Energía y Petróleo

WSJ: Refinería de Amuay lucha contra apagones y escasez

El segundo mayor complejo de refinación del mundo continúa deteriorándose inevitablemente por falta de mantenimiento, apagones y escasez crónica de repuestos, escribió Kejal Vyas, corresponsal de The Wall Street Journal.

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«Yo díría que Pdvsa ha sido más una maldición que una bendición para esta comunidad», dijo Esteban Sánchez, un activista ambiental de 69 años al WSJ. El residente se refiere al derrame ocurrido en octubre de 2014, cuando la explosión de un oleoducto de la refinería afectó 30 kilómetros de costa y a unos 500 pescadores.

A partir de esa fecha, según el sindicalista Iván Freites, inició una cadena de sucesos calamitosos en Amuay, como problemas técnicos y apagones que redujeron la producción de gasolina y provocaron que Pdvsa comprara a finales de 2014 una cantidad de 1,3 millones de barriles del combustible a Estados Unidos. Esta cifra es la más alta desde la explosión de la refinería en 2012, que dejó un saldo de 40 muertos.

Los accidentes en la refinería también son una constante por las fallas en sustitución de equipos. El texto señala que, de acuerdo con los datos de Pdvsa de 2014, la estatal registró 5,32 lesionados por cada millón de horas hombre, cuando el promedio de la industria a nivel mundial es de 0,45, según la Asociación Internacional de Productores de Petróleo y Gas.

Los accidentes, los bajos sueldos -equivalentes a un poco más de $1 diario- y la falta de dotación espantan a los empleados capacitados, señalan sindicalistas. «Lo que está pasando es que muchos profesionales con experiencia se están yendo o buscando jubilación temprano y la empresa está reemplazándolos con personas con muy poca experiencia», dijo Freites.

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