuanto a los horarios, trabajan desde muy temprano. Salen desde las 4 de la mañana y terminan más o menos a mitad de la tarde.

El estudio revela que también cuentan con una red de contactos: pasilleros, vigilantes, cajeros, porque tienen que acelerar el proceso de compra.

En cuanto a la venta del producto hay distintas modalidades. Los que son buhoneros, que ya tienen un punto, trasladan hacia allá los productos adquiridos. No obstante, la gran mayoría venden de forma directa en las oficinas.

Los bachaqueros necesitan mucho efectivo para pagar la cantidad de «peajes» para poder comprar: normalmente no hacen cola, por lo que deben compensar a los vigilantes. La amistad con las cajeras les permite saltar las captahuellas. Mientras, los pasilleros les informan que ha llegado, explicó en analista.

-¿Es rentable?-

Si a la semana un bachaquero compra Bs 30.000 en productos y calcula sus costos en Bs 9.000, su ingreso neto puede ser de Bs 21.000. «Pueden ganar hasta 120.000 mensuales, dependiendo de cómo se muevan», indicó.

Pese a las grandes ganancias los consultados por Datos afirman que se sienten mal por lo que hacen. «Ellos quieren que la situación se acabe», aseguró Maturén.

-El venezolano es otro-

Según la firma, 8 de cada 10 venezolanos manifiestan que pueden comprar la mitad o menos de lo que necesitan. Un tercio de los encuestados indican que pueden adquirir muy pocas cosas. No hay distinción entre escalas sociales sobre esta percepción, indicó Maturen.

También han cambiado las prioridades: 69% de las personas señalaron que no prescindirían de productos de alimentación. El analista destacó que es la primera vez que la frecuencia de esta respuesta se ubica por encima de los artículos de cuidado personal. «Antes, tomaban la alimentación como un hecho», indicó. En las prioridades tampoco hay distinciones entre nivel socioeconómico.

Consultados sobre lo primero de lo que prescindirían, en orden de importancia, comer fuera de la casa sumó la mayor cantidad de respuestas. De segundo lugar quedó el consumo de bebidas alcohólicas, algo que Maturén consideró particularmente impactante.

«La expectativa de la gente es que va a consumir menos», especialmente en entretenimiento, ropa y calzado.

«El venezolano es otra persona; alguien que te dice que no va a consumir alcohol o que va a dejar de salir tiene un patrón de consumo totalmente diferente», señaló el experto.

A la gente le va a importar el precio y las compras serán más racionales que emocionales, advirtió.

También indicó que hay un cambio social en la dinámica del hogar. La experiencia de compra se consideraba un plan familiar.
El estudio cualitativo de la firma de análisis de mercado señala que actualmente ir al supermercado despierta sentimientos de angustia y violencia.

«Dentro del establecimiento se recibe hostilidad y maltrato», indica Maturén.

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