Consumo

Videojuegos se quedan fríos en las vitrinas en plena Navidad

Los títulos, novedades y actualizaciones siguen creciendo en el resto del mundo, mientras que en Venezuela dan pasos diminutos. En un país con dos tipos de cambios oficiales y uno paralelo, una consola de videojuegos como el último modelo de la Sony, el Playstation 4, cuesta más de Bs 2 millones. Mientras que con menos cantidad, Bs 1,6 millones, un venezolano puede adquirir un Fiat Uno del año 1996.

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Videojuegos
FOTOGRAFÍA: PIXABAY

La Navidad de 2012 fue el año en que Rubén Cumare recibió el Playstation 3, su última consola. En su casa era casi una tradición despertar los 25 de diciembre y encontrar bajo el arbolito algunos de sus títulos favoritos: los clásicos de Nintendo, Zelda y Pokemón.

La costumbre quedó atrás y las prioridades han cambiado. La situación económica del país frenó la posibilidad de cientos de gamers que utilizaban parte de su dinero para hacer crecer su lista de juegos y mantenerse actualizados con los títulos más nuevos, debido a los altos costos que tienen los productos en Venezuela.

Las consolas y juegos de video son importados, es decir, los montos se calculan a la tasa de dólar paralelo y los vendedores que se encargan de ofrecerlos al público se ven obligados a ajustarse a los precios que marque el día.

El Playstation 4, la consola de sobremesa más reciente de la marca Sony, cuesta Bs 2 millones 69 mil en un comercio ubicado en el centro comercial City Market en Sabana Grande. Los precios de la economía están tan distorsionados que un vehículo Fiat Uno del año 1996 se vende en Bs 1,6 millones, según la página web tucarro.com.ve. 

Sin embargo, en otros comercios el mismo equipo se encuentra en Bs 1 millón 476 mil y, lo más económico, Bs 999 mil.

Así lo constató El Estímulo en un recorrido por comercios de videojuegos del centro de Caracas, La Candelaria, el centro comercial Sambil ubicado en el municipio Chacao y el centro comercial City Market de Sabana Grande.

Carmen Elena Lovera, encargada de la tienda de videojuegos ubicada en La Candelaria, aseguró que las ventas no han sido buenas. “Diciembre siempre había sido la época en la que más se vendían las consolas porque la gente aprovechaba para hacer ese gasto”. Recordó las navidades pasadas en las que el local se abarrotaba de gente y los clientes compraban en cantidades. La comerciante vendía hasta 30 consolas diarias, pero eso quedó en el pasado.

Lovera señaló que en noviembre la situación de las ventas había mejorado un poco, pero con la subida del dólar, todo empeoró otra vez. “En este momento para nadie es prioridad comprar una consola”, dijo preocupada la vendedora.

Cumare manifestó que actualmente comprar videojuegos no es una opción. «Desde que salí de la universidad me mantengo y la situación en el país hace muy difícil comprarlos. Tuve que sacrificar mi afición por otras prioridades».

Explicó que anteriormente era más fácil porque adquiría los videojuegos con el cupo electrónico de $3.000 que ofrecía el gobierno por medio de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi). En 2008 se redujo el monto para el consumo de compras por Internet a $400 y en 2014 se redujo a $300. En la actualidad, en la práctica esta modalidad de compra no se encuentra en funcionamiento.

– Videojuegos con muchos ceros –

Pocos son los comercios que actualmente se dedican a la venta exclusiva de videojuegos. Las tiendas de tecnología y dispositivos celulares han aceptado juegos en sus vitrinas. Por esta razón, la mayoría de los comercios han preferido ofrecer a los clientes los productos que representen mayor ganancia: las consolas.

La Playstation 3 se consigue entre Bs 600 mil y Bs 720 mil. Asimismo, el Xbox 360 producido por la marca Microsoft vale Bs 1 millón 400 mil en su presentación de 4 GB.

Las consolas de Nintendo también muestran su faceta más cara en esta Navidad de hiperinflación. El Wii U, que forma parte de la octava generación de equipos de la empresa japonesa, cuesta entre Bs 960 mil y Bs 1 millón. Su predecesora, la consola Wii, todavía se consigue en algunos comercios en Bs 300 mil.

