Economía

Venezuela vive una dolarización informal

Cada vez más se amplía la lista de productos que se transan en dólares en la economía venezolana. Viviendas, vehículos, pasajes y, más recientemente, artículos electrónicos y electrodomésticos. "En Venezuela se vive una dolarización informal", aseveró el economista Asdrúbal Oliveros durante un foro organizado por Cedice Libertad.

Publicidad

Esta situación, señalada también por los otros dos ponentes, el investigador de Cedice, Oscar Torrealba, y el economista Antonio Paiva, es uno de los principales argumentos de quienes defienden la dolarización oficial como una solución de política pública para frenar la inflación y la pérdida de poder adquisitivo.

Torrealba explicó que existen tres tipos de dolarización: una oficial, como la que se vivió en Ecuador y que implica una decisión directa del Ejecutivo en la que el país asume el dólar como moneda de curso; un sistema bimonetario, en el que ambas monedas coexisten dentro de la economía; y una informal, que, a su juicio, es la peor de todas y la más próxima a la situación venezolana.

«Es el tipo de dolarización en la que la gente de forma espontánea deja de usar el bolívar«, explicó.

Para Oliveros este es el peor de los panoramas debido a que se inicia un proceso en el que los bienes se transan en dólares mientras el sueldo está anclado en bolívares y la inflación sigue desbordada. 

El comportamiento de los precios y la depreciación del bolívar frente al dólar encuentra explicación cuando se observa el amplio déficit fiscal, que según Oliveros equivale este año a 20 puntos de PIB. En las economías normales, explicó Paiva, el desequilibrio en las cuentas del gobierno no debería pasar de 5 puntos de PIB. «Si supera eso, despedirían al ministro de economía», sostuvo.

En Venezuela, este hueco se cubre con impresión de dinero nuevo por parte del Banco Central para financiar a Pdvsa. Para 2015, de acuerdo con Ecoanalítica, este financiamiento alcanzará los 12 puntos de PIB, lo que indica que 60% del déficit se tapa con emisión de bolívares sin soporte en la economía.

Torrealba apuntó que el BCV ha prestado en promedio Bs 505 millones diarios.

Ante la indisciplina del gobierno, la teoría de la dolarización gana adeptos. «El gobierno no se ha arropado hasta donde le alcanza la cobija, eso hace poderoso el argumento de la dolarización porque le pone una camisa de fuerza a los políticos», explicó Oliveros.

-¿Por qué no dolarizar?-

Pese a que algunos analistas no rechazan de plano la estrategia de dolarizar, todos los presentes en el evento coincidieron en que no es el momento para hacerlo.

Para Oliveros, este, de hecho, es el peor momento para adoptar el dólar como moneda de curso legal. Primero, una de las condiciones para la dolarización es que la moneda esté subvaluada, lo cual en Venezuela es el caso contrario. Precisó que en 2014 y 2015 fueron los años con mayor sobrevaluación. El sector público se mueve con el tipo de cambio promedio de Bs 40,2 por dólar.

Otra de las condiciones es un sistema financiero solvente, ya que el BCV desaparecería como prestamista en última instancia del sector bancario. El proceso de dolarización también necesita de un nivel alto de reservas internacionales. En Venezuela, no solo las reservas están llegando al mínimo histórico, sino que además 85% de las posiciones de este metal se encuentra dentro del país.

En medio del debate, surge un dilema adicional: el tipo de cambio. El director de Ecoanalítica expuso tres posibles tasas: una de Bs 112 por dólar (relación entre la liquidez y las reservas más los otros activos); otra de Bs 161,2 (el llamado dólar implícito); y otra de Bs 378, que resulta de la relación entre el circulante y las reservas operativas, es decir, el efectivo.

Una de las condiciones de la economía venezolana más graves a la hora de tomar la decisión de dolarizar es la vulnerabilidad a los shocks externos, es decir, a la volatilidad de los precios del petróleo. En este momento de bajos ingresos, una medida como esta requeriría de fondos de estabilización y ahorro, que el país no tiene.

«Si usted dolariza y no toma en cuenta nuestra vulnerabilidad externa puede ser peor el remedio que la enfermedad, porque los shocks externos pueden comprometer la estabilidad del sistema», sostuvo.

Tanto Oliveros como Paiva consideran que la dolarización no resolverá los problemas de baja productividad y déficit de caja. Puede mejorar la confianza del capital extranjero pero no subir el grado de inversión, ya que se requieren otras variables que demuestren estabilidad económica. En pocas palabras, un plan de ajuste creíble.

Publicidad
Publicidad