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#oficio

#DiccionarioUB del guachimán venezolano

Él es el ferviente protector de tu morada, el que te da los "buenos días" cada mañana o el "buenas noches" cuando llegas del trabajo. Aunque todos los que conocemos dicen que no darían la vida por la propiedad que cuidan, sabemos que su función de perro guardián es necesaria en esta Venezuela en la que el derecho a la seguridad es un servicio privado Algunos fungen solo de porteros, otros al menos ladran o cantan cuando notan la invasión de un ser sospechoso.  En algunas regiones los llaman "serenos", en otras "celador"; pero en Caracas, Venezuela, le tenemos tremendo apodo:"el guachimán" (Leer el sexto término).

Emigrar con el título y el ego bajo el brazo

Emigrar de Venezuela ha sido para muchos un divorcio forzado, pero vale la pena si la repartición de bienes devuelve calidad de vida. Un mejor salario y algo de paz mental le pueden costar a un emigrante venezolano su carrera universitaria o su verdadera vocación. Aunque no denigran sus nuevos oficios, cuatro de estos profesionales cuentan cómo tuvieron que olvidarse de su currículo para empezar a hacerse un lugar fuera de su patria

La sal también puede ser glamorosa

Joanna Vegas es de esas personas que combinan sus pasiones, la curiosidad y las ganas para convertir en algo especial lo que sea que hagan. Emprendedora y detallista, Joanna está actualmente dedicada a su marca Glam Foods, donde convierte la sal en algo más que un resaltador de sabores, y a Galanga, una tiendita de productos gastronómicos artesanales y especias que desde hace dos años abrió sus puertas en el Mercado Municipal de Chacao

Mayordomo del siglo XXI, una profesión con futuro

"Personal assistant executive" es la nueva nomenclatura para definir al mayordomo del siglo XXI, una de las profesiones más requeridas dentro del sector del lujo, según Juan de Dios Orozco, consejero delegado de la Escuela Internacional de Mayordomos de Madrid −iB'S−

El rescate de los vasos marroquíes

Los sopladores de vidrio trabajan sin descanso en Marrakech para rescatar los míticos vasos de té que, durante décadas, han estado presentes en las mesas de muchos cafés de marroquíes. Y aunque estuvieron a punto de desaparecer, la tradición continúa

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