Economía

Torrefactoras estatales cubrieron sólo 29% de la demanda interna de café

El año 2009 marcó un hito en el sector cafetalero nacional. Por primera vez en 200 años, Venezuela importó café para satisfacer la demanda interna. Justamente el año en el que fueron expropiadas las dos torrefactoras más importantes del país: Café Madrid y Fama de América.

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FOTO: AVN | ARCHIVO

La estatización y los controles de precios incidieron en el derrumbe de la productividad del sector cafetalero y en la desaparición de este rubro de los anaqueles de los supermercados, al punto que la producción estatal de café en el año 2015 fue de 27.522 toneladas con lo que apenas se cubrió 29% de la demanda interna. ç
Al año siguiente, las torrefactoras estatales operaron a menos de 10% de su capacidad instalada por falta de materia prima, según denunciaron los trabajadores.
Café Madrid, ahora Empresa Nacional del Café, redujo su producción en 55%, al descender de 26.400 toneladas generados en 2009 a 11.893 toneladas en 2015, mientras que Fama de América disminuyó 87% su producción al pasar de 18.600 a 2.500 toneladas en el mismo lapso, de acuerdo con datos de la Memoria y Cuenta del Ministerio de Agricultura y Tierras del año 2015, registrados en el informe de la investigación que adelanta Transparencia Venezuela sobre las empresas estatales.
Por el contrario, Café Venezuela, que fue reactivada en 2005 por el Gobierno, luego de 11 años de paralización, aumentó su producción en 119% respecto a 2009, al subir de 6.000 a 13.129 toneladas. Sin embargo, no logró cubrir la meta que se habían establecido ni aprovechó la capacidad instalada disponible.
Alfredo Mora, presidente de la Corporación Venezolana de Café, señaló que el consumo interno de este rubro es de 96.000 toneladas y estimó que con las empresas estatales en el país hay capacidad para cubrir 75% de la demanda. No obstante, aclaró que esto se lograría “siempre y cuando tenga la materia prima” porque se necesitan 1.577.000 quintales de café al año. Producción que estaba lejos de lograrse.
Con fallas en la producción nacional de café verde o dificultades financieras para hacer compras suficientes de materia prima nacional o importada, en 2016 –de acuerdo a declaraciones de los trabajadores- las torrefactoras estatales tienen más de 90% de su capacidad instalada paralizada por lo que les resulta imposible satisfacer el consumo interno, reveló el informe de Transparencia.
La productividad del rubro fue impactada con la implementación de la política de expropiación del Gobierno, pero también por el control de precios que inició en 2002 y las restricciones a la movilización del café verde, debido a que desde 2014 los productores solo pueden arrimar sus cosechas “de manera directa y sin intermediación” a la Corporación Venezolana del Café o a las asociaciones de productores previa verificación de la corporación, lo que destruyó los incentivos para la siembra y generó escasez de materia prima.
Entre 2001 y 2014, el área cosechada pasó de 233.873 a 142.187 hectáreas (39% menos) y el rendimiento pasó de 3.928 hg/ha a 3.401 hg/ha.
– Nueva gerencia y nepotismo –
En febrero de 2016, los trabajadores de Café Venezuela alertaron sobre la paralización de una línea de producción de la planta ubicada en Barquisimeto, estado Lara por falta de repuestos, uso de los recursos de la empresa con fines personales y nepotismo.
“José Daniel Pérez es sobrino del ingeniero Carlos Silva, la licenciada Ana Ocanto es esposa del coordinador de administración y finanzas TSU Nahúm Méndez, la coordinadora de Control de Calidad Liyismary Silva es hermana de la nueva coordinadora de Talento Humano Mariby Silva y ambas son primas de la nueva coordinadora de Seguridad y Salud Laboral Jaisybet Moreno”, aseguraron al tiempo que solicitaron al presidente Nicolás Maduro investigar estos casos.
El informe de Transparencia Venezuela reveló que se realizó una denuncia de “entierro” de café. En mayo de 2016, trabajadores explicaban que las autoridades de la Corporación Venezolana de Café “preferían importar café de Nicaragua, Honduras, Brasil y Costa Rica porque así recibirían divisas que negociarían en el mercado negro”.
Además, los trabajadores enviaron a Miraflores el informe donde se denuncia el “entierro” de café, que por “órdenes de arriba” se habría practicado desde 2015 “con el fin de no dejar evidencia de todo el café verde que desvían de los galpones de Café Venezuela, y que estaba arrumado y escondido para engordarlo. Los actuales coordinadores de Café Venezuela hacen eso desde hace año y medio y lo colocan en los inventarios como pérdida de materia prima”.
Para junio de 2016, la empresa estaba en cierre técnico –por falta de materia prima-, y los trabajadores no tenían certeza sobre si les pagarían sus salarios. Sin embargo, a inicios de 2016, Carlos Silva, coordinador regional de Café Venezuela (centro-occidente) declaró que la empresa estaba 100% operativa.
La Empresa Nacional del Café, tampoco se salvó de la mala administración. De acuerdo con datos extraídos de la Memoria y Cuenta del Ministerio de Agricultura y Tierras 2015, la empresa reportó como limitaciones a la productividad el alto costo de los materiales, suministros servicios y los retrasos en el pago de subsidios.
Este año los trabajadores emitieron un comunicado para denunciar el fracaso de cinco juntas directivas y que durante sus gestiones la empresa se fue deteriorando: el café verde se convirtió en un rubro de “mafias”, 40% de los equipos estaban dañados y la producción en 2016 fue equivalente a lo que la empresa habría hecho en un mes.]]>

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