Tecnología

Facebook, el Metaverso y Woodstock

Desde los conceptos de adulterio, el placer de viajar y disfrutar arte, hasta el mundo de los negocios, todo será impactado por el Metaverso y sus alrededores. Más allá de quien tenga finalmente la razón, la tecnología está superando con creces nuestros comportamientos éticos.

Metaverso, París, mejor real que virtual
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En agosto de 1969, tuvo lugar el famoso festival de Woodstock. Mas allá de todo lo que ocurrió durante esos tres días de inmersión musical, alucinógenos y artes eróticas, representó un evento, una ruptura decisiva para abrir espacios a la generación contracultural.

Hace pocos días el fundador y propietario de Facebook, Mark Zuckerberg, anunció una inversión de mas de $10.000 millones para abarcar o extender desde el mundo real al virtual. El nombre de su proyecto se enmarca en lo que se conoce como el Metaverso. ¿Y que es el Metaverso? Es un espacio de Realidad Virtual (VR) y Realidad Aumentada (AR) en el cual, quien disponga de los artilugios adecuados, podrá experimentar solo, o acompañado, sensaciones y realidades sobrepuestas a las que se experimentan en el mundo físico o digamos ¿real?

En 1997, el astrofísico estadounidense de origen japonés, Micho Kaku, escribió un fascinante libro llamado “Visiones”, en el cual recogía entrevistas con mas de 150 lideres científicos de distintas áreas sobre lo que podría vislumbrarse en el futuro, de acuerdo con las investigaciones y desarrollos tecnológicos de aquel año.

Para la década del 2020, Kaku previa que la realidad virtual iba a ser desarrollada a niveles inimaginables para la educación y el entretenimiento. Los joysticks primitivos, decía, serán sustituidos por sensores de campo eléctrico, que permitirán recrear las sensaciones de cada parte del cuerpo en tres dimensiones y los lentes serán remplazados por micropantallas de LCD que se adherirán a los ojos casi que como unos lentes de contacto. Los cables serán remplazados por radio receptores.

Michio Kaku, futuro
El astrofísico y divulgador Michio Kaku

Cuando el Metaverso nos alcanza

Aunque las formas de la VR y AR están en pleno desarrollo, lo que si es una realidad no virtual es que más temprano que tarde todo el proyecto del Metaverso será una realidad, como se previó en su momento que lo sería el del internet, y todos los usos que le damos actualmente al mismo, que superan cualquier libro o película de ciencia ficción de sus años dorados, a mediados del siglo pasado.

Pero más allá de los aspectos tecnológicos, imparables en mi opinión, han surgido varias voces disidentes sobre los desarrollos que Facebook pretende acelerar. Entre ellas destaca la del hoy famoso filósofo alemán Markus Gabriel, autor de numerosos best-sellers de filosofía, entre ellos los de: “Yo no soy mi cerebro y “¿Por qué no existe el mundo?”.

Markus Gabriel decía hace poco en una entrevista para el diario español ABC que “el nuevo Facebook es heroína mental. Habría que prohibirlo”.

Uno se pregunta si en realidad, al igual que en los años de la cúspide contracultural de Woodstock, el nuevo Facebook será como una suerte de LSD para quienes básicamente busquen en el recreación y escape. Y sobre todo uno se pregunta no solo si habría que prohibirlo, sino si es posible prohibirlo. Ni lo uno, ni lo otro. Lo que creo que si será posible es regularlo. Allí los abogados tienen una nueva línea de trabajo adicional a la de demandas por daños y perjuicios debido a caídas en el piso resbaloso de un centro comercial.

Realidades inciertas

El futuro de la VR y la AR luce incierto en cuanto a temas legales, económicos y sobre todo éticos.

Antes de continuar quiero hacer un paréntesis. Para analizar estos temas hay que trazar una línea divisoria entre: las generaciones de transición, como las que hoy tienen mas de 30, 40 años, y las nuevas generaciones. Las primeras, responderán a cualquier comentario sobre lo VR y AR: lo real es mejor que lo virtual. Pero las segundas, han nacido en una virtualidad a la que se han ido adaptando rápidamente, aunque no exentos de traumas. (El trauma que deja en un ser biológico permanecer en la virtualidad mucho tiempo).

Me refiero a que las nuevas generaciones pierden contacto con la realidad, permaneciendo horas frente a una video consola, móvil, jugando con amigos virtuales desconocidos, leyendo todo en formato digital…pero sobre todo disfrutando enormemente como seres encerrados en sí mismos. (Ya Hollywood nos ha descrito como será ese ser del futuro en la forma de un alienígena de poca estatura, miembros atrofiados, sin pelo, ojos grandes, boca pequeña, casi inexistente, y sobre todo dedos alargados. El típico resultado de años de evolución darwiniana de encierro tecnológico.

¿Para qué caminar, hablar, comer, si todo lo podemos hacer con los ojos y los dedos?

Dicho esto, preocupa por ejemplo, que un futuro una experiencia inmersiva lleve a alguien casado a pasear por las calles de París con una pareja virtual, interactuar con ella a niveles inimaginables… y preferir permanecer allá más tiempo que en el mundo real. Muchos seguramente dirán lo contrario ¿Qué se deriva de este ejemplo?

Metaverso

Así se vería el Metaverso según Meta

París bien vale una cena

1. ¿El turismo y por ende todas las actividades económicas asociadas al mismo se verá afectado por la VR y la AR? (Entre pagar 4.000 euros por disfrutar de París, o 100 euros por un software, ¿qué es mejor?). Si usted pertenece a la generación de transición seguramente dirá: viajar a París. Si usted pertenece a las nuevas generaciones, seguramente dudará.

2. El paseo y la interacción profunda y continuada con una pareja virtual, con todo y sensaciones, ¿constituye propiamente un adulterio, o simplemente una conducta antiética?

Las actividades económicas seguramente van a experimentar cambios. En la medida en que se puedan realizar reuniones y congresos, conciertos (de artistas vivos o ya fallecidos), experimentando casi la totalidad de las mismas sensaciones que en la realidad no virtual, la necesidad de trasladarse y todos los costos asociados a esos traslados disminuirán dejando a muchos sin empleo.

La disputa entre los tecno optimistas y tecno pesimistas está servida. Uno puede vislumbrar que habrá empleos que desaparecerán, como de hecho muchos están desapareciendo ahora (por ejemplo: agente de viaje), y otros se potenciarán (por ejemplo: desarrollador de software recreativo). Pero más allá de quien tenga finalmente la razón, lo que no dudo es que la tecnología está superando con creces nuestros comportamientos éticos.

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