Energía y Petróleo

Venezuela, el eslabón más débil de la OPEP por bajos precios petroleros

Tienen petróleo pero su situación financiera no es la de los países del Golfo como para resistir una caída de las cotizaciones: Venezuela, Nigeria, Rusia e Irán son los más afectados por la caída de los precios del oro negro.

Publicidad

La OPEP decidió mantener sus cuotas de producción, provocando una nueva caída del barril, por presión de los poderosos productores del Golfo Pérsico, que con precios bajos esperan detener el boom de la producción de petróleo de esquisto.
Los miembros menos potentes de la OPEP y otros países no miembros como Rusia, deseaban recortar la producción para detener la caída de precios. Sus presupuestos dependen total o en buena medida del petróleo y a diferencia de sus colegas del Golfo, no tienen fondos soberanos para amortizar las variaciones de precios, reseñó la agencia AFP.
La decisión de la OPEP «aumenta los riesgos de problemas en los países miembros que no tienen las reservas financieras necesarias para resistir esta guerra de precios», destacó James Williams, economista especializado en energía en WRTG Economics. La situación «es claramente un desastre para Venezuela».
«Los exportadores de petróleo como Venezuela y Nigeria requieren una cotización superior a $100 el barril para que su presupuesto nacional se equilibre», destacó la casa de corretaje Xzarnikov.
El barril, tanto en Londres como en Nueva York, está por debajo o apenas rondando los $70.
 – Riesgo de default –
Venezuela es percibido como el más frágil entre los productores de petróleo y el viernes anunció recortes presupuestarios.
Incluso con las mayores reservas de petróleo del mundo sus finanzas están en un estado paupérrimo, en casi total dependencia del petróleo del que obtiene 96% de sus divisas.
«La caída de los precios del petróleo acerca todavía más a Venezuela al default», consideró David Rees, analista de Capital Economics. «El gobierno no tiene ahorros del boom de precios del petróleo en la última década».
Igual inquietud manifestó Oliver Jacob, analista de Pétromatrix: «Venezuela es el eslabón más débil de la cadena y las posibilidades de disturbios en el país en 2015 aumentan».
«Tengo la impresión de que habrá más conflictividad social pues habrá más recesión, más inflación, más penurias», añadió José Guerra, un ex ejecutivo del Banco Central de Venezuela.
Otro país en primera línea en la lista de afectados es Nigeria. «El gobierno tomó medidas en medio del pánico, entre otras una fuerte devaluación», dijo a la AFP el profesor Peter Ozo-Eson, secretario general del Congreso de Trabajo nigeriano.
«La lección para los productores de petróleo es que no es demasiado inteligente depender de una sola materia prima para sobrevivir», destacó el ex banquero Abolaji Oladimej Odumesi.
 – El socorro de China –
Irán comenzó a seguir ese consejo, aumentando sus exportaciones no petroleras, entre ellas productos petroquímicos y condensados de gas.
«El presupuesto es cada vez menos dependiente del petróleo», explicó recientemente a la AFP el analista Said Leylaz, quien aseguró que «el país podría soportar un barril a 75 dólares».
El gobierno anunció a mediados de diciembre su «intención de adoptar una política monetaria de austeridad para el año próximo y aumentar el impuesto sobre el ingreso».
También parece buscar socorro desde China, que acaba de anunciar una duplicación de sus inversiones en el país. Es la misma estrategia empleada en Venezuela en donde, desde el pasado viernes, una visita del ministro de Economía de China llevó a «profundizar los acuerdos económicos y financieros» para compensar la diferencia de ingresos petroleros.
En Rusia, país que no integra la OPEP, el petróleo aporta la mitad de los ingresos fiscales. Desde el anuncio de la OPEP, el rublo profundizó su caída. En lo que va del año la moneda rusa ha perdido 40% de su valor ante el euro y más de 60% ante el dólar.
Rusia va a bajar sus exportaciones petroleras de forma unilateral.
«Con la caída de los precios del petróleo y la deuda de 60.000 millones de dólares del grupo petrolero Rosneft, controlado por el Estado, el impacto sobre la economía rusa podría ser pesado y afectar su potencial de expansión», consideró Petra Kuraliova, de la casa de corretaje TradeNext.

]]>

Publicidad
Publicidad