Por otra parte, los precios de las consolas portátiles no se quedan atrás. El 3DS XL se consigue en los negocios de City Market y el centro de Caracas desde Bs 500 mil hasta Bs 1 millón. El 3DS, la versión anterior se consigue en Bs 890 mil, mientras que el DSi se encuentra en Bs 696 mil con 600 juegos virtuales y forro protector. El de menor precio parece ser el Psvita que está en Bs 500 mil.

Si algo es seguro es que los altos precios asombran a cualquier ciudadano. María Palmera, encargada del local Pc4Shop del centro comercial City Market, indicó que “la gente siempre se queja de los precios. Cualquiera lo haría”.

Afirmó que a pesar de los costos, los compradores igual preguntan por las consolas, pero no es como antes. Tienen el mismo interés, pero el bolsillo no les da.

Las máquinas no son el único dolor de cabeza para los gamers. Los juegos para la consola 3DS van desde Bs 30 mil y llegan hasta los Bs 100 mil, dependiendo de los títulos y su tiempo de estreno. Pokemón Moon and Sun que estrenaron en las últimas semanas de noviembre, cuestan Bs 150 cada uno.

De deportes el más buscado es el Fifa 2017 para Playstation 3 y 4, cada uno vale Bs 200 mil. El mismo costo tienen los juegos bélicos de Call of Duty, Battlefield y Mafia 3. Mientras tanto, los títulos de la consola Wii U van desde Bs 190 mil hasta Bs 219 mil, de los cuales los más actuales son Zelda, Mario Kart, Smash Bros, Paper Mario y Star Fox.

– Milagros del niño Jesús –

Para los más pequeños de la casa, diciembre significa época de regalos y sorpresas en el arbolito. Las padres lo saben y por eso, a pesar de la crisis y los elevados precios de los videojuegos, algunos hacen su esfuerzo para cumplir con los pedidos de la lista de regalos para el 25.

Mariana Rodríguez vio como la única solución vender los dólares que tenía guardados bajo el colchón desde hace meses para complacer los deseos de su hijo de 11 años de tener un Playstation 3. “No quería que la situación afectara la ilusión de tener su niño Jesús de este año”, dijo.

Carolina Fuentes ahorró desde hace meses para asegurar el regalo de sus hijos. Repartió el gasto entre tres tarjetas de crédito diferentes para pagar varios juegos de Nintendo. Para ella no había opción: sus hijos habían pasado el año escolar con buenas notas y ella les había prometido su recompensa.

Antes cualquier persona se podía dar el lujo de comprarse un Playstation o juegos en diciembre. Ahora la gente se pelea entre comer o comprar un videojuego. La decisión es obvia”, aseguró Lovera, vendedora.

– La pausa de los gamers 

Los videojuegos no saben de economía venezolana, dólar paralelo o hiperinflación. Los títulos, novedades y actualizaciones siguen creciendo en el resto del mundo, mientras que en Venezuela dan pasos diminutos. Mantenerse actualizados con los juegos más nuevos es una hazaña casi imposible para los fanáticos. Muchos se mantienen con sus antiguas consolas, con los mismos títulos de hace años. Algunos que tuvieron la posibilidad de adquirir los equipos antes de que aumentaran de precio, resuelven con las pocas opciones que tienen.

Para Daniel Gutiérrez, que tiene un Playstation 4, los juegos virtuales representan un plan B. Entre varios amigos pagan la tarjeta Network que permite descargar los juegos en el disco duro de la máquina. Las tarjetas normalmente son vendidas en dólares, pero varios comercios las venden en bolívares, entre Bs 110 mil y Bs 250 mil, dependiendo de la capacidad. Asimismo, varios locales hacen la venta de juegos virtuales.

Luis prefiere sus juegos originales y físicos. Por esta razón, ahorró meses para adquirir el Fifa 17: la economía lo volvió selectivo en sus compras. En cambio, Miguel López prefiere cambiar los títulos que ya no juega.

“La semana pasada cambié tres juegos viejos, aparte tuve que pagar Bs 50 mil en efectivo por el nuevo de Call of Duty. Es una pérdida, pero a mí me sirve”, indicó el joven de 22 años.

Cumare no descarta volver a comprarse sus juegos favoritos y pertenecer, con todas las de la ley, a la comunidad de gamers. Para él, los videojuegos representan su infancia feliz, puesto que significaban los mejores momentos de distracción y desconexión.

El nuevo Zelda y la última generación de juegos de Pokemón son su deuda pendiente. Si tuviera la oportunidad, no dudaría en comprarlos para hacerle “un honor a la nostalgia”.

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